Comprar un paquete de quinientos jabones no es lo más inteligente en este momento. Aquí sale –como un misterio– el asunto de qué hace la gente. No se ha decretado ningún toque de queda y se espera que se diga qué se debe hacer en este momento. La ciudadanía espera que alguien, alguna autoridad, tome las riendas de la situación sanitaria y se le diga qué debe de hacer con su modus vivendi.
Comprar un montón de jabón no va a solucionar el problema. Cuando entras al baño, tienes la ocurrencia de comprar ese mismo tipo de jabón que ves en cualquier lugar público. Recurriendo no sabemos a qué sabiduría, alguien dijo que el jabón antibacterial era para las bacterias y no para los virus. Ganas de echarle un jabón al sancocho? Lo cierto es que la gente entiende que tiene que ser en extremo cuidadosa. Lo de Trump –que si comprará la vacuna o no la comprará– no es algo que preocupe ahora a un ancianito que vive casi solo y que tiene que ser ayudado para lavarse las manos. El asunto es que si un grupo compra todo el jabón, a otro no le queda.
Lavarse las manos no es algo que tenga que ver con admitirle los errores de comunicación a ninguna autoridad. Lo cierto es que en momentos como estos, alguien toma la rienda y al parecer las redes sociales, es lo que han hecho. Cada quien tiene un pequeño artilugio llamado celular, donde corre cualquier tipo de información, y ahí se pone uno a ver qué le dice cualquiera, gente que no siempre sabe cómo se debe administrar un proceso de salud de estas magnitudes. Se trata de una “plaga”, y algunos investigadores se han dado cuenta de la importancia que tiene ponerse “serios” para darle importancia a los detalles: no asistir a eventos multitudinarios, lavarse las manos –como hemos dicho–, y evitar el contacto con cualquier persona. Por qué razón tiene la gente el interés de salir a la calle? Se quiere probar la capacidad de aguante del sistema inmunológico? Se intenta poner a prueba al azar, ese amigo cósmico que dictamina –según algunos– la ocurrencia de todos los eventos? Otros hablan del Karma, esa ley –la ley de causa y efecto–, que podría servir para hablarnos del por qué surgió un virus como este: alguna persona, –en Wuhan, China– habría causado todo el desbarajuste, como se ha publicado. Un libro recomendable es La ley del Karma de Mary T. Browne.
En estos días, los supermercados lucían abarrotados. Pero más que todo: mucha gente quería llevárselo todo. Los que otros días compraban solo un paquete de papel toalla, ahora compraban siete. Los que no habían entrado casi nunca a la sección de los detergentes, ahora se quedaban impresionados con la belleza del pasillo. Lo cierto es que la gente tiene que tener cuidado: las malas noticias solo son malas cuando te tocan a ti, mientras tanto cree la gente que nada le tocará y se necesita decirle que algunas personas ya han dado positivo y son de los famosos. Se espera que se tenga cuidado con todo. Evitar ser contagiado podría servir para escribir un manual de supervivencia, pero lo cierto es que lo importante es entender cómo ocurren las cosas. Por lo pronto, se dan buenas noticias: se está buscando una vacuna, y Estados Unidos y Alemania se disputan quien será el primero, pero ojo: Fox News habla de 18 meses para hallarla y darla a conocer a la humanidad. Lo cierto es que se tiene que tener en cuenta que no porque conozcas a alguien que le haya dado el coronavirus, esto es indicativo de que andas en peligro si no te juntas con esa persona. Otro asunto: la pandemia es tan real como has visto en las redes sociales. Se trata de algo real, tan real como una montaña, y debe ser tú mismo quien decida poner en práctica las indicaciones para preservar la limpieza y evitar el posible contagio.
Una nota: Biden decía que había que tirar la guardia a la calle. Cuando se declara toque de queda no puede salirse a la calle, so pena de que un militar te atrape y te haga entrar de vuelta como ocurriera en un video que vimos recién de España. Allá declararon el Estado de alarma, y hay que recordar que también existe el Estado de emergencia, el estado de excepción y el Estado de sitio que asemeja un Estado de guerra. En el caso de Estados Unidos, existe la ley marcial que es cuando todo ciudadano se convierte en militar.
Dos: no es necesario comprar todo el jabón, sino que con ese que tienes es útil para lavarte las manos de manera efectiva. La vieja ley del Karma demuestra ahora que no era sino efectiva. Los viejos hindúes tenían la clave: los hechos desencadenan otros hechos. Míranos aquí, intentando sobrevivir. No será difícil. De otras batallas, la humanidad ha salido victoriosa.