El muralismo es un tipo de producción artística que utiliza, por lo general, un lenguaje formal grandilocuente basado en procedimientos técnicos y expresivos. La forma del arte mural históricamente determinada y reconocida se hace visible como estructura dimensional, composicional y cromática presente en un marco muchas veces retórico-visual, mediante el cual nos revela o narra una historia simbólica, institucional, celebratoria, épica o heroica.

Regularmente, el mural cobra valor temático a través de un tratamiento estético y formal, pero sobre todo de una instrucción histórico-narrativa en la que se conjuga la personalidad simbólica, a veces ecuménica, laica o propiamente religiosa.

Se puede decir que el mural se lleva a cabo en grandes dimensiones abrazantes de elementos intensamente gráficos, dibujísticos y pictóricos normados por una determinada estética espacial y canónica que cuenta una historia alegórica y simbólica poseedora de un significado histórico, religioso e identitario. Tal y como se puede observar en los murales de Vela Zanetti, Jaime Colson, Amable Sterling, Norberto Santana, Silvano Lora, José Ramírez Conde y otros, la expresión mural se materializa en una técnica específica y puntual de creación, regularmente aplicada en muros y superficies en cuyos ejes composicionales cabe fijar el tema elegido como narrativa significante, detalle formal, temática expresiva, aplicaciones cromáticas, funciones técnicas angulares, horizontes y nudos espaciales que sirven de base al conjunto mural,  junto a otros aspectos estéticos y constructivos.

Es por eso que en el mural, la composición que se afirma en la distribución de los elementos formales, materiales y temáticos también se crean desde un funcionamiento estético-sensible donde la figura humana y los objetos visuales se llevan a cabo con, o, mediante capas profundas con un aplique comprobado, dirigido y planificado. Se trata de un trabajo llevado a cabo por el muralista centrado en la parte constituida y constitutiva que hace posible y legible la materia significante que le sirve de base al mural.

Normalmente, para llevar a cabo o realizar un mural se escogen temas identitarios, nacionales, educativos, ético-morales, de salud, de personalidades históricas o de eventos, sociales y religiosos mostrativos de la historia nacional y cultural del país.

Es por eso que en la Universidad Autónoma de Santo Domingo se han creado murales también realizados por artistas dominicanos que sobre la base de un proyecto han creado un arte mural moderno y vanguardista basados en estéticas realistas, simbólicas y transmodernas, tal y como se hace visible en la Facultad de Ingeniería y Arquitectura en la fachada frontal, donde el pintor, dibujante y muralista Ramón Oviedo creó su obra titulada “Raíces” con un sentido identitario y cultural dominicano.

En la fachada frontal de la Facultad Ciencias de la Salud, encontramos dos murales, en el ala derecha y en el ala izquierda, firmados por: Norberto Santana (en la parte derecha) con su obra “Operativo Médico” y Amable Sterling (del lado izquierdo) con su obra “Historia de la medicina Dominicana”.

Aparece en el interior de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura un mural de Vela Zanetti y del mismo muralista aparece en la Facultad de Odontología en el interior un mural dedicado a la salud bucal. Mientras que en la Facultad de Economía estuvo el mural de Silvano Lora, dañado en parte por una intervención accidental; en tanto que en la fachada de la Facultad de Economía se encuentra un mural realizado y firmado por Norberto Santana Rivera.

En la fachada frontal de la biblioteca universitaria vemos el más grande mural de toda la universidad y del país hasta hoy realizado por el artista visual y muralista Amable Sterling y que lleva como título “Donde se construye la patria”.

Alegoría, símbolo, historia, educación, esfuerzo y progreso se encuentran en los ejes composicionales de dicho mural donde el artista semantiza los diversos núcleos plásticos del mundo dominicano actual.(Véase, para más explicaciones al respecto, la obra publicada por el ingeniero Hugo Francisco Suriel Vargas: Biblioteca Central de la UASD: La verdadera y real historia de su construcción, Ed. Impresos Camilo, Santo Domingo, 2018).

La influencia de los muralistas mexicanos en el muralismo dominicano y latinoamericano en general, se hace evidente mediante un lenguaje donde realismo, vanguardia y posvanguardia aparecen como tendencias canónicas de representación mural y cuyo tipo simbólico figurativo ordena la expresión del mural ensanchada en el concepto de obra. De ahí la continuidad observable en este tipo de creación visual.

El muralismo dominicano registra en su historia toda una concepción de la obra basada en una estética integradora, animada por los principios de creación visual clásica y moderna. De ahí su significación en el orden institucional, social, artístico-cultural e histórico.