A la prof. June C. Rosenberg,  antropóloga, pionera y maestra.

 

En la cuaresma de 1983, hace exactamente 35 años, publiqué en la revista AHORA (Año XXII, No. 1010) el  artículo siguiente sobre el Gagá Dominicano:

“Dios mío, ¿Cómo es posible que Fredy Ginebra permita esta maldita música de negros en Casa de Teatro?  ¿Cómo es posible esta vagamundería?

Así se expresaba amargamente y airadamente un antiguo vecino de esta institución cultural durante una presentación de Gagá del Grupo Convite en abril de 1977.

¿Qué música, qué cosa es esta de Gagá que indigna de tal manera a personas “decentes” que le hacen perder los “buenos modales” y su buena educación? ¿Qué manifestación es esta que hace que algunos escritores de incuestionable “preparación” y “cultura” escriban en contra todas las clases de diatribas y de mentiras? ¿Qué cosa es esta tan abominable que escandaliza cuando se pone como portada de un “Almanaque Folklórico Dominicano”, editado por el Museo del Hombre Dominicano(1) Pero también, ¿Qué cosa es esta en la que participan miles y miles de dominicanos, especialmente los últimos días de la Semana Santa?

El Gagá

A partir del mes de febrero de cada año, un sonido contagioso y alegre se apodera de los sábados en loa noche de varios bateyes de nuestro país.  Picadores de caña, trabajadores, amas de casa, niños, etc., practican ceremonias y bailes que culminaran la noche del Jueves Santo, el día entero del viernes, el sábado y el Domingo Santo.  Son las festividades del Gagá.

 

El Gagá que para muchos no es más que “un baile carnavalesco” (2) de origen haitiano, en realidad es una manifestación sincrética de la cultura africana y europea, de la Dominicana y la Haitiana, convertida desde hace tiempo en culto religioso dentro de las ricas manifestaciones de la cultura dominicana. (3)

La comprensión del Gagá en cuanto a su manifestación, estructura y función en nuestro país, aunque tenga antecedentes históricos coloniales y orígenes haitianos, hay que buscarlas esencialmente en las características que ha asumido la formación de la sociedad dominicana, ya que el Gagá, como expresión mágica-religiosa, como manifestación cultural y folklórica, es el resultado de una organización socio-económica, de un sistema de relaciones sociales específicas, de explotación, donde la caña, el ingenio azucarero, las condiciones de trabajo, la vida en los bateyes, obligan a los hombres a interpretarlo, reproducirlo, contestarlo y recrearlo.

Orígenes hostóricos y manifestaciones del gagá

Debido a limitaciones científicas y los condicionamientos históricos- ideológicos, llenos de prejuicios, a los cronistas, los investigadores y los escritores del periodo colonial no les interesaron y no comprendieron, en casi sus totalidades las manifestaciones religiosas, culturales y folklóricas de los negros y de los indígenas.  De ahí las dificultades hoy de su conocimiento.  Hay que buscarlas con dificultad y después de encontrarlas hay que analizarlas entre líneas.  A esto se une posteriormente el racismo y el antihaitianismo de gran parte de nuestros investigadores.

Sobre los posibles orígenes del Gagá en cuanto a manifestación en el país podemos encontrar algunos indicadores.  Por ejemplo, Carlos Esteban Deive, en su obra sobre “Vudú y Magia en Santo Domingo”, expresa:

“La danza más común tanto entre los esclavos de Santo Domingo como entre los del resto de las colonias americanas, era la calenda que el Padre Labat considera oriunda de Costa de Guinea, probablemente del reino de Arda.  A pesar de su carácter erótico, era tan del gusto de los criollos que constituían la mayor diversión de sus fiestas e, incluso de sus diversiones. Esta se bailaba inclusive en los conventos por las mojas. Se trata de una danza ventral, cuya forma consiste en movimiento balanceado del abdominal y su propósito es evidentemente mágico: el de promover la vida y el crecimiento”. (4)

En su misma obra,  Carlos Esteban Deive afirma:

“La clase baja de la gente de color española acompaña a sus grotescas danzas con gritos y la música creada del movimiento retrogrado del aire de maderas de fuerte sonido o de calabazas rayadas rasgadas rápidamente con un hueso delgado: el banjo, matracas hechas con guijas dentro de una calabaza, los dientes fijos de una quijada de caballo rasgada en rápido compás  el tambor.  Los pasos son singulares y obscenos: el acompañamiento y estilo conjunto parecen derivarse del Congo Africano y su dios Din mezclado y es la ceremonia usual para los familiares muertos  de los gitanos en España que la solemnizan con bailes y música”. (5)

A pesar de las acciones de los españoles para impedir y “para borrar” las manifestaciones de los grupos negros esclavos, estos recrearon aquí sus creencia, bailes y manifestaciones religiosas, culturales y folklóricas.  Para ello tuvieron que apelar a introducir elementos formales y secundarios de la cultura española que le pudiera servir de pasaporte y que legitimara sus acciones.  De este proceso de sincretismo surgieron nuevas manifestaciones que en su desarrollo vinieron a dar como resultado lo que es hoy la cultura haitiana y la cultura dominicana.

