Los Estados Unidos y el resto del mundo experimentan en la actualidad una fuerte división en su esfera social y política más profunda de la historia reciente, división amplificada por los medios de comunicación y la llamada cultura del “Maisntream”, lesionando el fundamental rol de los medios de comunicación tradicionales. Ni siquiera el escritor, orador y político Edmundo Burke, pudo imaginarse que el concepto “cuarto poder” pronunciado por él en el 1787 tendría el impacto social que en la actualidad; sobretodo por la gran influencia del internet.
El siglo XVIII, bajo la influencia del movimiento intelectual europeo la Ilustración, se produjeron aspectos relevantes que aceleraron cambios en el ámbito social y cultural en términos de libertad de expresión. Estos acontecimientos sirvieron de contrapeso social; que combatía el absolutismo de la época.
Ya para la segunda mitad del siglo XIX surgen prestigiosas agencias de noticias, un gran número de periódicos impresos, sensacionalistas y radicales; dando paso a la expansión de diversas formas de comunicación global. Pero desde hace años, la sociedad estadounidense es víctima de un bombardeo masivo de información, protagonizada por medios de tendencia conservadora y liberales; desde el grupo de medios Sinclare, hasta grupos como MSNBC, The Washington Post, CNN, ABC, etc
El problema es que los medios de comunicación no están diseñados para simpatizar con ninguna corriente de pensamiento, grupo económico o político; sino servir de plataforma informativa, plural y objetiva y sin ningún tipo de mordaza. Esta división que experimenta la sociedad norteamericana es de un grado tal que en medio de la crisis actual las recientes protestas sociales, grupos antisistema, han encontrado en medios conservadores espacios para difundir sus ideas; tergiversando “informaciones” por medio de teorías de la conspiración.
Desde su visión sobre el “fraude” electoral en las recientes elecciones, o que la pandemia no es real ni la cantidad de muertos; que los liberales “comen niños”. En prospecto, la multitudinaria maquinaria económica que se esconden tras estos grupos y sus ideologías, solo crean confusión en sus audiencias.
Por otro lado, es indudable que por medio al trabajo realizado por los medios de tendencia liberal, no solo han sido artífice de la llegada del presidente electo John Biden, sino también que han saturado a la población, creando un pánico colectivo y un ejemplo de esto, son las imágenes de los muertos por la pandemia, los videos que se han filtrado de policía asesinando a civiles, el personal médico de varios hospitales a nivel nacional usando sus redes sociales para describir el infierno que ellos experimentan al ver pacientes y a sus compañeros morir como consecuencia de la pandemia.
¿Piensas que esto es nuevo? Recuerda la histórica transmisión en vivo de CNN en los 90’s sobre la Guerra del Golfo Pérsico, la captura de Pablo Escobar, las imágenes de las Torres Gemelas, la liberación de la Dra. Ingrid Betancourt, La primavera árabe, la captura de Osama Bin Laden o la de Saddam Hussein, los sangrientos videos de Estado Islamico, la captura de miembros de los carteles en Latinoamérica, el exceso de programas sobre telerrealidad; todo esto es demandado por esta cultura postmoderna en grandes cantidades, con lucrativos ingresos.
Evidenciar la desintegración del concepto IV poder en el mundo actual, mediante aquello que se establece como “tendencia” reemplazando el histórico papel de los medios de comunicación, de ser una balanza en la construcción de corrientes de pensamiento sociales; cuyo propósito es la defensa de los intereses colectivos; por encima del político, o los grandes imperios económicos detrás de las principales cadenas de radio, prensa, televisión y ahora el internet.
Experimentar del como el llamado Mainstream, que es la tendencia mayoritaria o dominante que define la cultura postmoderna; carente de objetividad, donde las opiniones personales y del medio están sujetas a lo que “está” o no de “moda”, y la “información” se filtra a través de la sutileza de la manipulación corporativa.
En el documental de Netflix “El Dilema de las Redes Sociales” los testimonios de ex-ejecutivos de importantes empresas de internet, muestran de cómo estas fueron diseñadas para influir en el comportamiento de las personas y lo dañinas que son.
Sin embargo, no podemos perder la esperanza, validando todo lo que se difunde en los medios de información de masas y la internet; debemos aprender a procesar todo lo que se nos ofrece, sacando nuestras propias conclusiones. Ya que existen medios que no han perdido su integridad y el apego a sus principios.
En definitiva, que los medios de información vuelvan a conectarse con la esencia de los grandes pensadores que estuvieran detrás de los movimientos sociales y la construcción de un mundo multiplural es lo ideal; no siendo subordinados a sectores económicos para la intención de ciertos objetivos.
Que los medios de comunicación reconozcan que más allá de la maquinaria económica y de lo que está de moda; deben estos a preocuparse porque la sociedad y los problemas que lesionan la democracia, sea lo principal; volviendo a las investigaciones con una consistencia casi forense, donde los periodistas logren desnudar en sus trabajos la verdad sobre el objetivo investigado.