El poeta Gómez Rosa brinda al lector un panorama casi completo de las grandes peleas de boxeo en los diferentes pesos de ese deporte desde los años 40 hasta hoy y creo que de los pocos nombres que dejó en el tintero fue el del alemán Max Schmelling.

Aunque el vate citó una que otra película dedicada a un gran boxeador (“Rocky”, con Sylvester Stallone, que podría ser Rocky Marciano y un agregado ficticio de otros púgiles), no fue tarea del libro introducirnos en este tema, razón por la cual remito al lector a Wikipedia o a un buen manual que contenga la estadística completa de las películas consagradas a la vida de los grandes boxeadores. A veces se trata de una invención mediática pagada por los dueños del negocio, como fue el caso del Toro de la Patagonia, filme interpretado por Burt Lancaster.

Pero de cualquier modo, “Prosas de un peso welter” introduce al lector, y le obliga a revivir cómo se desarrollaron aquellas grandes peleas, el contexto y la intrahistoria con sus pormenores borrados por nuestra memoria.

Con la mundialización de la sociedad del espectáculo teorizada antes que nadie por Guy Debord, de aquella historia del boxeo cuyos nombres grandiosos del siglo XX resalta el poeta Gómez Rosa, queda hoy apenas un regusto de “ocaso”, porque en el siglo XXI el negocio ha sido sustituido por una variedad enorme de otras prácticas deportivas que antes estaban reducidas a ciertos confines geográficos norteamericanos.

Aparte de que algunas ideologías contrarias a prácticas estimadas como “salvajes” (boxeo, tauromaquia, lidia de gallos, perros y otros animales) son vistas como crueldad humana y han contribuido, tales anti-ideologías, a que los millones de sujetos volteen la cara y vean de otro manera lo que antes aceptaban sin crítica como “un estado de naturaleza”, sin reparar en que el ser humano es el animal más despiadado del planeta, al punto de ser el único que organiza matanzas de los de su propia especie.

Ante la práctica del boxeo como uso de la fuerza bruta (vuelvo a Bosch),  la lucha libre como pantomima, el mismo béisbol, el fútbol y el golf como letargias, los grandes deportes de “masas” como el baloncesto, el automovilismo de fórmula 1 y otros de extraordinaria rapidez en el terreno, han introducido, en esta época de la mundialización vertiginosa prevista por Marx, un ritmo social muy violento y ansioso de espectáculos donde público y deportistas ponen a mil la adrenalina.

Uno de esos nuevos deportes con estas características de rapidez, velocidad, adrenalina, y que no usa únicamente la fuerza bruta sin cerebro de la cual hablaba Bosch al referirse al boxeo, sino también la inteligencia, la astucia, la técnica y cierta ética, son las artes marciales mixtas, las que combinan los diversos movimientos permitidos en más de cincuenta disciplinas de artes marciales, pero con 20 ó 30 reglas si el arte marcial que el deportista practica clasifica dentro de esas reglas. Existe un margen de creatividad, ya que cualquiera puede inventar un arte marcial, siempre que se avenga a las reglas unificadas de las artes marciales mixtas. Algunos aseguran que este nuevo deporte no desplazará el boxeo y la lucha libre tal como se practican en la actualidad, pero si las artes marciales mixtas logran llegar para quedarse, es evidente que ante tanta variedad en la forma y el constante dominio de técnicas diferentes, estas terminarán por hacerle un hoyo a la fuerza bruta y a la pantomima, pues a los públicos de pan y circo también les gusta la variedad para no aburrirse.

Si algunos golpes o movimientos de la profesión de un artista marcial mixto son ilegales dentro de las reglas unificadas, él elegirá no asumirlas (por ejemplo, manipulación de articulaciones pequeñas o golpear los genitales).

Tres tendencias principales existen hoy en día dentro de las artes marciales mixtas: 1) Las disciplinas o artes marciales de golpeo (“striking”), tales como boxeo, karate, “kick boxing” (patadas voladoras o de otro tipo)  y la más popular, el boxeo tailandés (muai tai); 2) Artes y disciplinas que se enfocan en enseñar cómo derribar al adversario o evitar que este te derribe (lucha greco-romana, lucha olímpica, sambo y yudo), aunque las enseñanzas del sambo y el judo no se limitan al derribe; y 3) Artes o disciplinas que se concentran en enseñar al practicante cómo pelear en el piso (jiujitsu, jiujitsu brasileño, que es una adaptación del jiujitsu del Japón).  El peleador moderno no debe concentrarse hoy en una sola de estas tres corrientes de las artes marciales, sino en varias para poder ser exitoso.

La sumisión es un proceso donde el peleador, a través de una técnica llamada llave, inhabilita a su contrincante, forzándole a rendirse. Hay dos formas principales de inhabilitación: 1) Las llaves que atacan la circulación de la sangre al cerebro, específicamente al cuello. A estas llaves se les llama ahorque, ahorcamiento o estrangulamiento. Una de las llaves más famosas es la llamada mata león y consiste en un ahorcamiento donde el peleador se coloca detrás del contrincante, envuelve sus brazos alrededor del cuello del oponente y le aplica presión para que la sangre de este no llegue al cerebro y cause que el contrincante caiga inconsciente, proceso que si es bien aplicado puede ocurrir hasta en menos de cuatro segundos.

