Novela del escritor estadounidense Paul Kropp, quien escribe especialmente para el público juvenil. Kropp ha escrito cerca de 40 novelas, entre las cuales son favoritas del público El Lunático y Prometeo y El Lunático y su hermana Libertad.

Esta última se basa en las emociones, y confusiones por las que los adolescentes atraviesan, y sus conflictos tanto con la familia, como en su entorno en el colegio y el círculo de sus amigos.

Ian es un adolescente de 13 años, y es el personaje principal de la historia. Caracterizado por su inteligencia sorprendente y por llevar el carácter débil de su padre, Ian nos muestra la realidad que muchos padres no son capaces de ver en sus hijos y bajo su mismo hogar.

La famosa huida de los adolescentes, para escapar de los conflictos interiores y los problemas con el mundo, no es la solución

La falta de uno de los padres en el hogar puede afectar más de la cuenta en  el crecimiento emocional de un niño.

Ian y su hermana “Libertad”, de 15 años, bajo la influencia de sus amistades se enclavan en el mundo de la bebida y el cigarrillo a su corta edad, todo por conseguir la aprobación en un grupo social.

Rick, hombre descuidado y problemático, y Sharon, terrible ejemplo como padres. Se proclaman hippies y se olvidan de sus hijos. Ambos intentan recuperar sus vidas por separado luego de que Sharon decidiera marcharse para “encontrarse a ella misma”.

Esta novela particularmente tiene una gran enseñanza para los padres, sobre los valores a inculcar a sus hijos y la importancia en la comunicación con ellos.

El mundo de los adolescentes está lleno de complicaciones porque ahí es cuando se comienza a aprender a vivir.

La famosa huida de los adolescentes, para escapar de los conflictos interiores y los problemas con el mundo, no es la solución. Aunque exista una conducta de rechazo del adolescente hacia sus padres o de éstos hacia él,  es precisamente en esos momentos cuando más necesaria es la  familia. Es cuando más importante es la familia para el adolescente, y él para su familia. Es la lección que nos deja este libro de Paul Kropp.