No todas las personas han tenido la oportunidad de preguntarse lo que significan el sitio de residencia, la edificación, la vivienda y, cuál es la diferencia entre estos y el hogar en su sentido propio.
El hogar de una persona comienza con la casa, apartamento o vivienda donde se nace y se desarrolla la infancia, se pasa por la adolescencia y se alcanza la adultez. Los recuerdos de este hogar generalmente traen evocaciones que van unidas a la presencia de los padres, hermanos y familiares. A veces esos recuerdos incluyen la ambientación del vecindario y las características de la comunidad.
En el pasado los hogares de las personas se situaban en un solo lugar. Se nacía, se crecía y se permanecía en el hogar, en un solo sitio, en el mismo barrio, o, dentro de la misma ciudad. La movilidad en el pasado era poca. Las mudanzas a sitios lejanos eran menos frecuentes.
En la actualidad se producen mayores movimientos de poblaciones. Algunas de estas migraciones pueden ser voluntarias y son debidas a diversos motivos. Otras se deben a la búsqueda de mejores oportunidades de empleo; así como para tener acceso a un horizonte cultural más amplio.
Existen fuerzas externas que empujan a las personas a cambiar de lugar de residencia y a establecerse en sitios alejados, pues son forzados a ello por circunstancias ajenas a su voluntad. Entre estas circunstancias adversas pueden citarse los conflictos políticos, los cambios de regímenes de gobierno; y, en algunos casos conflictos bélicos. Cuando estos cambios de residencia ocurren, las condiciones de vida cambian también. Llevar consigo o desarrollar el sentimiento de hogar en el nuevo lugar de residencia toma cierto tiempo.
Cuando ocurren mudanzas y se cambia el lugar de residencia, la familia siente que ha llevado consigo el hogar a otra parte. Cambia la casa, pero el calor humano puede permanecer intacto. En algunas ocasiones hasta la interrelación en el seno del hogar se ve alterada por los cambios en el entorno. Las actividades que se adoptan determinan en muchos casos que haya reajuste de papeles en el seno de la familia con consecuencias en la cohesión de esta. Los cambios en el seno de la familia y las adaptaciones a las nuevas circunstancias no ocurren sin accidentes.
Hay que tener en cuenta que hasta el concepto de hogar puede variar de acuerdo con la cultura o los países. Las lenguas reflejan también la idea de lo que es el hogar. En inglés la palabra home viene del inglés antiguo hām, que hacía referencia al pueblo en tanto conglomerado social y la condición social de las personas así reunidas. Esto implicaba las viviendas físicas, pero la idea principal era la de reunión de personas. La palabra hām procede del proto-germánico haimaz que se encuentra en el origen de palabras similares en otras lenguas. En antiguo frisón hem era “hogar, pueblo”; en danés, existe djem; en alemán heim y en gótico haims que significa pueblo. Es muy interesante que la palabra home del inglés es próxima de la raíz latina homo, que se usa para ser humano, persona, pueblo, como en el caso de homo sapiens.
En inglés, el lugar, la construcción donde se localiza el hogar (home) se llama house (casa). La palabra house deriva del inglés antiguo hus que denominaba la vivienda, el refugio, el lugar de residencia.
En español la palabra hogar proviene del latín focaris que indica el lugar del fuego, donde se mantiene el fuego. Este origen apunta hacia un énfasis diferente para el concepto del hogar. Esto implica que el hogar es el lugar donde se mantiene el calor, que funciona como centro de reunión de las personas, lugar de reunión de la familia. La palabra casa tiene su origen en el latín casa que en aquella lengua significaba casa, como hoy en español.
Como puede observarse desde el principio, tanto el inglés como el español tienen dos palabras diferentes cada una para denominar los conceptos; una la vivienda y la otra el sitio donde reside el sentimiento, el calor humano. Este fenómeno se reproduce en otras lenguas también, así en alemán, italiano, francés, portugués y holandés. El hecho de que haya dos palabras para llamar estas dos nociones en estas lenguas son reflejos de la diferencia entre las dos nociones.
Algunos autores modernos que han estudiado las viviendas y el hogar aseguran que hay estrecha relación entre la imagen que una persona proyecta de sí misma, y el hogar a que perteneció, o al que pertenece, pues la imagen personal es reflejo del hogar.
La casa es la estructura física. Al tiempo que el hogar es la interrelación entre las personas y lo que resulta de ella. En el hogar es donde reside el amor. El encierro a que se han visto sometidos los humanos durante la presente pandemia ha revaluado el hogar como centro de irradiación de la vida. El trabajo a distancia, así como la educación no presencial ha colaborado a estrechar los lazos familiares. Ante el enemigo común la solidaridad ha fortalecido el hogar; a pesar de que en casos excepcionales ha llevado a estados de ansiedad en algunas personas.