A los anteriores los criticábamos porque llegaron al Palacio Nacional, desarrapados, con los labios cenizos, lánguidos y cuasi hambrientos de tanto hacer rifas y regar el periódico Vanguardia del Pueblo en casas, y negocios, donde se conformaban con una nimia cooperación y con lo cual pretendían adoctrinar al pueblo con la falsa premisa de una seriedad a toda prueba, y una división burda, en la calificaciones de la seriedad, siendo los serios los peledeistas y los corruptos todos los demás.

Empezaron a comprar lentes Cartier, usar chalequitos Lacoste, y zapatos de marca, Jeepetas, y carros con nombres raros.  Se divorciaron la mayoría, buscaron otras mujeres que pegaran con su nueva posición, y degustaron de vinos, restaurantes, incluyendo nombrar queridas y queridos en botellones de cientos de miles de pesos; posteriormente hasta contratistas los hicieron, le cogieron gusto a los chelitos, tanto asi, que el propio Danilo dijo que esa comodidad los sacó del Poder.  Así las cosas llevaron al pueblo poco a poco al hartazgo y no valieron ni las compras de votos, ni los pica pollos, ni las tarjetas solidaridad, fase, bonoluz, bonogas, y Bono todo, todo aquello dado que tanto les gusta a los dominicanos, simplemente, daban teriquito, como rechinar de dientes, cuando les veíamos, Camacho y el Penco incluido. El Pueblo simplemente se hartó.

Los Perremeistas, llegaron, bajo la premisa de ser el cambio, y aparentemente, es cierto que hemos cambiado, pero no de sistema ni de paso, sino simplemente, de verdugos.

Recuerdo, que Danilo llegó al Poder en el año 2012, y lo primero que dijo fue que encontró un maletín lleno de facturas, olvidándose que esas facturas, fueron tomadas por que él no pegaba ni con las oraciones, y por tanto, había que ganarle a Hipólito costara lo que costara, sobre los hombros de Leonel, Margarita, Miguel Vargas y la ineptitud del propio Hipólito. Y sobre la base de esas facturas tomadas a su nombre, nos ajustó una sarta de impuestos que todavía estamos pagando.

Así las cosas, bajo similares hechos y premisas, Luis y su claque de millonarios, Tutumpotes, como diría Juan Bosch, pretenden imponer impuestos al consumo con tarjetas de crédito, entre otros;  a través de las cuales, los profesionales, y personas comunes y corrientes, que no tenemos cuentas en Paraísos Fiscales a través de compañías Off Shore, financiamos todas nuestras compras y sobrevivimos mes a mes, con lo poco que nos dejan, luego de pagar todos los impuestos del mundo, comenzando por un cien por ciento de los combustibles, la luz eléctrica más cara del mundo, y sistemas de salud, eléctrico, de seguridad y agua deficientes, que nos llevan a que cada casa deba tener seguro de salud privado, un inversor o planta eléctrica, cisterna y seguridad alternativa, cuando se puede.

Veo con mucha tristeza, que aparentemente, el cambio tan cacareado es cosmético y sin valor alguno. Es más de lo mismo, cambiando de jinete y alforzas, (estas son más profundas) porque no están acostumbrados a beber por tercia.

Le recuerdo a estos Tutumpotes, que llamaban resentidos sociales a los come solos, que, hay un disco del Trio Matamoros, donde un gallo se confunde y pretende, cortejar y hacer suyo a un Loro de Portugal, y luego de corretearlo por todo el patio el lorito se paró y con el pegajoso estribillo del coro le decía, ¨cuidadito compay gallo, cuidadito¨ estableciendo claramente la equivocación que había cometido, ya que, obviamente el Lorito estaba harto de la persecución.

Por ello, cuidadito compay Luis cuidadito, busque esos chelitos por otro sitio, ahórrese unos cuartos, bájele el sueldo a todas esas tripas gordas que ha nombrado, traiga por lo menos dos mil millones de los que tiene fuera, y de un ejemplo, venda el Tesla.

Comiencen ustedes a dar el ejemplo de lo que pretenden hacernos.

Cuidadito.