El presidente Fernández afirmó en su discurso del 24 de julio pasado que el gasto público estimula el crecimiento del producto a tal grado que induce a la reducción del cociente deuda pública/PIB y para él resulta irrelevante el endeudamiento del gobierno.
De esta afirmación se desprende que no vale la pena discutir la relevancia del endeudamiento porque el crecimiento económico se encargaría de reducir la deuda. Esta estrategia de crecimiento está garantizada ya que la política monetaria sería consistente con el incremento sostenido del gasto público.
La sostenibilidad de tal estrategia se enfrenta con dos tendencias inauditas. La primera de ellas es la reducción de la presión fiscal en presencia de crecimiento económico yla segunda tiene que ver con la desaceleración del crecimiento del producto en un marco de aumento del gasto del gobierno y estabilidad macroeconómica.
La administración Fernández enfrenta la segunda de estas tendencias tratando de acelerar el crecimiento del PIB a través del financiamiento del gasto con endeudamiento, con lo que se espera que el cociente deuda pública/PIB se reduzca creando confianza en la población. Para que esto ocurra, el PIB debe crecer más rápidamente que la deuda; o en caso de que la deuda también aumentara, la misma debería aumentar menos que el PIB; de esta manera es absolutamente necesario mantener el ritmo de crecimiento del PIB.
Durante 2008-2010, la tendencia del cociente deuda pública/PIB es contraria a la estrategia oficial. La Figura 1 muestra que en el 2008 el cociente deuda pública/PIB tiene una tendencia creciente ya que pasa de22.9% del PIBen el 2008 a 41.3% (sin incluir la deuda del Banco Central) en el 2010, mientras que el crecimiento del PIB pasaba de 3.5% en el 2009 a 7.8% en el 2010.
En otras palabras, el crecimiento del PIB resultó insuficiente para revertir la tendencia creciente del cociente deuda pública/PIB. Y es lógico que así fuera ya que, según estimaciones realizadas por el autor, por cada 1% que crece el gasto público, el producto crece solamente en 0.25 puntos del un por ciento. Este pobre desempeño guarda relación con la cuestionable calidad del gasto público, lo que seguramente se vincula a la elevada corrupción gubernamental que ha caracterizado a la presente administración.
Entre 2005 y 2010, se conjugan dos episodios contrapuestos en el comportamiento del producto. Por un lado, se produce una aceleración del crecimiento económico en 2005-2006 que se financia con varias reformas tributarias. A partir del 2007 y desaparecido el efecto inicial del incremento de los ingresos tributarios, se produce el segundo episodio durante el cual se contrae el PIB y su tendencia se revierte en el 2008, pero alcanzando niveles de crecimiento inferiores al 2007. La política monetaria redujo las tasas de interés activas de 24.5% a diciembre del 2009 a 11.6% a diciembre del 2010, para impulsar el crecimiento del PIB y además se firma con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Para el gobierno era políticamente indispensable continuar creciendo porque había fundamentado su estrategia electoral en el crecimiento económico ya que resultaba muy difícil convencer a los electores de una nueva reforma tributaria para mantener el ritmo de gasto público, de manera que aceleraron el endeudamiento para mantener la economía creciendo.
Figura 1
Deuda Pública como Porcentaje del PIB* y Tasa de Crecimiento del PIB
Fuente: Ministerio de Hacienda, (*) No incluye deuda del Banco Central
La Figura 1 muestra el crecimiento del endeudamiento público respecto del PIB a partir del 2008 (excluyendo la deuda del Banco Central) acompañado de sucesivos y sustanciales déficits fiscales que aparecen como porcentaje de los ingresos tributarios en la Figura 2.
Una conclusión que se puede extraer de esta estrategia es que el crecimiento económico depende del endeudamiento del gobierno, ya que no existen fuentes de ingresos domésticos que permitan financiar el nivel del gasto; por supuesto si el mismo continúa cumpliendo con el rol de fuerza principal del dinamismo económico.
En efecto, el crecimiento económico se contrajo en 3.2% en el primer trimestre del 2011 respecto del mismo período del año anterior. La causa fue el incumplimiento del gobierno con el acuerdo Stand-By con el FMI y por lo que recibió varias dispensas de ese organismo, postergando el ingreso de recursos provenientes de nuevos préstamos.
Figura 2
Déficit Fiscales como % de los Ingresos Tributarios
Fuente: Ministerio de Hacienda
El propio presidentelo reconoce en su discurso del pasado 24 de julio cuando afirma quecon los nuevos préstamosel gobierno construirá nuevas obras y de esta maneradinamizará la economía, manteniendo la estabilidad macroeconómica promovida por el endeudamiento. La pregunta que cabe hacerse es ¿un nuevo gobierno podrá abandonar exitosamente el crecimiento económico financiado con endeudamiento?