En la ceremonia de presentación de la Estrategia Nacional de Competitividad celebrada el 15 de septiembre el presidente Abinader manifestó que ¨trabajando juntos y sin descanso se alcanzará el sueño de que el país sea de los más competitivos de Latinoamérica para el año 2030 y uno de los veinte paises del mundo en ese aspecto para el 2040¨.
Ese sueño es compartido por muchos dominicanos pero para alcanzarlo es necesario que el sector eléctrico sea competitivo y eso requiere que las Empresas Distribuidoras de Electricidad (EDE) también lo sean y que además tengan acceso a energía más económica.
La competitividad de las EDE se puede evaluar analizando algunos indicadores que determinan la calidad del servicio que ofrecen. En este artículo vamos a limitarnos a tres de ellos: Pérdidas, Cobranza (IC) y Recuperación de Efectivo o CRI, por sus siglas en inglés.
Las empresas distribuidoras eficientes operan con pérdidas totales de enegía entre un 5% y 8 %, con índices de cobranza superiores al 99%, con altos niveles de calidad de productos técnicos y servicios comerciales, y con costos de operación y precios finales al consumidor dependientes fundamentalmente del precio medio de compra de energía a los generadores.
Revisando las estadísticas de las EDE del periodo 2009-2020 se observa que EDENORTE, EDESUR y EDEESTE llegaron a experimentar pérdidas totales anuales de 38.24%, 33.95% y 49.8%, respectivamente. Y que en el primer semestre del 2021, las tres empresas registran pérdidas que superaron las del mismo periodo del año 2020. Se observa, además, que las menores pérdidas totales en un año de ese periodo, fueron de: 22.4%, 21.3% y 34.13%, respectivamente. Estos valores aún son muy superiores a los de las empresas distribuidoras de la región. Esto significa que aún en el mejor de los años en el periodo considerado las EDE estuvieron muy lejos de ser competitivas.
Un indicador que evalua la calidad de la gestión comercial es el IC. En la mayoría de las distribuidoras de la región este indicador es del orden del 100%. Lo mismo ocurre en las empresas distribuidoras privadas que operan en la zona este de nuestro país. Sin embargo, las EDE registraron en el primer semestre del 2021 un IC de 94% en EDENORTE y EDEESTE y de 94.6% en EDESUR.
Un indicador que refleja en un solo valor la calidad del desempeño de las EDE es el CRI. Este indicador combina los indicadores de pérdidas y de cobranza y representa el porcentaje que se cobra de la energía facturada. Por lo tanto, permite evaluar la calidad de la administración de las empresas.
En el periodo de tiempo analizado se observa que el CRI de las EDE muestra variaciones que siguen el comportamiento de las pérdidas y las cobranzas. En el caso de EDENORTE, el valor más alto de este indicador es 74.7%, y lo alcanzó en el año 2020. Pero en los primeros seis meses del 2021 este indicador descendió a 72.8%. En EDESUR el CRI tiene un comportamiento similar. El valor más alto es 74.6% y lo alcanzó en el 2019. Al igual que EDENORTE, en el primer semestre del 2021 el CRI de EDESUR descendió llegando a 69.5%. Y como EDESTE tiene un comportamiento más pobre que EDENORTE y EDESUR, tanto en el aspecto técnico como en el comercial, su CRI apenas alcanzó el 46.5%. Esto significa que las cobranzas de EDEESTE ni siquiera alcanzan para pagar la energía que compra a los generadores.
Mejorar el CRI de las EDE y que puedan tener acceso a generación de menor costo crea las condiciones para reducir el precio de la electricidad a los usuarios y para que el gobierno pueda desarrollar planes para que el país alcance una posición de liderazgo en la zona aprovechando al máximo la ventaja de su posición geográfica.
Para alcanzar el sueño de ser uno de los paises más competitivos es necesario que las EDE operen con un CRI entre el 92% y el 95 %, y eso requiere un cambio significativo de la visión del sector eléctrico. El gobierno y la sociedad deben ver las EDE como un recurso clave para lograr el desarrollo económico y social, y como otra fuente de riqueza y de ingresos para el presupuesto nacional. Y esto solo puede lograrse si las EDE son administradas con criterios puramente técnicos y económicos.
En estos momentos lo ideal sería que se tome la decisión política de actualizar la normativa vigente para introducir los cambios necesarios para que ese ¨sueño¨ se haga realidad en el menor tiempo posible para bien del país ,
La revisión propuesta debe tomar en cuenta que fiscalizar la industria eléctrica resulta más fácil y más efectiva si la administración de las empresas distribuidoras es una responsabilidad del sector privado. Por lo que la revisión debe fortalecer el rol del regulador.
Somos de opinión que el Estado debe mantener una participación accionaria significativa en las empresas distribuidoras y lograr que las instituciones de planificación, de definición de políticas y de fiscalización consigan que las compañías que obtengan las concesiones sean diligentes y operen eficiente y competitivamente las EDE en el menor tiempo posible.