Antes de pasar a desarrollar dicho congreso se deben analizar las causas y las razones de las derrotas sufridas por el PLD en las elecciones municipales de marzo y de las congresuales y presidenciales de julio; del por qué el partido obtuvo tan baja votación, a pesar de que sus gobiernos realizaron una excelente gestión. Dicho proceso deber ser analizado profundamente pues el mismo tiene muchas aristas que deben ser conocidas.
El PLD desde su fundación siempre fue concebido como un partido de organismos, no de individuos, de ahí el respeto que en otrora inspiraba y tenía en la sociedad, donde ser peledeísta era un prestigio. Ninguna estructura política, empresarial, religiosa, militar, deportiva, gremial ni social podrá realizar una labor eficiente, eficaz, creíble, confiable y transparente si no se remozan sus direcciones periódicamente y se ponen en funcionamiento.
Para dicho congreso se deben eliminar los intereses grupales que se han apoderado del partido, evitar que circule el dinero para obtener una simple membresía del comité central, pues es muy penoso, vergonzoso y cuestionable que para poder lograrla, hayan personas que desconociendo el sacrificio humano y el costo en el que se ha incurrido para fundar, desarrollar y conservar este proyecto político; cómo funcionan sus estructuras políticas, la educación, disciplina, la crítica y autocrítica; que nunca han asistido a una reunión, incurran en esta práctica.
El comité político que surja de este IX Congreso Ordinario deberá ser un ente proactivo, regulador y fiscalizador, pues debe tomar participación y decisiones en materia: económica, transporte, penal, sobre temas de salud, educación y cultura; corrupción, soberanía, migración, municipalidad, fiscal, energía, justicia, seguridad social y ciudadana; relaciones internacionales, medio ambiente, como en otrora siempre se hacía y que los actuales miembros abandonaron, pues nunca se reunían.
Tiene que recuperar la imagen, la confianza y la credibilidad del partido, pues las mismas se han resquebrajado en el pueblo, fruto de los desaciertos, la arrogancia, los cuestionamientos y el endiosamiento de muchos de sus miembros, que por tantos años se mantuvieron en el ejercicio del poder, desconectados de la sociedad. Por eso su lema “Servir al Partido para Servir al Pueblo”, que por tantos años era un motivo de orgullo al pronunciarlo en cada acto o reunión, ya muy pocos lo sienten, pues hace muchos años que se dejó de aplicar.
La escogencia del comité central como la del comité político no debe ser cualquierizada. Cualquiera persona no puede ser miembro de estos altos organismos. Para ello se requiere de una gran formación política, solvencia moral, sensibilidad social y patriótica; capacidad de análisis, prudencia, credibilidad, discrecionalidad, tolerancia, ser respetuosa, humilde, con vocación de servicios, dominio de la agenda nacional e internacional, con buenas relaciones humanas, participativa, colocando siempre los intereses del partido por encima de los particulares, pues serán los representantes y la imagen del partido en sus respectivas comunidades.
El partido, la sociedad y el gobierno en vez de machar en una misma dirección, lo hicieron por caminos distintos. Esto quedó demostrado con la baja votación obtenida en las elecciones del 5 de julio, en las que el PLD obtuvo casi un millón de votos menos que en las elecciones del 2016, a pesar de que el gobierno realizó una gran labor.
El Dr. Bidó Medina merece que en su honor se celebre un congreso diáfano, disciplinado, transparente, plural, autocrítico y democrático, no a base de planchas conformadas por grupos apandillados en gremios profesionales, de líneas bajadas a la militancia o a base de dinero. De hacerse así sería como tratar de construir un rascacielos sobre un terreno movedizo.
De estructurarse un comité central y un comité político como ordenan las circunstancias, los estatutos y los lineamientos establecidos, surgiría un PLD renovado, fortalecido y en condiciones de reconquistar el poder en el 2024. Pero para poder lograr ese objetivo es necesario aplicar una herramienta que siempre lo distinguió de los demás partidos y le dio muy buenos resultados: la aplicación de una férrea disciplina. Ojalá que así sea.