No les voy a negar que simpatizo con la actitud resolutiva del presidente Abinader, él a diferencia de anteriores mandatarios actúa con rapidez ante los problemas que se le presentan, rompiendo con la parsimoniosa tradición de que “las cosas en el Palacio andan despacio”, el nuevo inquilino de la mansión de Gazcue opera de manera casi inmediata ante los hechos, y eso habla muy bien de sus intenciones, de buscarle solución a los problemas que a diario se le presentan al Gobierno Central.
Si hay algo que hace del primer ejecutivo un servidor público bien valorado por la población, es esa condición de líder resoluto pero, un país como el nuestro tiene múltiples y variados problemas que obligan a los gobiernos a priorizar las soluciones, simplemente, porque no se tienen los recursos para enfrentar todas las necesidades institucionales, y mucho menos la demandas sociales que de manera simultánea exige la ciudadanía.
El Gobierno del Cambio busca como es natural dejar su impronta de gestión, su sello particular, pero sobre todo, se quiere alejar de prácticas corruptas ancestrales, cosa lógica políticamente y loable, si lo que se desea es establecer nuevos paradigmas de transparencia en la función pública pero, no es tan fácil gobernar esta nación con sus particulares tintes idiosincráticos, donde los intereses sectoriales y el individualismo siempre tratan de imponerse frente a las acciones de beneficio colectivo.
El poder más que un ejercicio en nuestra patria es una verdadera escuela, donde han aprendido a gobernar siempre los mismos, solo hay que entender que de los 177 años de vida republicana más de 100 años hemos sido gobernados por apenas 6 ciudadanos: Pedro Santana, Buenaventura Báez, Ulises Hereaux, Trujillo, Balaguer y Leonel Fernández.
La pericia se adquiere con los años, porque está más que demostrado que “gobernar se aprende gobernando”, todo porque las cosas vista desde el pináculo del poder no son tan fáciles como muchos creemos, no solo por razones económicas sino que conciliar los intereses internos y foráneos es tarea complicada que requiere de mucho conocimiento y astucia para lidiar asertivamente, el presidente Abinader debe tomar en cuenta factores y situaciones que desde una visión externa visualizamos, y que a modo de sugerencia ciudadana deseamos exponer, en ánimos de colaborar para mejorar los resultados de su gestión gubernativa, veamos:
- Acostumbrado el candidato Luis Abinader por tantos años al permanente activismo electoral que le hizo recorrer varias veces de palmo a palmo toda la geografía nacional, para hacer realidad su proyecto político, el Gobierno del Cambio. Esta actividad rutinaria ha sido el accionar de Luis desde que llegó al Palacio Nacional, una presidencia itinerante. Nuestro presidente no sale de las calles, y le dedica escasísimo tiempo al trabajo de oficina, tal vez, pensando de muy buena fe el amigo mandatario que así palpa más directamente los problemas, a los fines de buscarle soluciones pero, nada más incierto, porque las tantas visitas lo que hacen es abrumarlo de pedimentos ciudadanos, a los que no les puede dar respuesta y que lo comprometen a acciones que no le son posibles resolver más por razones primordialmente presupuestales, sin que este comentario se vea irrespetuoso de nuestra parte, entendemos que la mostrada inquietud presidencial debe darle paso de inmediato al sosiego palaciego, para tomar desde su oficina decisiones con más tranquilidad, menos presión y mayor acierto.
- El presidente Abinader es economista de profesión, y sabe que tiene que ponerle interés a desarrollar una agenda de cambios verdaderamente realizable pero, sobre todo dándole mayor importancia a las que puedan dar resultados tangibles en su propia gestión gubernativa, observó con preocupación que se anuncian cantidades de obras para las cuales no tendrán ni los recursos ni el tiempo para ejecutarlas, esto al final se le puede revertir al gobierno, por las críticas innecesarias de la ciudadanía digital, que se acordará de repetirle hasta la saciedad el incumplimiento a la palabra empeñada, por lo cual debe el Gobierno del Cambio revaluar cuáles de estas obras serán posibles realizar para no crear irreales expectativas.
- Es más que imposible enfrentar tantas necesidades juntas, el Gobierno debe dar paliativos a las más que pueda pero, tiene que tomar como banderas las más sentidas, y por qué no decirlo las que electoralmente más le puedan rentar en términos de apoyo ciudadano, por las consabidas razones político-electorales pero, existe una percepción en franjas importantes de la sociedad y de la clase política nuestra, que la gestión del cambio quiere producir transformaciones inmediatas, que algunas casos tomarían años, por lo cual le es imprescindible al Presidente y su equipo asesor definir cuál es su real agenda efectiva y limitada pero, que en verdad llevará a cabo, para que pueda presentar concretas
- El gobierno tiene como bandera principal la transparencia, el recuperar lo hurtado y una política de cero impunidad ante los que han atentado contra el patrimonio público, cosa esta muy loable y aplaudida por la población pero, tiene también la situación de los vínculos de connotados dirigentes perremeístas con el lavado y el narcotráfico, lo que hace suponer que ambos temas seguirán debatiéndose en la opinión pública, el tema de la corrupción afectará a la oposición, y se muestra en las encuestas con la afección principalmente a la marca PLD pero, las implicaciones delictivas relacionadas con el tráfico de drogas podría también afectar en su momento a la marca PRM, por lo cual las acciones persecutorias del Ministerio Público apoyada por el ejecutivo deben seguir pero, excluyendo algún interés electoralista como creen muchos que solo se busca dañar con los operativos anticorrupción la imagen de los opositores.
