A propósito del caso Odebrecht, preocupa que el Ministerio Público (MP), cuyo cambio de titularidad suprema era esperado, continúa repitiendo las mentiras de la gestión anterior. Ello le está vedado, porque es un principio fundamental de la actuación del MP la objetividad, lo que lo obliga a buscar pruebas de cargo como de descargo.
Cuando afirma que Andrés Bautista manejó 1,800 millones de pesos en una cuenta producto de supuestos sobornos, ignoró la verdad que debió buscar y no hizo: Andrés Bautista es un empresario agropecuario desde 1970 y cada centavo recibido en las cuentas de sus empresas son producto de la venta de cerdos y ganado.
Extraña que, aun cuando ya no es procurador Jean Alain Rodríguez, la nueva Procuraduría sigue la misma línea de desinformación a la población. No es un tema menor porque con esto, cada vez más, la actividad política no será del interés de quienes tienen historial moral y económico incuestionable, porque bastaría que el MP, para justificar una persecución penal espuria, excluya de los ingresos del investigado los que provienen de sus actividades empresariales.
Lo no entendible es cómo si el expediente de Odebrecht no podía caminar con lo hecho por la gestión de Jean Alain Rodríguez, que fue severamente criticado por la actual procuradora, la dignísima Miriam Germán Brito, quien presagió para aquel un futuro infausto, por no contar con pruebas contundentes, la actual gestión no haya obrado conforme a dicho criterio.
No obstante las advertencias, la procuraduría no hizo ninguna investigación sobre la historia empresarial de Andrés Bautista y aun cuando persistían las debilidades de la investigación, acusó a este, de una vida labrada en la integridad.
El país debe saber la verdad, ocultada por la Procuraduría y la PEPCA, sobre las cuentas bancarias donde aparece el nombre de Andrés Bautista, pues el Ministerio Público nunca vió las 14 cajas de documentos depositados por Andrés Bautista, donde están los movimientos bancarios, facturas, conduces, cheques, depósitos, préstamos y ventas de cerdos y ganado, que demuestran la licitud de cada centavo ingresado en sus cuentas y de sus socios.
La verdad saldrá a la luz en el tribunal y con ello Andrés debe recuperar parte de su honor perdido.