Estas son unas consideraciones, extraídas del famoso libro dominicano “Cartas a Evelina” del doctor Francisco Moscoso Puello, escritas a principios del siglo XX, y en donde el autor, entre otras muchas cosas, se pronuncia sobre el comportamiento de las multinacionales en suelo dominicano, y allí nos dice:

El mulato necesario:

“Toda obra extranjera encuentra en este país tantas facilidades como entorpecimiento encuentran las nacionales. Para el extranjero están abiertos todos los caminos. Pero yo no creo que esto sea hecho por mala fe exclusivamente, esto se hace por incapacidad. El extranjero, por su parte, se aprovecha y abusa de ese estado de cosas.

Viene al país enterado de todo esto. Se establece después de haber obtenido con asombrosa facilidad toda clase de franquicias. A lo mejor, se vale de algún dominicano influyente, del mulato necesario que, a manera de cuña, le abre las puertas del favor oficial. Establece una compañía con apariencia de nacional, en la que el mismo mulato necesario figura con el cargo de vicepresidente u otro, y en pocos años, se hace dueña de un gran sector de la actividad nacional, exterminando, arruinando y postergando al infeliz nativo, que paga a ese precio su ignorancia insuperable.”

Los nombres de los negocios internacionales en el país:

“Y cosa curiosa: mientras los pequeños negocios de los nativos y algunos extranjeros, se establecen bajo denominaciones exóticas, para inspirar confianza en el público, y acreditar sus productos, las grandes compañías, los grandes pulpos, llevan nombres castellanos, para cubrir las apariencias y no inspirar temor ni desconfianza, así como para proteger contra toda crítica la actuación de sus cómplices nativos, que de este modo sirven los intereses del país, por lo menos aparentemente. Detrás de las compañías dominicanas está encubierto el capital extranjero, para proteger sus procedimientos, a veces no muy honestos, y detrás de las compañías en apariencia extranjeras, está el modesto capital dominicano. Así, por ejemplo, cuando se lee Dominican Trading, o Dominican Shoes, o Dorninican Ice Cream, se trata de pequeños capitales dominicanos que se protegen, para gozar de algún respeto y adquirir la confianza del nativo; y por el contrario, cuando se lee Santo Domingo Industrial, Compañía Eléctrica de Santo Domingo, Compañía Azucarera Dominicana C. por A., Compañía Agrícola Dominicana, es el capital extranjero disfrazado para realizar su obra de exterminio, para esquilmar al pobre país, para facilitar la obra de sus cómplices nativos, para no levantar suspicacias.”

Estas afirmaciones del doctor Moscoso Puello, siguen siendo una realidad, aunque en menor grado que entonces. Todos sabemos de importantes personas de la vida pública que han hecho carrera en altas posiciones representando (a lo que tienen derecho) a intereses extranjeros. También todos conocemos, hemos visto y usamos los servicios de compañías extranjeras que de algún modo llevan, aun sea en parte de su nombre, denominaciones castellanas, y hasta el mismo nombre de Dominicana.

Pese a los muchos cuestionamientos que reciben y han recibido las “Cartas a Evelina” por su crítica, a veces cruel, al pueblo dominicano, es indudable que el doctor Moscoso Puello vierte en ellas observaciones muy agudas, y en no pocos casos ciertas.

Su posición frente al poder económico extranjero no es ambigua, lo define como autor de una obra de “exterminio económico” de sectores económicos locales. Una franca y clarividente afirmación, que una vez más se hará realidad en el país—para muchos sectores productivos—cuando terminen de levantarse todas las trabas arancelarias con el tratado DR-CAFTA y el productor dominicano empiece a competir, con toda crudeza, con el más avanzado y mejor financiado productor de Norteamérica.

Cartas a Evelina, es un libro fácilmente descargable en Internet. Es un clásico de la literatura dominicana que vale la pena leer, cuando menos, una vez en la vida, para familiarizarse con él y palpar los interesantes juicios de su autor respecto a nuestro país.