Sin lugar a dudas que el tema haitiano será el tema de la campaña tanto aquí como allá. Si en algo existe un real consenso respecto a esta historia es que en ambos países existen grupos ultranacionalistas conformados por intelectuales y políticos dedicados a sembrar el odio en cada nación y sacarle el provecho según sea el caso.

El próximo año será electoral en nuestro país y existen sectores a quienes no les conviene que el tema haitiano se solucione porque no tienen una arma por dónde atacar al actual gobierno. Partidos aliados que tomaron la coyuntura del tema haitiano para separarse del famoso bloque progresista y que de seguro tendrán presente todo lo acontecido para usarlo como arma letal.

Tenemos una oposición torpe, que no levanta cabeza y que no ha sabido capitalizar a su favor el descontento que ha tenido la población en relación a otros temas del país, por consiguiente el tema haitiano le ha caído como anillo al dedo al partido oficialista pues quien se atreva en este momento a decir algo que mínimamente parezca estar de acuerdo con los haitianos será declarado traidor a la patria y difícilmente consiga el favor del electorado.

¿Por qué digo que al gobierno le ha convenido este tema? Por varias razones:

En primer lugar desvía la atención de la población de otros temas igualmente importantes como el endeudamiento público en el que estamos cayendo, la manera en cómo se aprobó la reelección, la carestía de los principales artículos de la canasta familiar, ahora todo está más caro y solo basta con pasearse por los supermercados y sentirán la sensación de que se está en la casa del terror.

Pero todo es Haití y ahora mismo ni la oposición asume otro discurso ni el gobierno tampoco. Mientras tanto nos amansan con el circo, mientras nos encarecen el pan.

En el otro lado de la frontera el tema también le viene como anillo al dedo en un contexto también electoral, pero que ha sido postergado por el actual presidente buscando quedarse en el puesto. Es el mismo Presidente que ha dicho no poder dotar los haitianos de documentos para acogerse al plan de regularización porque Haití es un país pobre, sin embargo le paga un millón de dólares a un cantante para que vaya a hacerle un espectáculo.

Su discurso versará sobre el trato que le dan en República Dominicana a sus compatriotas y de cómo él representa la garantía de que en nuestro país se trate de manera diferente a sus hermanos.

Seguirán las campañas de descrédito a nivel internacional porque esa es su mejor arma para mantener la opinión internacional mirando hacia Haití y además usar su pobreza para agenciarse la compasión que es lo que han hecho hasta el momento.

Seguirán las vedas a productos del país porque esto les genera ciertas simpatías. Así como el Presidente nuestro arrancó una ovación cuando en su discurso del pasado 27 de febrero dijo que no había prórroga con el Plan de regularización o cuando se pronunció en la reunión del SICA de manera enérgica, también el presidente haitiano hará lo mismo.

¿Tendrá solución todo este atolladero? Bueno, quisiera ser más optimista pero mientras el tema les genere adeptos y simpatías de cara a sus elecciones la chercha continuará pues no creo que ninguno les intereses acallar un tema que es su principal arma ya que despierta las pasiones nacionalistas.

Definitivamente este es un happy hour, un dos por uno, que bien les favorece ¿Por qué terminarlo?