Es inevitable que la gente  en el poder haga  uso de  ciertos privilegios. que le da la posición,  el rol, en este caso de políticos desaprensivos. Son muchos y diversos los privilegios que tiene la gente que está en el poder sobre todos en estas repúblicas de inesperada democracia.

Enumerar la diversidad de   los mismos nos permitiría llenar cuartillas ,siendo los privilegios  discretos ,abusivos ,y asquerosamente evidentes. Sin embargo podríamos escoger ese que consideramos el más desagradable , humillante y evidente de todos los privilegios que tienen y usan estos muchachos en el poder.

Alguien diría que cada uno tiene la libertad de escoger e identificarse con el privilegios que más le llega, y afecte,  y que cada vez que se manifiesta le produce una extraña sensación de no ser nadie, en una sociedad donde el concepto de ciudadano es una especie de disparate al cual recurre alguna gente para adornar un discurso, que nadie escucha.

El hecho que exista un privilegio que cada día nos despierte  frustración e indefensión ciudadana , nos socaba como ser humano y genera un gran desprecio hacia la clase política inmoral que sin decoro alguno nos estruja los diversos   privilegios con los cuales cuenta, entre ellos ese de andar ligeramente por estas calles saturadas de carros venidos de Corea , EUA y allende los mares. Sin reglas, y sin decoro. Ese privilegio que nos hace sentir que desde la Revolución Francesa, aquel 14 de Julio de 1789,la consigna de Libertad,   Igualdad y fraternidad no tiene sentido. Ya que  aquí  en la isla  no pasa ni paso nada, aunque  Haití haya surgido como la primera Nación Negra del mundo. Nosotros estamos en prehistoria de la desigualdad, la cultivamos y la banalizamos.

Aquí nunca hemos sido iguales y hoy más que nunca estamos muy lejos  de que   la noción de Igualdad, pueda expresarse aun en la intimidad,  hemos profundizado las diferencias no solo basadas en los ingresos económicos,  en los orígenes sociales, en el género y en acceso a la educación  sino en el  uso y abuso del poder político, los que están  en el poder  y los otros.

Ese privilegio que hace   que cualquier salta pa tras, salido de las entrañas del absurdo, la mala educación, la improvisación, que no tuvo bicicleta, ni patines en su infancia, que su primer carro fue esa yipeta que le asignaron cuando lo nombraron. Y ahora tiene franqueador que le hace  pasar los semáforos  en rojo con la anuencia del INSTRAND, de AMET y de la Policía Nacional, mientras miles de ciudadanos decentes los ven pasar desde sus carros recalentados, con  la  presión alta ,  comiéndose las uñas y chateando.

Entre 15 y hasta 20 minutos en un Semáforo para que pase el político en funciones, la amante, el amigo, el Ministro etc . Viviendo fuera de la realidad, en otra dimensión .Porque no permitirles que vivan la ciudad como todo el mundo? que conozcan desde dentro lo que significa salir de Villa Altagracia para llegar a la Universidad a las 8 am? Que vivan el caos del tránsito  en su justa dimensión?, la violencia de una urbe que todos prometen recuperar y por donde nadie quiere pasar, porque no permitirle de vivir la Duarte con Paris, detenerse en  puntos álgidos de la ciudad ,en los semáforos, ahora en carnaval con unos sujetos disfrazados de monos, junto a una pléyade de desempleados ,drogadictos, vendedores, pedigüeños que rayan carros y agreden, mientras los automovilistas esperan y desesperan.

Ah! Seria fantásticos ,Si ellos fueran  iguales a  nosotros , si se  permitieran el lujo de volver a ser lo que eran antes de estar en el poder ,  disfrutando de esa experiencia que estamos viendo todos los que no tenemos franqueadores,de ver como se han perdido los espacios públicos, la urbanidad al manejo, la elegancia de ceder el paso a un peatón, Tal vez podrían  diseñar políticas públicas  coherentes, para mejorar el transito, porque  conocerían los problemas desde dentro y  los verían con el corazón como   pretendía Anthony de Saint Exupery.

Pero no, no nos hagamos ilusiones, vendrán otros , con otros franqueadores, con igual o peores privilegios porque es un asunto de formas y maneras de gobernar, de disfrutar del poder, los privilegios seguirán estando ahí para recordarnos que somos diferentes, que la igualdad  en estas sociedades sigue siendo un deseo apenas una pretensión.