Hoy me enviaron al amanecer, la imagen de la rosa de Bayahibe, nuestra flor nacional de impresionante belleza, justo mientras escuchaba Por amor del Maestro Solano y como testigo, una obra de Geo Ripley con texturas táctiles de esta prodigiosa tierra. ¡Suspiré y vibré! Y como me gusta jugar con los simbolismos y me apasiona el turismo cultural, fluyeron las preguntas: ¿Cuántos turistas en República Dominicana pueden admirar esta flor y saber de su simbolismo, como también a la Cayena? ¿Cuántos turistas conocen de nuestros valores identitarios, obras de arte, cultura popular tradicional, idiosincrasia, en fin, de tanta riqueza cultural?
La institución básica del turismo es el hotel. Pues el hotel debería ser una institución cultural, expresión simbólica de la cultura nacional. El hotel debe oler a rocío al amanecer, ambientado con la fragancia y belleza de nuestras preciosas flores, iluminado por el verdor de las especies nacidas en tierra dominicana. El hotel debe abrirse y ser exponente de las mejores obras de la cultura nacional. Visualmente, debe convertirse en una galería de arte, con obras representativas del desarrollo de las artes visuales del país. El hotel dominicano debe, en sus ofertas de alimentos y bebidas, tener sabor criollo. Porque un turista no necesita lo que tiene en su país o en el mundo, el turista necesita conocer la autenticidad de nuestras riquezas naturales y culturales. El hotel debe ser ambientado con los diseños más creativos de proyección nacional, porque tenemos un excelente desarrollo del diseño de interiores. Disímiles son los ejemplos de cómo un hotel debe irradiar la cultura nacional. Y es que la dominicanidad, la afirmación de la identidad cultural dominicana debe ser transversal a toda instalación hotelera y a la actividad turística, en general.
Una experta, cuando le hablé del tema, me espetó: “es que los hotelereros solo piensan en los cuartos” –dominicanismo que significa: dinero- y dijo que yo estoy hablando de un turismo que no es el de ahora en este país, sino de un desarrollo turístico de aquí a muchos años. Sin embargo pienso que para cambiar solo hay que tener la voluntad de hacerlo, sobre todo, cuando el problema es de concepción, de proyección y de integración interinstitucional. Visión estratégica para un hotelero sería convertir el hotel en una institución portadora de la identidad cultural nuestra representativa del ecosistema y cultura del país. ¿Carecen de una visión estratégica los hoteleros? ¿O les hará falta implementar otra concepción más amplia de cultura? Creo debieran ser capacitados en estos temas para que puedan visualizar que la Cultura es más que espectáculos y eventos, que la cultura es transversal al turismo y está llamada a ser, junto al medio ambiente, las dos dimensiones cruciales que otorgarán sello de distinción al turismo dominicano y lo distinguirán de otros competidores del área del Caribe que tienen similares playas. Y eso sin profundizar en el necesario vínculo del hotel con la comunidad y el aprovechamiento del potencial cultural de la población donde esté enclavado, para la realización de sus actividades y para exhibir la autenticidad de esta cultura hecha por su protagonista mayor: el pueblo dominicano. Hay hoteles que hasta contratan artistas, diseñadores y técnicos extranjeros, gastando muchísimo más dinero que si aprovecharan el potencial cultural local y nacional.
¡¿Y cómo vamos a presentar un show artístico de carácter internacional en un hotel nuestro?! Los hoteles debían tener normas culturales que los guíen y supervisores que para evaluar la calidad de sus servicios, consideren el que este sea expresión de la cultura nacional.
Cada turista sensibilizado con nuestras obras y valores culturales, se convierte en un difusor y exportador de la cultura nacional, además, de un posible repitente porque quedará encantado con la autenticidad, talento y profesionalidad del arte y cultura dominicanos. A la cultura y a nuestros artistas han de abrírseles las puertas al turismo y así contribuiremos a la cualificación del turismo dominicano.
Sé que estamos en un excelente momento de despegue por la reciente firma de un Convenio entre el Ministerio de Turismo y el de Cultura. Empezamos a recorrer juntos, un camino antes no iniciado porque “No hacen falta alas para hacer un sueño, basta con las manos, basta con el pecho, basta con las piernas y con el empeño… basta el buen sentido del amor inmenso, no hacen falta las para alzar el vuelo” SR.