Como hemos demostrado enigmas y misterios signaron la vida de Colón… y hasta su misma muerte.
Luego de todas sus glorias, blasones y alta estima conquistadas, es acusado de traición, maltrato, robo, crímenes y despojos.

De su infortunado tercer viaje, Colón regresa a España encadenado. Sin embargo, logra que ya unos no muy entusiasmados Reyes Católicos financien un cuarto, último y casi olvidado viaje. El 11 de mayo de 1502 dejó Cádiz con cuatro carabelas de dudosa calidad.

Colón llega hasta el Orinoco; pero no percibe, aparentemente, que acaba de toparse con el luego llamado Continenete Americano. Recorre, en una travesía fantástica, toda la costa de América Central y parte de la América del Sur. De regreso se interna en Panamá. Hace contacto con los indígenas de allí, que también lo reciben en principio de muy  buena forma. Mismo intercambio de oro por baratijas, mismos abusos y mismos desencanto indígena que terminan haciendo la guerra a Colón y a sus acompañantes; quienes fracasan en su intento de hacer un asentamiento en Panamá y hasta pierden una de sus naves.

Otra vez, a un tris de adelantarse a la Historia, cuando alentado por los indígenas se interna en las selvas panameñas por la misma zona en que luego se construiría el Canal de Panamá. A un paso estuvo Colón de encontrar una ruta entre el Atlántico y el Pacifico. Empero, decidió devolverse.

En su salida apresurada de Panamá descubre el mal estado en que se encuentran sus barcos. Azotado por una tormenta, ya a punto de naufragar, decide devolverse  y llegar hasta Jamaica. Encallan. Hambrientos, enfermos y maltrechos él y sus marineros no juzgan prudentes internarse en Jamaica por temor a la furia de los indígenas de allí.

Pero sabedor cuál día se produciría un eclipse de luna (por la lectura de documentos del astrónomo y matemático alemán Johannes Müller von Königsberg, que había escrito un almanaque que contenía tablas astronómicas que cubrían desde 1475 a 1506, y el cual proporcionaba información detallada sobre el sol, la luna y los planetas, así como las estrellas y constelaciones más importantes), convoca a los jefes indígenas para mostrarles el gran poder que tiene sobre los cielos y “produce”, el  29 de febrero de 1504, el “encantamiento” de la luna.  Los indígenas, entonces, lo colman de atenciones y comidas. Hasta aceptan, acompañado de su escribano, ir en una canoa hasta la Hispaniola a buscar ayuda.

El Almirante, y los aún vivos marineros, regresan a España. Pero llega desprestigiado, pobre, agobiado por la artritis y abandonado definitivamente por los Reyes Católicos.

En su lecho se enfrenta a la Suprema Inquisición, a quien hasta expulsa de su casa. Pero sí recibe, moribundo, al obispo Marchen, quien fuera confesor de la Reina. Ante él supuestamente admite que el verdadero descubridor español del Nuevo Mundo fue Alonso Sánchez de Huelva, a quien el propio Colón  habría asesinado.

Otra versión del asunto de Huelva: El capitán Alonso Sánchez de Huelva, había salido a pescar desde las costas de Galicia y arrastrado por el vendaval, de tumbo en tumbo, fue a parar al aún no descubierto Continente Americano. Allí, junto a sus acompañantes, permanece un tiempo recolectando frutas y metales preciosos.  Un día decide regresar a España sin seis marinos que prefieren quedarse en las nuevas tierras descubiertas. Guiado por las estrellas traza la ruta del trayecto. En altar mar el experto capitán es asesinado por uno de los marinos, que le roba los mapas náuticos que había realizado de toda la trayectoria del accidentado viaje. Consumados robo y crimen el joven marino, que no sería otro que Colón, desvía la pequeña embarcación hacia Lisboa y disfrazado se finge italiano, haciéndose pasar por genovés. En el año de 1484 recurre al Rey de Portugal Juan ll, a quien trata de convencer para que financie una expedición que iría en búsqueda de ciertas tierras desconocidas, que él dice haber escuchado de su existencia a ciertos pescadores. El Rey rechazó el pedido ateniéndose a la recomendación de tres peritos consultados.

Colon se va con su proyecto a España a finales de 1485. Allí con el secreto de su robo y crimen, se vería obligado por el hambre y la miseria, mas los prejuicios religiosos, a visitar el convento de Santa María de la Rabida, de la Orden Franciscana, donde confesó su robo y crimen al fraile Juan Pérez y a otros; quienes bajo amenaza arrebataron sus cartas de navegación. Los frailes ocultaron por algunos años estos documentos, que consideraron peligrosos y herejes para sus doctrinas dogmáticas; pero enterados de que Colón fue a buscar apoyo a las cortes de Inglaterra y Francia,  se vieron obligados a mostrárselos al fraile Antonio de Marchen. Este se los llevó a la reina Isabel, quien mandó a llamar a Colón a la corte para discutir las condiciones del viaje.

