No recuerdo la fecha exacta… Solo sé que era una cálida tarde de veranodel año 1961, en un edificio de la calle el Conde, justo frente al Parque Colon. Allí, se celebraba uno de los primeros actos políticos no clandestinos, tras la caída de la dictadura de Trujillo (1930-1961). Se organizaba la llegada al país del Prof. Juan Bosch: en la avanzada, estaban Ángel Miolán, Nicolás Silfa, Ramón Castillo. Entre los asistentes, aun veo con claridad a Leda Vidal, y a José Francisco Peña Gómez llegando con esa energía que lo caracterizaba – lucía esbelto, muy a la moda, con pantalones anchos, franela beige, andar dinámico y decidido.

El Partido Revolucionario Dominicano, fundado en el exilio, estaba organizándose en RD.Se repartieron los primeros carnets sin foto -cuando inscribirse en una organizaciónpolítica que no fuera el Partido Dominicano, era un actoestigmatizado, sellado por la prisión y la muerte.

Días después la cita, fue en el puente Juan Pablo Duarte, para recibir a la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA). Allí estaba la policía, los calieses, los bomberos, los militantes del PRD, y la multitud que creía en los aprestos para llegar a la democracia. También estaba el Prof.Víctor Rafael Estrella Liz, quien asistió a su último acto político – vilmente asesinado a los pies de los románticos estudiantes, desconocedores del riesgo y, de lo que estaba sucediendo en el país. Allí se estaba escribiendo parte de la historia, que ha quedado desdibujada con el pacto que recién firmó Miguel Vargas- del PRD (o de lo que había quedado) con el PLD, para reformar la constitución en pro de la reelección del Presidente Danilo Medina.

En esos lugares, despojos de la memoria urbana, no existen placas rememorando el atrevimiento y la osadía de gente que solo había oído hablar de democracia, que había crecido bajo los efectos de la dictadura; gente que conocía las implicaciones del sonido del motor de un Volkswagen, que hacía silencio cuando llegaba un desconocido, incapaz de dar las espaldas. Y si lo hacían, le pedían a su interlocutor que se las cubrieran. Eran tiempos en que leer era un acto subversivo, clandestino. Las cosas se decíanen susurros, y pocos se atrevíanamostrar el disgusto hacia aquelrégimen opresivo, que no acababa determinar y que se había llevado tantos seres queridos.

Esa parte de la historia, y lo que siguió después con la Revolución de Abril y los 12 años de Balaguer, hacen del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) algo más que una organizaciónpolítica. Su papel en nuestra sociedad ha sido determinante, para que miles de dominicanos pudieran vivir en democracia, enarbolando principios y valores que han servido de norte a más de una generación.

En estos inicios del mes de Junio, más de 5 décadas después de aquella actividad de la calle el Conde (donde gran parte de los actores esenciales ya no están), tras varios intentos, finalmente el PRD -independientemente de la militancia- ha sido sepultado. La organización política más emblemática que ha tenido el pueblo dominicano, ha sido sometida de manera alegre y desenfadada a la voluntad del PLD, gracias a un pacto simple entre sujetos.

Los aprestos que comenzaron hace unos años, se han concretizado: después de creer que el PRD sobreviviría a los ataques y divisiones históricas de las cuales siempre se ha restablecido, los analistas admiten que no le quedarán ni los símbolos, en manos de la franquicia .Los principios éticos y morales que inspiraron la organización, transmitiendo la militancia degeneración en generación, venían siendoreemplazados por tránsfugas y oportunistas.

Esta última ruptura del PRD es la más dramática ,dada la ausencia de valores de su dirigencia, que basó su liderazgo en la expulsión y negación del padrón de figuras emblemáticas (viejos robles), que llevó a formar el Partido Revolucionario Moderno (PRM).Las nuevas generaciones no supieron interpretar el espíritu de un organismo edificado sobre la integridad y el desprendimiento de seres excepcionales al servicio del pueblo, capaces de hacer política pensando en la gente -principio que enarboló el carismático Peña Gómez, hasta el final.

Hoy cuando la política es un negocio despreciable, que seduce e envilece a gran parte de la población, resulta desconcertante el nivel de compromisos clientelares, las garantías de impunidad y el ascenso social que ésta ofrece. Al tiempo que la población sumergida en la anomía no se mueve – si no es bajo los efectos de dádivas miserables, envueltas en un discurso distorsionado de la realidad.

Debemos darle las gracias a Miguel Vargas por haber llevado el proceso de aniquilación del PRD hasta el final…Esto ha permitido acabar con el chantaje ,redefinir el escenario político, donde el PRM,ultima escisión del PRD, pasa a ser la fuerza opositora mayoritaria. Finalmente, hay oposición, lo que es sano y necesario.

Las generaciones por venir recordarán, tal vez, algunos hechos históricos del PRD, para vivir en democracia. Pero cuando se analicen el daño que se ha hecho al sistema de partidos, se citará a Miguel Vargas por haber enterrado el esfuerzo de miles de hombres y mujeres, que creyeron y lucharon gratuitamente por la democracia, en el PRD desde el 1939

Resulta paradójico, sorprendente y simbólico, que esa organización, que surgió en el siglo pasado para establecer las bases de la democracia, termine 76 años después prisionera de aprestos totalitarios, dictatoriales de sus dirigentes. Estos últimos desvirtuaron el papel de los partidos políticos y su rol en la sociedad, en un momento crucial para este pueblo y los pueblos de la región, amenazados por un seductor modelo político basado en el mesianismo, populismo, clientelismo y corrupción, donde la propaganda aberrante y el continuismo ponen en riesgo los valores democráticos.

Si bien los días de Miguel Vargas como dirigente estaban contado, éste también ha acabado con el pacto, arrastrado por sus ambiciones, prisionero de sus contradicciones.Ya que todo ha terminado, es necesario que alguien le “diga” (como él mismo lo viene pidiendo: ¡Dímelo!, ¡Dímelo!) que existen diferencias entre político, comerciante, lobista, mafioso y militancia comprometida. Ya que en estos tiempos, a pesar de la manipulación de los gobiernos, los pueblos latinoamericanos reaccionan, cabe citar Hondura, Guatemala, El Salvador, Panamá, Chile, Brasil, Argentina, Perú,… países que tienen en la mira a sus ex y actuales gobernantes por corruptos.

Para enfrentar lo “nuevo” que se viene presentando en el escenario político nacional, son necesarias oportunas organizaciones – como aquel PRD tradicional (desaparecido), capaz de transmitir una mística militante de entrega y sacrificio por el bien común. Hay que formar ciudadanía para poder enfrentar las sutilezas de estos gobiernos, que nadie sabe lo que son, ni lo que quieren llegar a ser.