El empresario británico Sir Richard Branson cumplió la ambición de toda una vida: volar al borde del espacio. Su avión cohete Virgin Galactic despegó en una misión 1,5 horas, el pasado 11 de julio, que lo llevó a alcanzar una altitud donde el cielo se vuelve negro y el horizonte de la Tierra se curva hacia la distancia. El empresario dice que quería evaluar la experiencia antes de permitir pagar a los clientes a bordo el próximo año.
El año 2020 será recordado como un hito en la historia de la humanidad, ese momento del tiempo donde los hechos cambiaron su curso o aceleraron el mismo. Precisamente hace un año (2 de junio 2020) recomendé a los oyente del Martes Tecnológico del Matutino 91, el libro "El Juego Infinito" del autor Simon Sinek.
Siempre he mencionado el concepto del presente continuo, como lo define Sinek es un un juego que no tiene fin. En su libro el autor expone que hemos dominado los juegos finitos, como el fútbol o el ajedrez, los cuales tienen jugadores conocidos, reglas fijas y un punto final claro.
Existen ganadores y perdedores que se identifican fácilmente. De hecho, vas a la universidad para conocer estas reglas, las cuales se convierten en carreras, también tenemos un gobierno y un congreso que trabajan sobre reglas establecidas como lo son la constitución y las leyes.
Pero sucede que estamos en una época de juegos infinitos, sin línea de meta… Si analizamos los negocios o la política, o la vida misma, vemos que sus jugadores que van y vienen, no son eternos.
Las reglas de un juego infinito son cambiables, mientras que los juegos infinitos no tienen un punto final definido. No hay ganadores ni perdedores, solo por delante y por detrás. El alfa y el omega no existen.
La pregunta, luego de ver el avance de los líderes de la economía digital hacia la exploración de recursos fuera de nuestro planeta, es la siguiente: ¿cómo jugamos para tener éxito en un ecosistema digital infinito?
Para abordar este nuevo juego, el nuevo ciclo, Sinek nos ofrece un marco muy interesante para abordar los nuevos retos con una mentalidad infinita. Para algunos es cuestión de sobrevivencia.
Por otro lado, hay que reconocer que ninguno de nosotros puede resistir la gratificación temporal que generan las emociones de una promoción ganada o un torneo ganado, sin embargo, pero sabemos muy bien que estas recompensas se desvanecen rápidamente.
Muchos buscamos una causa justa, comprometiéndonos con una visión de un mundo futuro tan atractivo que haremos lo imposible para construirlo semana tras semana, mes tras mes, año tras año. Aunque no sabemos la forma exacta que tomará este mundo, trabajar hacia él le da sentido a nuestro trabajo y nuestra vida.
Los líderes de hoy deben adoptar una mentalidad infinita para construir organizaciones más fuertes, más innovadoras y más inspiradoras. Dicha mentalidad está cambiando la forma en que el mundo va a comportarse en los próximos años.
El año pasado empresa privada estadounidense de transporte aeroespacial, SpaceX completó la primera fase de la misión Demo-2 en conjunto con la NASA, sino que también logró dar un paso adelante en su ambicioso proyecto de internet “Starlink".
Desde 2011 la Nasa no enviaba tripulantes al espacio desde suelo norteamericano. Sir Richard Branson ahora cursa los cielos en su Virgin Galactic.
Este hecho relevante trae una rivalidad empresarial que sobrepasa los límites terrestres: Elon Musk vs. Jeff Bezos; SpaceX, del primero, y Blue Origin, del segundo, compiten por ser las elegidas por la NASA para volver a la Luna en 2024 y soñar con viajes a Marte.
El proyecto se llama Artemisa, Diosa griega entre múltples cualidades se destacan la caza y la Luna. Si observamos con detenimiento los objetivos de la misión encontramos 4 elementos importantes:
Estados Unidos quiere demostrar sus nuevas tecnologías al mundo, sus capacidades (de talento) y modelos de negocio necesarias para la nueva exploración que incluye a Marte. Establecerse como un líder global con presencia en la luna mientras expande su impacto económico a través del mundo. Ampliar sus relaciones comerciales e internacionales. Inspirar a las nuevas generaciones y fomentar la construcción de capacidades en términos de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM).
Somos testigos de una carrera comercial, científica y geopolítica que está utilizando al espacio como su nuevo terreno de expansión.
El juego de los servicios infinitos es ahora entre actores del sector privado y no entre naciones. El sector privado nos llevará a Marte. Para generar una economía infinita, Estados Unidos buscará recursos fuera de la tierra, iniciando por la Luna y continuando en Marte.
Tiene sentido luego del dominio Chino a nivel comercial y el establecimiento de acuerdos alrededor del mundo. La cúpula de liderazgo nacional debe contemplar la siguiente bifurcación: continuar en el juego finito o insertar al país progresivamente en el juego infinito de la economía digital.