El 17 de Abril de 1492, la reina firmó las capitulaciones en Santa Fe, adquiriendo Colón, para sí y sus descendientes, el titulo de Almirante de las islas y tierras firmes que descubriera, Virrey y Gobernador General de ellas. Recibiría el décimo de las riquezas que se encontraran.

16 de Junio del año 1985, el conocido historiador español Nectario María, publicó que el verdadero descubridor del Nuevo Mundo fue Alonso Sánchez de Huelva, un náufrago a quien una tempestad lanzó a las costas de la hoy América.

López de Gomara en su libro: “HISTORIA GENERAL DE LAS INDIAS", también nos habla de un capitán que decía haber estado en el Nuevo Mundo; pero que encontrándose en apuros logró que Colón lo acogiese en su casa, de donde no salió con vida.

Fernández de Oviedo, también nos habla en su libro "EL SECRETO DE COLÓN", de un protonauta desconocido a quien Colón asesinó y robó.

El caso Juan de la Cosa:Según una carta parece que la reina Isabel tenía grandes desconfianzas hacia Colón y su proyecto  náutico. Ignacio Merino en libro titulado “La ruta de las estrellas” habla sobre un personaje conocido, pero poco estudiado hasta ahora: el marino Juan de la Cosa, al que generalmente sólo se conoce por ser autor de un mapa, el primero que aparece del Continente Americano (después del de Piri Reis).El autor publica en su libro una carta autógrafa nada menos que de la Reina Isabel en la que se dirige no a Colón sino Juan de la Cosa, en un tono de extraña confianza diciéndole literalmente en un párrafo revelador: “que vos seáis mi consentido, mi oído en Portugal y el ojo de Castilla en la mar Océana, micer Juan, es cosa que sólo debemos saber vos y yo…”.

La versióm Saint Germain: Dentro del esoterismo se cuenta que quien entregó realmente los mapas a Colón con la ruta para llegar aquí fue el misterioso conde Saint Germain (alquimista y multimillonario que andanba siempre con una impresionante cantidad de diamantes), del cual les contaré ampliamente en una entrega aparte.

Adelanto que se supone que este personaje, supuestamente muerto el 27 de febrero (?) de 1784, aparece en la Historia como uno de los invitados a la famosa boda de Caná. Igual lo asocian a las investigaciones de Galileo y Da Vinci. Se piensa, también, que fue realmente el primero en venir a Ámerica, de donde no salió durante años, siquiera para desmentir que Colón no lo asesinó cuando aseguraba llamarse Alonso Sánchez de Huelva (¡!).

Otros aseguran que Saint Germain estuvo en la Santa María en  el Primer Viaje…  ocupando transitoriamente el cuerpo del Almirante. (!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!)

Bueno… es otro aspecto de esta historia. Nuestro deber es presentarles todas sus aristas, aunque corra el riesgo de ser tildado… de fantasioso.

Concluyendo: Muchas preguntas habremos de formularnos todavía:
—Colón … ¿Templario o Iluminati?

—¿Su misión en el Nuevo Mundo estaba conectada a sus  verdaderas, creencias?

—Habiendo estado previamente con sus planes en Inglaterra y Francia ¿fue allí donde se decidió su verdadera misión?

—¿Es el Almirante simplemente alguien que siguió las rutas que trazaron otros? ¿Acaso un asesino y ladrón? O en cambio ¿son estas acusaciones originadas por un sector de la Iglesia (el mismo que aupara el asesinato de los Templarios en Eurupa), rival de su secta protectora, que persigue convenientemente demeritarlo?

—¿Realmente nunca se enteró de que había descubierto un Nuevo Mundo? ¿O sólo fingió no enterarse porque no estaba autorizado para asumirlo?

—¿Cuando pudo llegar al Pacífico, atravesando tierras panameñas, no lo hizo porque esa no era su Gran Misión?

El 24 de junio de 1717 (Día de San Juan Bautista, mentor místico de los Templarios) se forma en Inglaterra lo que muchos piensan es la Masonería Moderna (Aunque existía ya una Gran Logia Masónica en Escocia desde unos cien años antes).  La conformación de las Naciones Latinoamericanas está determinada por héroes de indudables formación masónica. La Nación Norteamericana fue diseñada por Masones.

—¿Empieza así el verdadero Nuevo Mundo?

—¿Ese era el real propósito de todo?

—¿Ese era el auténtico Tesoro Templario o Iluminati?

—¿Hay otro Tesoro por ahí?

—¿Está aquí?

—¿Quién ha resultado ser El Portador de Cristo? ¿El misterioso Saint Germain?

—Si ciertamente  hubiese vida después de la muerte ¿estaría diciendo Colón en estos días a sus verdaderos Jefes: misión cumplida?

Admito que no tengo las informaciones que permitan edar respuestas a todas estas preguntas. Pero me comprometo, formalmente, a reflexionar un poco antes de elaborar al enos algunas de las respuestas. Ahora estoy urgido de tirar, desesperadamente, yo mismo el…

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