En mi estadía de estudios en México tuve el honor de recibir docencia de tres grandes intelectuales mexicanos de origen españoles: Leopoldo Zea, Eli de Gortari y Adolfo Sánchez Vásquez, este último público un opúsculo titulado " La Ideología de la Neutralidad Ideológica de la Ciencia", donde al menos en las ciencias sociales postulaba el carácter no neutral de sus estructuras epistemológicas.
Esta cuestión la traté en mi libro "Siete ensayos epistemológicos", publicado en Santo Domingo en los 80s, al parecer el primer tratado en esa materia en Dominicana.
Era una época tormentosa en el debate por la ideología y los principios marxistas que centraba una recia polémica en la defensa de los ideales de Marx y Engels, que eran interpretados de las más diversas formas políticas y filosóficas por la juventud que seguía con pasión sus enseñanzas y principios para "hacer la revolución" y transformar la sociedad. Ese fantasma, como diría Lenin, posteriormente, se expandió por los confines de Europa, América y otros Continentes; en América Latina empujo revueltas y explosiones civiles en México del 1968, en Bolivia del 52, en Dominicana del 65, en Centroamérica de los 80s, en Uruguay con los Tupamaros y en Cuba con su revolución. La ideología sacudió el mundo con su proyecto marxista de un mundo nuevo, que parodiaba la Revolución Soviética y la Revolución Cultural China implantadas con el fuego de las armas y la virulencia del discurso por una nueva sociedad. Todo aquello cayó con el derrumbe del poder soviético en 1989 y la Glasnost y Perestroika de Gorbachov.
Quedan algunos pocos espacios sociales que se han acomodado a las circunstancias emergentes de los tiempos neoliberales. Es el cuasi modelo del llamado Socialismo del Siglo 21 que implementan sus prácticas político-sociales en Bolivia, Ecuador, Brasil, Nicaragua y El Salvador, bordeando conquistas extraídas del paradigma clásico del Socialismo tildado de Científico.
Con la entrada, luego de esos episodios europeos conservadores y liberales, parece como si fuera cierto que las ideologías han muertos, como lo proclama Samuel Huntington en "El Fin de las Ideologías" a partir de los 90s, así como lo preconiza Francis Fucuyama en parónima sentencia de "El Fin de la Historia y el último Hombre", hipótesis que cobra vigencia en los años citados.
Tesis que envuelve el criterio hegeliano de la Idea Absoluta desarrollada por Guillermo Hegel en la "Fenomenología del Espíritu" con intención de sacralizar y endurecer el Estado Prusiano de entonces, modelo de un poder absoluto a que aspiraba la desaparecida Prusia. Ese modelo idealista se proponía enterrar las demás ideologías políticas y asumirlas en un solo entorno de competencia política.
La Idea Absoluta de Hegel renace en estos tiempos de Globalización y Tecnología para enraizarse en el comportamiento de las ingentes generaciones , acompañado de sus herramientas virtuales que hace el doble rol de instrumento tecnológico y juguete, del que no nos podemos separar por un instante
Los dos pensadores actuales arriba citados escribieron obras que circularon, o fueron puestas a circular, por los estamentos más prominentes de prestigiosas Universidades de Estados Unidos, Europa y Asia, como también recibieron el apadrinamiento de los Consorcios Financieros.
Consumada estaba la muerte de la Ideología después de la hecatombe del Socialismo y hacia su entrada el Neoliberalismo con todo su poder económico-financiero; se impuso ostensiblemente la Mercancía como el nuevo Dios de la sociedad mundial, con su absorción de los valores , y los principios éticos sucumben ante la mareada de mercancías, servicios y tecnologías de punta.
A esto le hace gracia con inaudito poder de persuasión la publicidad grandiosa que conquista con su magia a los jóvenes y adultos mayores atrapados en el inmenso almacén de productos novedosos que ofrecen y que suelen extinguirse de los escaparates para darles pasos a otro novedoso y actualizado producto que fabrican los Centros de Poder como última moda.
La Idea Absoluta de Hegel renace en estos tiempos de Globalización y Tecnología para enraizarse en el comportamiento de las ingentes generaciones , acompañado de sus herramientas virtuales que hace el doble rol de instrumento tecnológico y juguete, del que no nos podemos separar por un instante.
Adiós Ideología, asumida por la postmodernidad, quedando en la periferia de círculos cerrados ciertos debates con visos de ideología, que se mueven exclusivamente en "élites intelectuales y profesionales que van pasando", sin ninguna vinculación de aquella clase obrera que proclamara Carlos Marx.
Mucho menos encontrar sensibilidad de los jóvenes por principios éticos. Si apreciamos correctamente, veremos que los "retazos de Ideología" se enfocan en cuestiones de pugna por conquistas sectoriales sociales, como seguridad social, lucha salarial, defensa y protección del medio ambiente, organización del transporte, seguridad ciudadana, proyectos sustentables y otras peticiones para una vida de calidad, que no puede ofrecer la nueva ideología del "capitalismo salvaje" con su embaucadora filosofía del neoliberalismo orientado a endiosar la Mercancía y el gran capital.
Todo por vía de consecuencia acarrea inseguridad , atracos, violencia, sicariato, delincuencia; en fin, egoísmo, ambición, codicia, robo ,vanidad e hipocresía, unido a un afán de riquezas, sin ningún freno porque la naturaleza inmanente al propio sistema neoliberal, eso es lo que genera en sus mentes emponzoñadas; no hay escape, sino se produce una transformación social que pase por una educación ética y cognoscitiva.
El insigne mentor, con su aureola de gran investigador y autoridad de los Centros Universitarios de Harvard, Chicago, me refiero a Fucuyama, levanta su incuestionable tesis de que la nueva ideología lo asume y constituye la Economía. Todos al parecer inclinados de rodillas ante el nuevo Dios del universo social: el Capitalismo Neoliberal o Neoconservadurismo.
Esta es la generosa filosofía que redime a la humanidad de sus sueños e ilusiones; aunque al final produce masas marginales desempleadas y llena de pobreza, reduciendo la riqueza al reparto de unos residuales sectores económicos, que viven en abundancia ante la mirada decepcionada de su humilde contraparte: los marginados.
Comentarios que exponemos a manera de añoranzas de las décadas pretéritas donde la ideología hacia despertar los sentimientos solidarios y de equidad porque lucharon nuestros héroes y revolucionarios, ya olvidados.