Cuenta la historia, hace poco más de dos mil años, que nació el más grande Rey que jamás haya existido. Su procedencia era celestial, más parecía alguien común. Era dueño de todo, más vino en extremas condiciones de pobreza.
Nadie podía igualarle en nobleza, pues es el Hijo de Dios, sin embargo, se codeaba con pecadores y todo el vulgo. Proclamó tener un reino celestial, no para competir militarmente, más para resarcir las diferencias de clases y promulgar la igualdad y el amor. No habitó en palacios, no se transportó en grandes embarcaciones. Su única montadura, fue un burrito y su túnica era blanca, hecha con un solo hilo. No portó joyas, pero dice la Palabra que era el más hermoso de los hijos de los hombres. Su corona era de espinas. No se enredó en amoríos, o demandó tener mujeres, más bien, combatió el abuso y maltrato de género. Tampoco procuró ser servido o adorado, él mismo sirvió a los demás, para asentar el ejemplo.
Fue poderoso, Todopoderoso, para sanar enfermos, enderezar a cojos, librar de demonios y brujerías. Sacó de prisiones espirituales, y rescató almas, volviendo muertos a vida y finalmente, dándose a si mismo, con su muerte, sigue dando vida eterna, a todo el que cree en él.
A diferencia de los mausoleos que poseen grandes hombres de la historia, no existe de él retrato o pintura que le copie fielmente. Su venida ha sido deseada por generaciones, pero cuando vino, lo rechazaron. Su verdad es que se levantó de la muerte, y hoy vive a la diestra del Padre, sojuzgando e intercediendo.
Es el rey más contradictorio que haya existido jamás y sin embargo, su paso por la tierra dividió la historia humana. Pero así de complejas son las cosas de Dios. Él llama las cosas que no son, como si fueran. Lo aparente no es lo real. Haciendo de lo vil y sencillo, obras de gran exaltación. Este Rey de Reyes, es Jesús. Su retorno está proclamado, muchos así lo esperamos, otros usan esto como argumento de burla.
Lo cierto es que su paso por el mundo es la historia más hermosa que existe. Hoy su ejemplo, el compendio de sus mensajes y sus acciones, logran tocar las más profundas fibras de nuestras almas, y el resultado, es una transformación de soberbia a humildad, de egoísmo a unión, de rechazo a dependencia.
El nacimiento de Jesús no se sabe exactamente el día en que ocurrió, pero mundialmente se celebra el 25 de diciembre. Y aunque su nombre ha querido ser borrado de estas fiestas, lo cierto es que la razón para celebrar las Navidades es celebrar el nacimiento del niño Dios en nuestros corazones.
No es razón esta para deprimirse, a pesar de las circunstancias. Es tiempo de humillar los orgullos y abrir los brazos. Es tiempo de perdón, de reconciliación, es tiempo de abrigar, de compartir. Es tiempo de aceptar en nuestro interior todo lo que Jesús inspira. Pero sobre todas las cosas, es tiempo de aceptar el más valioso regalo que vayamos a recibir jamás: El poder entrar a su Reino Eterno en los cielos. ¡Feliz Navidad! Recibe el abrazo de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
Lucas 2: 8-14Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
¡Bendiciones!