Mientras no se tipifiquen las agresiones urbanas y arquitectónicas, padeceremos del mal estatal y municipal que la ignorancia política permite, auspicia y apoya en esos estamentos contra las ciudades, donde quiera que existan en RD. Hoy dos casos más…

Un científico y muy profundo análisis aplicando altas tecnologías de rodamiento y perceptivas, determinantes del acomodamiento complaciente, les ha permitido al grupo de sesudos científicos del tránsito, que devengan sueldos en la Alcaldía, llegar a la concluyente determinación nada salomónica, de que el Malecón es de unos pocos usuarios. No tuvieron rubor al anunciar, para la prensa, las “medidas” que se adoptarán para “regular” el uso vehicular pesado en el “paseo marítimo” de la capital dominicana. Rotulando 95 camiones de 6 empresas (Cervecería, Klinetec, Caribex, Marine Express, Domicem y Metaldom) quedará resuelto el problema del tránsito rodado de vehículos pesados por el malecón, ya que este grupo representa el 10% de la totalidad de usuarios “pesados” que usa abusivamente el “paseo Marítimo” de la capital dominicana. El malecón nunca fue pensado como carretera alterna urbana. Cuando en Santo Domingo había dos carros, abrieron el primer tramo del malecón (en 1908) entre las calles 19 de marzo y Espaillat, lo hicieron para pasear.

Después del 3 de septiembre de 1930, lo ampliaron en un segundo tramo, entre la calle Estrelleta y avenida Máximo Gómez (inaugurado en 1936) y la ciudad cambió, fue otra cosa. Seguía el modelo habanero pero hacia el sur y toda esa cinta de asfalto enfatizaba la intención de paseo no carretero, de aquellos tiempos. Ahora que el gran logro del gobierno peledeista es la carreterización, un rebautizo formal designa como carretero el tramo entre la Gómez y la Arzobispo Meriño (antiguo “Paseo Presidente Billini”).

El ingeniero Hamlet Hermann, escribiendo en acento.com.do el 10 de febrero, dejó este párrafo que citamos íntegro: “Al Ayuntamiento no parece inmutarle el caos que provocaría al desviar ese tránsito hacia el Norte de la ciudad por las avenidas Máximo Gómez, 27 de Febrero, Kennedy, etc. Se conforma con lavarse las manos en una cómica e irresponsable actitud. Ellos provocan el daño y miran en otra dirección para evadir responsabilidades. ¿Qué explicación utilizan las autoridades del Ayuntamiento del Distrito Nacional para insistir en una prohibición que han pospuesto indefinidamente hasta convertirse en el hazmerreír de la ciudadanía? Nada debe prohibirse si, previamente, no se ha encontrado la opción alternativa que resuelva el problema existente.

La Puerta Del Conde… Entre las sublimes agresiones al patrimonio heredado, está el desconocerlo, ignorarlo, y abandonarlo; o el atenderlo con demasía, en afán ostentoso de vanagloriarse no de él, sino del trabajo que se le hace para “conservarlo”. Ese último ha sido el caso del más reciente caso de barbaridad acumulada por la ignorancia. A la que fuera Puerta de Lemba o de San Genaro o del Conde, la han maquillado de “aquí no ha pasado nada” (se podría argumentar que ya estamos en carnaval). Le han embardunado con un recurso de intención estática que al fallar, primero lo evidencia cosmético, cayendo en lo caricaturezco y ridiculizante, para demostrarse a sí mismo (ayudado por el tiempo, en algo además de payasesco, fracasado. Es lo que se le ha hecho a la Puerta del “Altar de la Patria” (nada más y nada menos) y a los lienzos de muralla reconstruida en 1975.

Simona Cappelli de Taveras, de origen italiana, restauradora de arte, me escribió un comentario vía facebook que no tiene desperdicios: “Te copio lo que escribí a Francisco Asdrúbal Concha. Como siempre, quien realiza estos trabajos es de una ignorancia impresionante. Se puede notar ya con la foto que han empañado, como de costumbre, arriba de una pared enferma, o sea, con una fuerte presencia de algas verdes (todas las costras negras que cubren la pared), mas de contaminantes, cuales los combustibles y polvos, causados por los carros. Solamente con químicos específicos, se eliminan estas sustancias ajenas a la construcción. No eliminarlas quiere decir dejar un problema grave que con el tiempo (5/6 meses) volverá a la superficie; como ha sucedido con la Iglesia de los Dominicos y las demás casas seudo/restauradas. Bajo mi punto de vista es dinero botado y un daño más a una pieza colonial única al mundo. UNICA AL MUNDO! Es eso que "Los Expertos" (que pongo entre comillas para subrayar mi ironía) no entienden y continúan con mucha presunción a hacer lo mismo, sin ningún esfuerzo hacia la investigación y/o información a través de reales especialistas.”