- El Diálogo Nacional es una correctísima iniciativa presidencial; el consenso es el mecanismo más inclusivo y democrático pero, siendo sincero es poco lo que podemos hacer una gran parte de los partidos, del sector social, empresarial y laboral participantes en el mismo, si las iniciativas establecidas en la mesas temáticas no son de la atención ni del beneplácito del PLD ni de la FUERZA DEL PUEBLO, será un ejercicio o esfuerzo estéril, porque son ellos los que tienen los votos en el Congreso, para convertir en realidad el tan atinado propósito presidencial.
- El Presidente bien haría con explicar claramente su posición referente al escuchado criterio que circula entre los políticos, de que el auténtico interés en la reforma a la Constitución es reducir de un 50 a un 40% de votos para elegir al Presidente en la primera vuelta, y garantizar la selección de la autoridades del Ministerio Público más allá del término de la gestión del actual gobierno, que será agosto del 2024, sería prudente y conveniente -como se aclaró lo de una posible rehabilitación del presidente Medina-, que también se esclarezca sobre los dos puntos que aquí les expreso.
- El Gobierno debe tomar medidas drásticas sobre el sector eléctrico, que acusa uno de las peores gestiones, y que no puede ser que por falta de pericia y buena coordinación entre funcionarios la solución sea afectando al pueblo, como siempre; el anunciado desmonte del subsidio para las clases populares, llegó el momento del Presidente llamar a los más avezados técnicos sin banderías políticas para gestionar la crisis que se evidencia en ese importantísimo sector.
- Una gestión que no presente realizaciones en infraestructura para el pueblo poco hizo, por lo cual el Gobierno debe disponer una gran inversión para expandir el gasto de capital, mover la economía y las de tener obras propias el Gobierno del Cambio, de no ser así, nada tendrán que buscar en esas elecciones el PRM.
- El Gobierno debe hacer conocer que por razones, en parte exógenas, existe un aumento considerable del costo de la vida, que está creando un gran crispación social, y cuestionamiento sobre la pertinencia gerencial y administrativa de los funcionarios, siendo este a mi humilde opinión el principal talón de Aquiles de esta administración pero, si a esto se le suma la preocupante semiparálisis en que se encuentran la mayoría de las instituciones públicas que están en una especie de abulia institucional y operativa, esto debe ser de alarmante preocupación, porque se está demostrando con ello que los que las dirigen no saben lo que están haciendo, y es que el Gobierno del Cambio necesita contar con más funcionarios resolutos, como lo Yayo -Sanz Lovaton-, que ha mostrado eficiencia al frente de la Dirección de Aduanas.
- El presidente Abinader debe estar consciente que la pretendida pero, necesaria reforma fiscal puede ser el “Waterloo del Gobierno del Cambio”, porque aunque reconocemos que la presión tributaria en nuestra nación es baja frente al promedio de otras naciones, los principales impuestos existentes siempre lo paga el pueblo humilde, que son los selectivos al consumo e ITBIS, es hora de que se penalice al gran capital y a la ganancia excesiva, no obstante, se escucha insistentemente rumores de que se desea con el beneplácito del sector empresarial ampliar la base imponible del ITBIS, cosa está casi imposible, porque ponerle impuesto a los productos de la canasta básica, al transporte, a los servicios médicos, funerarios y a los medicamentos, que son los sectores que están excluido del pago del ITBIS, sería un craso error, porque cualquier decisión de imponer dicho impuesto a cualquiera de estos renglones arriba mencionado sería “el verdadero divorcio del gobierno con la población”, que hastiada va a salir a la calle a protestar, no lo duden, cansada como está la clase media y baja, que son los que menos pueden, los que siempre les toque cubrir las inmensas necesidades o déficits presupuestales de los gobiernos.
Huelga decir por lo debatido del tema, que el festival de préstamos debe parar, porque nuestra economía no soporta más empréstitos por la reducida capacidad de pago que tenemos, por lo que le toca a esta administración arroparse hasta “donde las sábana le alcance”, priorizando la inversión y mejorando la calidad del gasto público.
Los gobiernos perredeístas no han sido en verdad buenos administradores, más aún, porque sus gestiones no han dejado una impronta importante de obras a presentar al electorado, es esa una de las principales razones por la que siempre tienen largas temporadas en la oposición, es tarea ciclópea la que tiene el presidente Luis Abinader la de. con acciones asertivas, romper ese conjuro que a modo de baldón o cuestionamiento popular cargan en sus hombros desde siempre penosamente los perredeístas, hoy perremeístas de que "éstos simplemente no saben gobernar”.