Un día cualquiera, se encuentra usted compartiendo un momento con alguien, en cierto lugar de la ciudad, solamente en compañía de un café y de sus correspondientes smpartphones. Este sitio es idóneo para aprovechar y hablar sobre temas de interés mutuo y la conversación empieza a luir, pero de momento un timbre o una vibración procedente de alguno de los bolsillos de ambos, interrumpen frecuentemente dicho diálogo. Whatsapp facebook, twitter, instagram, linkendi, avisan de las nuevas noticias que suceden fuera del placentero lugar donde se han encontrado. ¿Quién me escribe por whatsapp? ¿Que habrán twitteado? ¿De qué estarán hablando mis amigos en Facebook?…La curiosidad y la inquietud ganan, haciéndose casi inevitable mirar el teléfono de manera constante e interrumpir lo que pudo haber sido un provechoso encuentro. Sé que en alguna ocasión, algo como esto ha podido sucederles y si es así, es porque probablemente estés afectado por lo que ciertos psicólogos llaman el síndrome FOMO (Fear of Missing Out), es decir, miedo a perderse algo o estar desconectados durante demasiado tiempo.
Este síndrome siempre ha existido, el saber que hacen tus familiares o amigos y si te han excluido, pero gracias a los dispositivos móviles con Internet y la ubicuidad e instantaneidad de las redes sociales, ese miedo se ha convertido en un acompañante habitual en muchas personas.
Una reciente encuesta llevada a cabo por la consultora digital MyLife.com, dice que el 56% de los internautas tiene miedo de no enterarse de eventos, noticias o cualquier novedad si está desconectado de internet durante un tiempo. ¿Y saben qué? El celular tiene mucho que ver con esta adicción.
De acuerdo con otro estudio realizado por la consultora Kleiner Perkins Caufield & Byer’s, el usuario medio mira su smartphone cerca de 150 veces al día, es decir, una vez cada seis minutos.
Y es que las telecomunicaciones, traen consigo muchos avances fabulosos que hacen nuestras vidas más fáciles, ofreciendo recreación infinita y sobre todo facilidad de interacción. Pero, no todo es bueno y maravilloso. Las tecnologías han cambiado en una enorme parte la manera en la que vivimos y el cómo nos comportamos, el simple uso de un smartphone a diario puede terminar por causarnos lo que también es llamado “nomofobia”, uno de esos nuevos y para muchos poco creíbles síndromes que aunque no se encuentran aún como enfermedades reales por la medicina, es una realidad que nos afecta. Y si no es así, piense en que tanta ansiedad le causaría creer que perdiste el móvil, o que se te ha quedado en la casa y lo has notado luego de llegar al trabajo.
Así como el FOMO y la nomofobia, hay otros fenómenos que parecen un tanto extraño pero que existen, por ejemplo como el “síndrome de la vibración fantasma”, ese que hace que sientas que te vibra el móvil en el bolsillo cuando en realidad no ha pasado nada.
Por todo lo expuesto anteriormente, es de nuestra opinión tomar en cuenta algunas recomendaciones que permitirán controlar un poco este tipo de situaciones, que si bien no hacen daño a nadie, podrían convertirse en un obstáculo en nuestras vidas y resultados un poco frustrantes con nuestros seres queridos :
- Consultar el correo solo durante un tiempo determinado cada día, en horario laboral. Quienes nos envíen e-mails sabrán que solo estaremos disponible en esas horas y se adaptarán. Y si hay algo urgente, siempre está el teléfono.
- Desconectar el dispositivo móvil un lapso de tiempo por, cuando no sea imprescindible.
- Consultas ocasionalmente las redes sociales. Por ejemplo, tres veces por día y no más de 25 minutos cada ocasión.