Tener diagnósticos sociales con el interés de avanzar socialmente un país, es  algo inteligente y hasta muestra una preocupación extra, para enmendar errores. Pero depende de qué errores. En materia social, con sistemas presidencialistas que duran 4 años, hay errores sociales cuya curva temporal de duración, es larga y dolorosa. No tiene solución a corto plazo, de ahí que si bien muchos de estos informes son herramientas del futuro, también son elucubraciones sin destino final, sin puesta en marcha ante la propia realidad.

Que quede claro, las ciencias sociales en la post modernidad, se han convertido en un observatorio de problemáticas internacionales que pueden y en efecto han dado la alerta sobre graves problemas regionales, ellos han jugado un rol importante en la focalización de conflictos y situaciones que al ser estudiadas, han dejado al descubierto la falta de voluntad política de muchos gobiernos ante el compromiso o la promesa de soluciones sociales, olvidadas en la palabrería demagógica, cada vez más agotada y revista.

¿Cuál es el criterio masturbante en la convocatoria de firmas notables que cobran millones de dólares para decirnos las enfermedades sociales y su imposibilidad de rectificar soluciones sociales mal aplicadas por años, agregando a ello una insólita confesión: no saber el destino final del estudio?…

La preocupación por saber qué dicen o que vaticinan los brujos sociales revela también una cierta inseguridad en la aplicación de las políticas sociales que al cabo del tiempo, han deteriorado el poder adquisitivo de una clase media conservadora, que solo en los últimos tiempos asocia con pavor la relación de su bolsillo con la de su voto.

Pero el daño  ya está hecho y solo queda estudiarlo pagando caro a quienes desde fuera vienen con proposiciones y cuadros estadísticos, mediciones extrapolaciones, designios de potenciales, debates y señalamientos inconclusos, porque el patrón de la realidad, irrefutable y misterioso, desmonta de modo abyecto, toda teoría sofisticada, montada en visible torre de Babel.

1.- EL INFORME ATTALI.

Cuando se lee el informe Attali, se tiene la impresión de que el inquieto Jacques habría vivido por décadas en la República Dominicana, o en su defecto había puesto a sus ayudantes a darle seguimiento a todo lo que los columnistas dominicanos habrían escrito en los medios nacionales por largo tiempo: la mayoría de sus observaciones están contenidas en muchos artículos sueltos publicados en el país.

En las recomendaciones internacionales, especialmente en el área del Caribe, los yerros notables y apresurados. Desconoce el viejo historia del CARICOM y la República Dominicana y  obvia alegremente la problemática estratégica que tiene este país desde hace mucho con respecto a su relación con el resto del Caribe, menor y mayor.

En el informe no se explican las razones ni las distancias intrainsulares, que han llevado a este país a ese aislamiento con respeto del Caribe anglófono y francófono: la realidad de sus tirantes relaciones con Haití, influyeron notablemente para ese aislamiento con las islas colonizadas por Francia, Inglaterra y Holanda. La lengua también ha sido un factor importante, porque el inglés ha competido con el francés en esa zona y en algunas ocasiones el inglés ha quedado como lengua de referencia, aún en lugares colonizados por los franceses, caso de San Martin y San Pierre et Miquelon, el archipiélago frente a Terranova,  enclavado en la América del Norte.

Si bien la República Dominicana no ha tenido desde hace más de 40 años objetivos esenciales que le llevaran a crear una política para sus relaciones con el Caribe no hispanofòno, no es menos cierto el hecho de que para nuestra clase política, en su corta visión de las relaciones internacionales, el tema del Caribe como región a la que pertenece el país, siempre ha sido obviado, a no ser que circunstancias externas hayan obligado a un acercamiento tímido. Lo nuevo en este tema se resumiría con la siguiente pregunta: ¿La actitud solidaria frente Haití hará que las islas anglófonas y francófonas, de modo particular, comiencen a reformular su visión diplomática de recelos encubiertos hacia la República Dominicana en organismos como el CARICOM y la Asociación de Estados del Caribe (AEC)?