Si el peleador continúa el ahorque luego de que el contrincante cae inconsciente, dicho contrincante puede sufrir consecuencias graves, como daño cerebral y si el ahorque sigue siendo aplicado, podría ocasionarle la muerte. Por esta razón es muy importante, para vencer por ahorque, tener árbitros dentro del octágono. El ahorque o estrangulamiento, a diferencia del boxeo, tiene repercusión mínima en la salud del contrincante a quien se le aplica, siempre y cuando el árbitro intervenga y detenga a tiempo la pelea. 2) La segunda forma de sumisión son las llaves con las que se ataca las articulaciones de las extremidades superiores e inferiores. Generalmente, el contrincante se rinde una vez le aplican exitosamente una de estas llaves, ya que a diferencia del ahorque, cuya única repercusión es caer inconsciente, la de estas llaves es ocasionar la rotura de las articulaciones, lo cual requiere cirugía o tratamiento, un proceso de recuperación largo y a veces costoso.

Entre las llaves de rotura de articulaciones famosas se encuentran la kimura y el “armbar” o “palanca” (quiebre (=quebradura) de las articulaciones del brazo o del codo). Otras llaves famosas son las que atacan las piernas: El  “kneebar” o agarre de rodillas, cuyo objetivo es romper la articulación de la rodilla; y, 2) La llave que ataca el tobillo es la más peligrosa porque en algunas ocasiones cuando el contrincante empieza a sentir dolor, ya es muy tarde.

El deporte de las artes marciales mixtas se ha expandido por los cinco continentes. Las promotoras más conocidas son la UFC (“Ultimate Fighting Championship”),  la ONE-FC y la Bellator-FC. En nuestro país se realizan eventos de artes marciales mixtas desde hace más de siete años, particularmente Alianza-FC, donde han participado el veterano dominicano Omar de la Cruz y el joven dominicano Alex García, quien actualmente pelea en la UFC.

Observaciones finales: 1. En las artes marciales mixtas los combates son a tres asaltos para peleas coestelares y cinco asaltos para peleas estelares, con cinco minutos de duración. En el boxeo los asaltos pueden llegar hasta un máximo de doce. 2) En el boxeo se pelea en un cuadrilátero, descalzo, guantes diferentes (guantillas, más bien) y pantalones cortos al igual que el nuevo deporte. En las artes marciales mixtas (al incluir una diversidad de peleadores), se usa un octágono equivalente a dos cuadriláteros, con reja, tabloncillo, sin sogas ni lona. 3) Al igual que en el boxeo, en las artes marciales mixtas hay una árbitro de pelea en el octágono y de tres  jueces (invisibles al público), los que deciden quién es el ganador, sea por noqueo técnico, decisión dividida o unánime. 3) El árbitro de pelea no detiene un combate hasta que el peleador vencido deja de defenderse o da unas palmaditas en cualquier parte del cuerpo del vencedor, lo que es sinónimo de rendición. Él puede amonestar o descalificar a un peleador si viola las reglas. 4) Hay un narrador de la pelea, auxiliado por dos o tres comentaristas.

Existe un presentador de la pelea y lo hace a nombre de la organización que patrocina el combate. Por la UFC es el conocido Bruce Buffler. 5) Las artes marciales mixtas traen aparejada una cantidad no desdeñable de vocablos nuevos que están entrando al español y, como es un deporte popular, los narradores y comentaristas, por lo general mexicanos, chicanos y brasileños, no dominan bien el español. El espectador encontrará términos populares como “derribe”, “ahorque”, “quiebre”, en vez de los del español estándar  “derribamiento”, “ahorcamiento”, “quebradura”, “estrangulamiento”, y así por el estilo.

El público que ve estos combates por televisión puede interactuar y enviar su opinión y crítica a jueces, árbitros y peleadores. Los canales deportivos norteamericanos casi siempre transmiten las peleas por cable. Hay algunas peleas que solo pueden verse por internet, y algunas ni siquiera por esa vía. Como es un deporte nuevo, hay mucho secreto y a veces el juicio del público no coincide con el de los jueces. Es posible que ya esté sucediendo lo que ocurrió con estas prácticas nuevas: el surgimiento de mafias, hecho verificado en el pasado con el béisbol, el fútbol, las carreras de caballos, etc., dado que hay millones de dólares envuelto en este tipo de negocio, muy relacionado con el mundo del juego y el espectáculo tipo Las Vegas.

Las artes marciales mixtas han integrado a la mujer. El boxeo clásico también, pero eso va en picada. La última referencia importante fue Leila Ali, la hija de Mahomed Ali. Ahora hay más participación en el nuevo deporte. El sábado por la noche vimos la pelea entre la campeona peso gallo Ronda Housey y la retadora Alexis Davis, noqueada esta última en pocos minutos del primer asalto.

Detalles sobre las artes marciales mixtas, entre a Wikipedia, fuente de mis datos. Ahí encontrará el origen del nombre de este deporte, las organizaciones activas y difuntas, su historia, los sistemas híbridos de combate, las reglas, la bibliografía más actualizada y los enlaces externos.

(*) Publicado en el suplemento Areíto del periódico Hoy del 12 de julio de 2014 y reproducido en Acento.com de la misma fecha.