Cotidianamente vemos el desempeño de la actividad cultural oficial en los periódicos, no así en la comunidad, y ese es el principal negocio de mucha gente para sobrevivir pegados en el gobierno de turno.
Ni son buenos para la sociedad ni para ellos mismos pues repiten la cultura del "dame lo mío".
La realidad continúa a ser la ausencia de un sistema de financiamiento a la cultura que se genera en la comunidad, en los emprendedores, en los sectores que le dan estabilidad al PIB cultural que ronda los 800 millones de dólares anuales.
Ese escenario de ausencia de sustentabilidad cultural desde el punto equidistante oficial se debe a la ausencia de estrategia. Por tanto, ese desequilibrio continúa a detener el crecimiento del sector y permanece en una situación de pérdida de empleo y renta.
El arte es un instrumento potencial de infinita capacidad generadora de ideas, por tanto incompatible con la incapacidad de gestión en la perspectiva gubernamental.
Falta creatividad para una gestión cultural sustentable.