"Cuando el súbdito niegue su lealtad y el funcionario sus oficios, la revolución se habrá conseguido".

                                                                                                   Henry David Thoreau

INTRODUCCION

Hubo un tiempo en que el hombre fue libre. Hace unos miles de años. Fue vulnerable también. Al frio, a las fieras, a la naturaleza, pero fue libre. Luego llegaron los Dioses y con los Dioses los Reyes, y con los Reyes la Máquina.

Desde la aparición de esta el hombre no ha vuelto a ser libre. Ha luchado, ha soñado, pero en el medio de esas luchas y sueños lo único que ha logrado ha sido cambiar a los administradores del sistema. La opresión, la explotación del hombre y de la naturaleza se han mantenido inalterables lo mismo bajo el Imperio Romano, bajo el Feudalismo, después de la Revolución Burguesa y también, y con horror, después de la Revolución de Octubre y tras la aparición del Nacional Socialismo.

Hoy el hombre continua soñando con ser libre pero esa libertad pasa por un lugar donde el hombre aún no ha buscado, después de miles de años, el hombre ha luchado contra otros hombres en busca de libertad y no comprendido que el primer campo de batalla debe ser su interior, porque solo dentro de este reside la fuerza, el material necesario, para derrotar a la Máquina y colocar de nuevo al hombre en el lugar que le corresponde en la historia.

Este manifiesto tiene la pretensión de señalar las pautas para que el hombre pueda escapar de la prisión del sistema, para que disfrute de la libertad y al mismo tiempo se capaz de vivir una vida plena y en equilibrio con la naturaleza y los otros compañeros animales habitantes de este planeta. Trata de hacer entender que la humanidad es  parte de una naturaleza más amplia que su propia existencia. El hombre es solo un eslabón más del círculo de la vida. Quiero que este pequeño aporte sirva para despertar y demostrar que la vida es más que una casa, un carro y un celular. Que los sueños del hombre, la mayoría de las veces, no son sueños materiales, son abstractos porque son eso: sueños. Si el sueño no lleva a un estado de alma purificada no es un sueño, es una meta, un objetivo material, que generalmente asociamos a una cuenta abultada de banco, una casa en la playa, o el último modelo de Ferrari. Quiero que el ser humano se dé  cuenta de que es único, que,  cada hombre y mujer a pesar de que pertenecer a una especie, son únicos dentro de ella, por lo que no tiene que usar los pantalones que usa todo el mundo para ser aceptado, cada uno de nosotros es un ser humano independiente de lo que comas, vistas, del auto que conduzcas y de tu celular. Una de las cosas más reales que he leído, de todas los millones que cruzan a diario por el internet, es: “Si un amigo se ríe de tu celular, no cambies el celular, cambia el amigo”.

Regenerar una sociedad ya casi al completo embrutecida y envilecida por los peores vicios burgueses exige reconstruir una nueva concepción del individuo en que las nociones de deber autoimpuesto, esfuerzo desinteresado, renuncia al ego, espíritu de servicio y disposición para el sacrificio prevalezcan. Deseamos una existencia ética dirigida a evitar el mal y a realizar el bien. Una sociedad inmoral es necesariamente totalitaria y policial, por eso el Estado es el principal enemigo de la rectitud ética.” Félix Rodrigo Mora.

1.- Aceptación de la esclavitud

No puede decírsele a nadie  que se libere si antes no sabe que es esclavo. Lo primero que se debe reconocer sin más miramientos es que los seres humanos somos esclavos. Así que el primer paso para ser un hombre plenamente libre es reconocer nuestra esclavitud.

Tal vez alguien crea que porque no está fichado por ninguna institución de persecución contra el crimen o porque camina por las calles libremente sin que nadie le detenga, es una persona libre. Si  crees que porque puedes elegir cada cuatro o seis años a tu dictador de turno eres un hombre libre. A lo mejor como has podido comprar una casa, viajar al exterior, recorrer las calles de tu país con “libertad”, eres libre. Esas son las migajas del sistema, ese es la cortina de humo de una falsa libertad.

En verdad eres esclavo de algo más grande que tu gobierno, más grande que los gobiernos, más grande que los hombres mismos que la dirigen. Eres esclavo y propiedad de un sistema al que, de ahora en adelante, llamaremos la máquina.

