Resulta difícil creerlo, pero hay suficientes indicadores para temer que el Gobierno está manipulando las informaciones relacionadas al coronavirus en el país con un objetivo que no puede ser otro que el que ha movido casi todas sus acciones desde que el presidente Danilo Medina proclamó su firme decisión de ganar él las elecciones, sin ser candidato. Hay una clara línea que reproducen sus miles de bocinas en todos los medios, inducir temor para por lo menos provocar una baja votación o, si es posible, anular las elecciones del 5 de julio.
Ya fue grave que el domingo pasado tres distinguidos médicos, tras reunirse con el presidente en su despacho, ofrecieran una rueda de prensa para dar “la primicia” de que el Gobierno “va a apretar” con el uso de mascarillas, el lavado de manos y la distancia social, lo que se viene pregonando desde marzo. Informes confidenciales indican que el marco de esa comparecencia repercutió negativamente en sectores que buscan reactivar la economía.
Vino la noche del martes la decisión de suspender la tercera fase de la reactivación nacional, informada por el ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, con increíbles exageraciones, para no atribuirle mentiras. Llegó al extremo de decir que en la etapa de la desescalada, iniciada el 20 de mayo, habíamos acumulado serios retrocesos, y habló de 500 contaminados por día, lo que ocurrió efectivamente tres o cuatro veces, pero también hubo jornadas de 309, como la informada el lunes 15. Afirmó que se están desbordando las demandas hospitalarias, incluyendo las salas de cuidados intensivos. Falso según el boletín oficial del lunes donde aparecían en cuidados intensivos igual cantidad de personas que hace un mes, 145.
También hay versiones de que muertos que habían sido guardados, fueron “resucitados” cuando convenía. También se puede encontrar explicación en la última nota que aparece en los más recientes boletines, la cual deja constancia de “Casos positivos o probables de COVID-19 pendientes de verificación”
He comparado los resultados de dos boletines que marcaron un mes, el 59 del 16 de mayo, y el 88 del pasado lunes 15 de junio y como verán no hay motivos para alarma, ni siquiera para suspender la tercera fase de la desescalada. Aunque al final explicaré que la semana pasada sí se dieron informes preocupantes, pero también fuera de contexto. Veamos, la evolución desde el boletín 59 del Ministerio de Salud Pública al 88:
1.- La tasa diaria de contaminados efectivamente creció pero sólo de 208 a 365, es decir, 157 más, pero con un incremento de las pruebas realizadas de 903 a 1,917 promedio diario, es decir 1,014 más cada día. Con tasa de positividad en reducción, de 20.8% de las pruebas a 18.2%. Si multiplicamos esta última por 1014 más que ha habido cada día del último mes, arroja 185 contaminados más por jornada, superior al incremento de 157.
2.- Los fallecidos se incrementaron de 428 a 605, lamentablemente 177 más, pero el promedio diario era de 7.3 y se redujo a 5.9. La tasa de letalidad, es decir el porcentaje por cada 100 contaminados, disminuyó, siempre en el último mes, de 3.5 a 2.6.
3.- La proporción de los recuperados se incrementó del 47 al 60%.
Si bajó el porcentaje de positividad, el promedio diario de fallecidos, y la tasa de letalidad, y aumentó la proporción de recuperados, y se mantiene la misma cantidad en cuidados intensivos, el cuadro no es para aterrorizar ni dar marcha atrás. Por lo menos es falso que la segunda etapa haya sido peor, hasta el boletín 88 del lunes 15. No se debe descartar que la pongan efectivamente peor en los próximos días, lo que será una confesión de fracaso, cuando el presidente Medina dijo en sus discursos de abril y mayo que ya estábamos aplanando la expansión del Covid-19, y nos comparó con España, entonces bien golpeada, pero que ya anuncia reapertura total para el día 21. .
La semana pasada, cuando el gobierno buscaba a toda costa mantener suspendidas las actividades de cualquier campaña electoral democrática, acorralando a la oposición, sí hubo incrementos preocupantes, pero primero que nada de las pruebas, porque hubo boletines con más de 2 mil por día. Y lógicamente encontraron más contaminados. También hay versiones de que muertos que habían sido guardados, fueron “resucitados” cuando convenía. También se puede encontrar explicación en la última nota que aparece en los más recientes boletines, la cual deja constancia de “Casos positivos o probables de COVID-19 pendientes de verificación”. ¿Cuántos habrán sido en los últimos días?
El panorama no puede ser más preocupante si los gobernantes se empeña en poner en riesgo las elecciones cuando las encuestas y las percepciones sociales indican que van camino a perderlas. Sumirían el país en una tercera grave crisis, política e institucional, encima de la de salubridad y la económico-social derivadas.
Lo peor y hasta triste es el reinado de silencio, de tantos que tienen que estar viendo y se hacen los ciegos. Les falta valentía para defender hasta sus propios intereses, ya no digamos los de la colectividad.-