Esa pregunta habría ahora que desentrañarla, porque aunque somos miembros del Cariforo, los dominicanos allí tienen un bajo perfil.

El tema de la identidad caribeña de la República Dominicana, en un concierto geográfico al que su estrategia diplomática no ha dado mucho crédito, está muy ligado a la visión que tiene el país sociológicamente e históricamente sobre la africanía y su herencia, en un país donde la ideología hispanista adoctrinó con resultados de ignorancia y ceguera cultural, elemento escondido del fracaso
del acercamiento autèntico hacia el Caribe no hispanoparlarte.

Ninguna de esas ideas con claridad, aparecen en el flamante informe Attali y sus conclusiones
siguen siendo, en este dominio de las ideas estrategicas, cuando no falsas o superficiales, pecan de ingenuas y hasta de interesadas, para quienes sabel leer…

2.- El INFORME DE  LA ORGANIZACIÓN PARA LA COOPERACIÓN Y EL DESARROLLO ECONÓMICOS (OCDE):

El estudio realizado por la OCD, sobre la clase media latinoamericana y caribeña, incluida la de República Dominicana,  advierte sobre la consecuencia que podría tener, la no aplicación por parte de los gobiernos de políticas públicas, que tengan en cuenta las vulnerabilidades de este segmento poblacional, ante las fluctuaciones económicas como consecuencia de la crisis económica y sus efectos en las condiciones de vida de ese estrato y cuáles son sus riesgos de descenso a condiciones de pobreza.

En el caso de República Dominicana, podríamos decir que esto no es algo que podría suceder en un futuro, sino que es algo que ya estamos viviendo y sufriendo.

Ha habido una despreocupación total, con respecto al diseño de políticas públicas eficientes y viables para elevar y garantizar la calidad de vida de la población dominicana que componen el estrato de ingresos medios,  ni su inclusión de forma real en el proceso de desarrollo nacional.

De hecho este estudio concluye con que la clase media dominicana está compuesta por un estrato poblacional “de bajo perfil”, ignorado en las discusiones de políticas públicas y poco estudiado en los ambientes académicos e intelectuales”.

3.- EL INFORME DE HARVARD…

Al margen  de su obvio carácter tecnocrático, subyace en el informe un gran asombro sobre el tema del crecimiento dominicano por décadas y sus resultados posteriores. Sobran las fórmulas neoliberales (algunas ya atravesadas sin éxitos), y existe una notable focalización a recomendar cambios de modelos, los cuales según este informe se justifican
porque pese al alto crecimiento económico del país, este: “no es sostenible, pues está basado en la expansión del sector no transable, mientras que la cuente corriente de la balanza de pagos muestra crecientes déficits”.

El sector no transable de la economía, son aquellos bienes que se producen y consumen en el país, la aplicación y fomento de este modelo, según este informe muestra que no producido creación de empleos formales, ni incrementos de los salarios reales, sino todo lo contrario se ha producido un incremento del desempleo, ya que el capital humano que necesita este sector es poco numeroso y necesita una calificación superior al promedio nacional, por lo que su continuidad, ya nos estaría llevando al incumplimiento de algunas líneas de actuación necesarias para el logro de la creación de empleos que se recoge dentro de la Estrategia Nacional de Desarrollo.

Vistoso en comparaciones y cifras a todo color, apostando por el futuro dominicano, pero donde al mismo tiempo nos muestran que se le sigue dando prioridad a la expansión del crédito para el consumo en detrimento de la financiación para la producción.

En realidad hay un mito de los informes, porque al final, si se leen bien, los mismos establecen la constante de los yerros en una tierra, como diría Andrzej Wajda, de la gran promesa postergada y pisoteada.

A la Repùblica Dominicana, lo que no se suele decir directamente en esos informes , la cita con el tiempo
que ha pasado, le ha sido fatal y lo catastròfico del presente, no le ayuda mucho a ganar tiempo perdido,
no importa que reviva  Albert Einstein y haga un nuevo informe, serà uno de tantos…