La frase le ha dado la vuelta al mundo varias veces. Su autor,

Marshall McLuhan.

McLuhan usaba de manera extraordinaria el juego de palabras

(Retruécano). ¿Recuerdan "la cultura es nuestro negocio"? Esto le

permitía una suerte de “humor negro”, de "ironía electrónica", para

decirlo en su estilo. Cuando escribió lo de "el medio es el mensaje",

jugaba con la última palabra -en inglés message-, "mes-age" que se

traduciría como "edad de la confusión", lo que constituía una de sus

tesis favoritas: "nuestra época es la era de la confusión". ¿Impulsado

por cuál concepto afirmaba tal cosa McLuhan? ¿Por los conocimientos

adquiridos con sus estudios e investigaciones semiológicas?

El asunto es que me he puesto a pensar que para la mitología hindú,

que divide la evolución de la humanidad en cuatro ciclos (la vaca

cíclica de la virtud humana) nuestra época corresponde a la edad de

hierro (kaliyuga), en la cual se alcanza "el grado supremo de

debilidad y senilidad… edad de  miseria, infortunio y decrepitud"..(¡)

No soy catastrofista, pero sí creo que somos testigos estelares del

fin de una era, como ya se ha declarado tantas veces .

Y por imperativo de la esencia misma de la vida,

debemos esperar el nacimiento de una nueva era para la humanidad. Esto

no tiene nada que ver con la llamada "new age", convertida en otro

boom comercial, o un enfoque religioso.

A estas alturas, ¿quién niega los desplomes de las bolsas de valores,

el trastrocamiento del equilibrio ecológico, los acontecimientos

convulsos de montaña rusa, el desquiciado oriente medio, nuestras crisis partidarias, la nauseabunda corrupción en todos los niveles (“crisis en la tierra, crisis en el cielo y en la catedral”)

y es que en todos los órdenes estamos viviendo (hoy son muchos los autores, por diferentes caminos, que afirman lo mismo)

los cambios fundamentales como nunca antes se había pensado, para la

entera humanidad. Podríamos traducir la acertada frase de McLuhan en

el refranero popular como: nunca es más oscura la noche que cuando va

a amanecer. Ya no hay dudas. Es “la era de la confusión. La edad de

hierro no tiene más sello que el de la muerte. Su jeroglífico es el

esqueleto provisto de los atributos de Saturno: el reloj de arena

vacío, imagen del tiempo cumplido” (Fulcanelli El misterio de las catedrales).

No es ningún fin del mundo, como presagiaban al final del siglo

pasado, los que creen en el aniquilamiento de la especie humana y que

tanto gusta a determinadas agrupaciones. Este tiempo es un verdadero

caldo de cultivo para crear nuevos odios, aberraciones, donde podemos

quedar todos atrapados. Pero también es un tiempo de oportunidades, de

esperanzas nunca imaginadas. Yo voto por "desengancharme" internamente

del caos, evitando la inútil confrontación.

Confrontar el sistema, como muchos, es una forma de alimentarlo.

Me inclino por la creatividad. Por una nueva manera de vivir  la vida.

Ese es el verdadero reto. La búsqueda de nuevas formas de vivir,

basándonos en la moderación y el sosiego, rechazando el consumismo

desenfrenado, incentivando la cooperación y las formas de compartir.

Cambiar o perecer en la confrontación inútil. Hay que apretar el paso y caminar…