Cuando el mes de julio entraba en su segunda semana, para ser más preciso, 11 de julio del 2008, el petróleo alcanzó su precio más alto en la historia: US $147.27 por barril, inciándose  en ese contexto una tendencia alcista al inicio del invierno del 2002 hasta mediados del 2008 para luego retomar la tendencia hacia arriba con cierres en junio del 2012 y agosto del 2013 de US $114.83 y US $112.24, respectivamente. Desde entonces ha experimentado un promedio anual en un rango de los US $93.17 en el 2019 y US $56.98 en el 2019.

Estaria demás decir que el  panorama de hoy es muy distinto: al cierre de esta semana el llamado oro negro se cotizaba en US $ 40.04 por barril y un promedio en lo que va del 2020 de US$ 37.3 por barril en el NYMEX. Es obvio también que la pandemia que ha paralizado el comercio a nivel mundial ha tenido mucho que ver con la depreciación de éste, aunque existen analistas que entienden que, en función de la reactivación de la economía, de la misma manera se apreciaran los precios del crudo. Sin embargo, por otro lado, existe paralelamente una ola de pensamiento que atribuye la situación pírrica de la desaceleración de los precios del crudo como el inicio del final de la era del “boom petrolero”, en lo que significaría un giro al consumo de energías alternativas como la solar, hidroeléctrica, eólica, biomasa, entre otras.

Sea una razón u otra, lo cierto es que por el momento los resultados no se han dejado de sentir. Así tenemos que en este 2020 se ha registrado el mayor número de compañías en bancarrota en el sector petróleo en los  Estados Unidos. Y si nos transportamos al Medio Oriente y al norte de África, la situación es sin lugar a duda mucho más oscura. En un trabajo recientemente publicado en la revista The Economist se señala que los países de esas dos regiones requieren, con excepción de Qatar, un precio muy por encima de los US $50 el barril para poder balancear sus presupuestos. Dos ejemplos son suficientes a fin de entender lo anterior: el caso de Arabia Saudita, donde impera un precio de US $75. el barril para satisfacer su equilibrio presupuestal y el extremo de Argelia que lo necesitaría por encima de los US $157. 

 Fuente: FMI
Fuente: FMI

 

Particularmente entiendo que asumiendo un cambio del uso de un tipo energía a otro, si la historia nos ha enseñado algo, es que la evolución en el consumo de energía toma décadas. Ahí tenemos el ejemplo de la transición de la madera como principal consumo de energía al carbón durante la primera revolución industrial en el siglo XVII, para luego ser sustituido a mediados del siglo XIX por el petróleo y el gas. Las lentas evoluciones en el consumo energético se deben a un sin número de factores desde regulaciones, tarifas, incentivos  y cambios hasta el comportamiento del consumidor. De lo anterior ya sabemos que por el momento la realidad de hoy es que el petróleo y sus derivados representan más del 30% del total de consumo de energía global, situándose aun como la principal fuente de energía.

Oportunidad para la República Dominicana

Muchos hemos escuchado decir que las crisis y los momentos de dificultades brindan nuevas oportunidades para reinventar una economía, con lo que me identifico, apostando a este momento que creo es una gran oportunidad para nuestra República Dominicana, al arrojar un poco más de luz un estudio hecho por la escuela económica de INTEC en el 2018,  donde señala que por cada US$10. a que se eleva el precio del oro negro en los mercados internacionales, el gobierno nuestro  debe destinar US$700. millones más para cubrir la factura petrolera.

Entonces, lo sano e ideal sería protegerse ante la eventual alza de los precios del crudo, tomando en cuenta que somos un país netamente importador de hidrocarburos. Algunos dirían que estamos en una tendencia a la baja, lo que se estimadaría como válido argumento, sin embargo, tenemos que entender que esa forma de energía históricamente ha sido muy sensible al factor geopolítico, además de que su cotización varía en ciclos. Una muestra de la sensibilidad ante esa eventualidad es que el oro negro ha experimentado cambios bruscos en sus cotizaciones en más de un 30% en unas sesenta y dos ocasiones desde el año 1970.

Fuente: EIA
Fuente: EIA

 

Vistas así las cosas, lo recomendable  es comprar opciones a fin de hacer lo que se conoce como “hedge”, que  en el sector privado fue aplicado con la línea aérea Southwest, y en el sector público con México. En el caso concreto de Southwest tenemos que ejerció derechos de compra de petróleo a precio de US $51 por barril, mientras el mismo oscilaba en los US$80-90 a principios del 2010. Esto le permitió tener precios mucho más competitivos que las demás aeolíneas. En el caso mexicano, al ser un país productor de petróleo, en los últimos 19 añosha optado por la estrategia de protegerse ante la eventual depreciación de los precios de los hidrocarburos.

Es bueno entender que los mercados de futuros y opciones existen para la transferencia de los riesgos y en el peor de los escenarios protegerse ante la volatilidad de los precios, lo cual sería de mucho oxígeno al elaborarel presupuesto de un país. ¡Aprovechemos la oportunidad! ¡Estamos a tiempo!