En los últimos años hemos podido observar como productores  de televisión, se han dedicado más a realizar series de largometraje como el Cartel de los Sapos, El Capo, y muchas otras más. Sin embargo en la República Dominicana, por primera vez en la historia, le ha tocado al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) crear su propia serie de largometraje, con la única diferencia de que los productores no tienen ni siquiera la capacidad de sentarse en una mesa a discutir los guiones, y con todo y eso pretenden aspirar  dizque a ser Presidente de la República.

El pueblo dominicano se siente asqueado con el comportamiento que han asumido los principales actores del largometraje perredeísta y está llegando el momento es que están perdiendo el interés en el mismo, conscientes de que la única fuerza viva con apoyo popular que actualmente existe en la República Dominicana, es el Partido de la Liberación Dominicana, que tal como lo manifestó el Presidente del Partido y Ex-presidente de la República el Doctor Leonel Fernández Reyna, gobernara la nación más allá del año 2036.

Considero que es una falta de respeto al pueblo dominicano, pretender vincular a otros actores en un largometraje tan frustrante y asqueante, que de seguro traerá como consecuencia en un futuro no muy lejano (2016), la conformación de un gran frente que habrá de sumarse al denominado Bloque Progresista y que le dará una gran ventaja para perpetuarse en el poder dentro de un clima eminentemente democrático a los productores y actores que hoy día están dirigiendo los destinos nacionales, los cuales si han dado muestra fehaciente de que  tienen la capacidad de discernir, pero al final de cuentas se han puesto de acuerdo para alcanzar el éxito que durante los últimos13 años ha alcanzado en la República Dominicana.

La política, como la vida se nutre de realidades, el largometraje del PRD está siendo producido por ellos mismos, son sus propios actores lo que no han logrado ponerse de acuerdo, imagínense ustedes apreciados lectores, si no se han podido poner de acuerdo fuera del poder, que sería entonces si hubiesen alcanzado la Presidencia de la República, cuál sería la suerte de nuestro país, la historia no se equivoca y con este accionar los perredeísta que quedan que son muchos, tomaran sus propios caminos, porque ya en materia de política se han perdido los valores, los ideales, los principios y lo que impera hoy día es el “sálvese el que pueda” y más cuando el oxígeno se está agotando como ocurre hoy día en el PRD.

No es verdad que en este frustrante largometraje perredeísta, hayan actores externos como se pretende aducir, para ocultar la falta de sensatez, coherencia, principios y valores, que después de la desaparición del extinto José Francisco Peña Gómez, se han perdido dentro de esa organización política, donde lo único que impera hoy día es la lucha de intereses, pero para perjudicar el clima de paz y sosiego que disfruta el pueblo dominicano, gracias a la excelente gestión de gobierno que preside el Presidente Danilo Medina.

Es una lástima, el que esta situación se esté presentando en el Partido Revolucionario Dominicano, una de las principales fuerza tradicionales del país, que pese a su división en los pasados comicios, alcanzo un 47% de los votos emitidos por los dominicanos y que según la historia en el peor de los casos nunca ha descendido del 30%, pero que de continuar su trayectoria actual, tendera a reducirse a su mínima expresión como le ha ocurrido al Partido Reformista Social Cristiano.

Mi deseo de todo corazón es que este largometraje termine ya, por el bien de la democracia dominicana y que los productores y actores de este traumático largometraje, recapaciten y piensen en todos los años de lucha y sacrificio que les ha costado la formación y el mantenimiento de su organización como la principal fuerza de oposición que siempre ha existido, antes, contra Joaquín Balaguer y el PRSC y luego contra el Partido de La Liberación Dominicana y sus dos Presidentes que hemos tenido, porque de lo contrario la historia se lo cobrara y jamás volverán a tener opción de poder en la República Dominicana.

Con decir que el único camino que le queda a una fracción de los actores, que no les queda otro camino que tomar las calles, solo sirve para que el largometraje se alargue y la gente se canse de verlo, como está ocurriendo en la actualidad.