“Cuando use el término “la maquina” me referiré como una referencia abreviada a todo el complejo tecnológico.” Lewis Mumford

Para intentar explicar cómo se es esclavo del sistema sin darse cuenta les contaré el caso de Tulio. Tulio fue durante un tiempo asistente de calidad en un laboratorio farmacéutico. Le faltaban una o dos materias para terminar su carrera, era soltero y su vida era de la casa al trabajo a la universidad. Un día se me acerca y me dice que necesita un permiso porque quería comprar un computador nuevo y vio en el periódico una oferta de computadores a plazos. Al día siguiente le pregunté si pudo comprar su computador y me contó que no le podían vender el artículo a plazos porque él nunca había comprado nada a crédito, no era por tanto sujeto de crédito. La máquina, el sistema, simplemente no lo aceptó porque no era esclavo, la solución propuesta por la máquina era, el primer paso a la esclavitud, solicitar una tarjeta de crédito, demostrar que era un buen ciudadano y poder entonces comprar su equipo.

“La gente que se niega a gastar dinero que no ganó y se abstiene de pedirlo prestado no resulta útil a los prestamistas, así como tampoco las personas que (motivadas por la prudencia o por un sentido anticuado del honor) se apresuran a pagar sus deudas a tiempo. Para beneficio suyo y de sus accionistas, los bancos y proveedores de tarjetas de crédito dependen ahora de un "servicio" ininterrumpido de deudas y no del rápido reembolso de las mismas. Por lo que a ellos concierne, un "deudor ideal" es el que nunca reembolsa el crédito por completo.” Zygmunt Bauman

La máquina está diseñada para que caigamos en su trampa en su trampa, una vez en ella solo se sale por dos razones: O te desplomas y caes al vacío o te liberas y aprendes a vivir libre de las ataduras de la máquina.

La máquina transforma los seres humanos en simple piezas de un engranaje, los convierte en marionetas que solo se dedican a seguir un guion diseñado de antemano. La mayoría de nosotros alguna vez en la vida hemos entrado a un restaurant de esos de comida rápida (McDonald’s, Burger King, etc.), han visto ustedes los jóvenes que los atienden con esa sonrisa artificial, sus audífonos en las orejas y la misma estúpida pregunta de siempre: “ Gracias por venir a … puedo tomar su orden”, y cuando terminas de ordenar todos, sin excepción hacen la misma pregunta: “Porque no agranda su combo con esto y lo otro”… y luego: “Para comer aquí o para llevar”. Estos jóvenes entrenados más que seres humanos parecen máquinas.

Lo que es importante entender es que la automatización en su forma final es un intento de ejercer control, no solo del proceso mecánico en sí, si no del ser humano que una vez lo dirigió: convirtiéndolo de ser una parte activa a una parte pasiva, y, finalmente, eliminándoloLewis Mumford.

Otro ejemplo de sistemas hombre/maquina son los servicios telefónicos de atención al cliente. Miles de nosotros hemos hecho reclamaciones por teléfono a nuestros proveedores de telefonía, cable, internet, servicios bancarios, reclamaciones de seguro, etc. Lo primero es que no hablamos en principio con un ser humano igual que tu o yo, es una grabación que debes seguir también paso a paso, ojo en este punto, la máquina nunca te dará opciones abiertas, todas son cerradas: para esto marque 1, para lo otro marque 2, para etcétera marque 3…. Y cuando puedes hablar con un “ser humano” te das cuenta de que este ser también ha sido automatizado: Gracias por llamar a…fulano le asiste. (No esperen otro saludo). Cuando le dices tú problema tienes que identificarte, la maquina es muy incrédula, tienes que dar tu número de contrato, tu cedula, fecha de nacimiento y el nombre de dos tías que no vivan con usted para que puedas reclamar, algo a lo que tienes derecho a hacer porque al final de cuentas tu eres el que paga. Te toman tus datos, te llenan una reclamación, dentro de los límites definidos por la máquina. Por cierto todos sin excepción cuando están investigando algo al pasar unos segundos se disparan con la misma imbecilidad aprendida: aunque no me escuche estoy trabajando con usted, no importa a que compañía llames siempre es lo mismo.

No importa de qué lado estés en el proceso o como cliente o como empleado actúas conforme a un partitura compuesta en los estadios superiores del dominio corporativo de la máquina.

Así como el cristianismo está basado en el decálogo de Moisés la religión de la máquina tiene sus mandamientos: Estudia, trabaja, cásate, consume, compra, gasta, vístete, maquíllate………consume.

Continuará