Fuera de estas referencias, no han podido localizarse referencias documentales sobre posibles orígenes del Gagá en el país.  Incluso en Haití, donde ha tenido históricamente una manifestación más explícita y significativa, hay pocos estudios al respeto. (6)

Pero las citas de Carlos Esteban Deive son bien significativas si nos detenemos en algunas de sus aspectos más importantes para nosotros.  Si hubiese una correspondencia con la realidad, en el sentido de que efectivamente las descripciones corresponde al Gagá, podía concluirse de que el Gagá comenzó a manifestarse en este lado de la isla, y que posteriormente en Haití al igual que aquí se transforma, se recrea y culmina con aspectos comunes y particulares en dos manifestaciones diferentes.

El Gagá haitiano

“En la población campesina y el proletariado urbano de ciertas regiones haitianas existe lo que se puede llamar el Culto del Rará.  Muchas personas que han vivido en Haití o que han visitado ese país, han visto los Rará y es el caso de decirlo: también los han gozado.

Son grupos ambulantes que al llegar la Cuaresma y generalmente los sábados van de campo en campo y de casa en casa, tocando palos, vaccines de bambú y otros instrumentos musicales.  Al mismo tiempo bailan con pasos muy diestros (una parte de los cuales, a juicio de algunos observadores, ejecutan lascivamente y hacen juegos de mano con bastones especiales).  Los participantes se visten de diferentes maneras, sin que a veces falten algunos travestidos, el Viernes Santo.

Los grupos, llamados “bande de Rará” se reúnen el Viernes Santo en el pueblo de Leogane, a donde llegan a pie y todos tocando, cantando, bailando y vestidos con trajes especiales.  Acuden muchos cientos de individuos pertenecientes a distas bandas y mucho espectadores, incluso de la clase media y alta.  Todo ello resulta verdaderamente inolvidable” (7)

Aun en Haití, “el Rará no ha sido suficientemente estudiado, sobre todo en lo referente a sus implicaciones mágico-religiosas de acuerdo a la antropóloga June Rosenberg y otros investigadores del tema.

El Gagá en República Dominicana

El Rará haitiano por problemas de guturizacion en su pronunciación, quedó bautizado en el país con el nombre de “Gagá”.

Como el Gagá se ha localizado en los bateyes y poblaciones ligadas a la explotación de la caña de azúcar, se ha creído, e incluso se ha escrito, que el Gagá “es una manifestación de los negros haitianos que vienen a picar la caña”. Durante mucho tiempo esto se tuvo como algo verdadero hasta que varios investigadores sobre la profesora June Rosenberg, han demostrado que esto es completamente falso.  En realidad, nuestras investigaciones también nos han demostrado, que en el Gagá participan muchos dominicanos descendientes de haitianos y dominicanos de nacimiento y origen que hayan tenido contacto con el complejo azucarero” (8)

Los grupos de Gagá están organizados, integran los miembros de estos a partir de una promesa que implica obligaciones de carácter económico y religioso.  Cada Gagá tiene una organización interna en base de grados y jerarquías con valores y papeles definidos para sus miembros.  Así mismo tiene una liturgia y rituales coherentes con una visión global y totalizadora, donde la vida, la muerte y la resurrección juegan los papeles centrales.

Los grupos de Gagá se organizan en función de jerarquías, estatus y títulos que para muchos no tendrán sentido y hasta les podrían parecer inverosímiles.  Pero esto no es así, a partir de sus creencias, situaciones y contextos tienen su “sentido”. 

Responden existencial y simbólicamente a niveles de conciencia, reinterpretación de la realidad, elementos culturales, creencias mágico-religiosas.  En ellos encontramos el “dueño” del Gagá, el “Presidente”, el Jefe de las Fuerzas Armadas, el Ministro de Guerra, de la Marina, el general de brigada, los coroneles, los Mayores, las reinas, el Secretario, el cajero, los supervisores, el mayordomo.  Algunos de estos tienen sus segundos.  Además está la música y el coro.

Los músicos tienen también su jerarquía, hay un presidente, quien decide lo que se va a tocar.  Los fututos de bambú tienen también su jerarquía, que va desde el director hasta primer, segundo y tercer fututo y así respectivamente.

El modelo, en términos generales, es simbólico.  Para algunas está definido como “memoria social” de carácter histórico en función de identidad de sus orígenes tribales.  Para otros explicita el deseo de lo que quieren ser en función de lo que son como parte de un cambio de vida, de un cambio de sociedad. “El paso de la esclavitud a la libertad”.  También pueden ser ambas cosas, cambiar de situación sin renunciar a su identidad.

Las manifestaciones más comunes del Gagá se realizan en casi todos los bateyes en una enramada, la cual se engalana con papel vejiga de diferentes colores, aunque el predominante es el rojo.

En medio tiene el palo central, el cual juega un papel importante durante las ceremonias.  Aunque existen algunas ceremonias en el año, es al entrar la cuaresma cuando todos los sábados comienzan los ensayos, los cuales culminaran el Jueves Santo a media noche, el viernes, el sábado y el domingo.

El Jueves Santo en la tarde comienza realmente todos los preparativos para los momentos culminantes del Gagá.  Los miembros que tienen promesas y que viven lejos del batey comenzaran a llegar con sus ofrendas y lo que son músicos con sus instrumentos.  Se prepara comida como ningún otro día, se dan los últimos toques a la enramada, posteriormente, el grupo se dirige a la “palma sagrada”, para una ceremonia inicial.

Los seres pueden causar el bien y el mal, la alegría y el dolor, la salud y la enfermedad.  Significa que hay lúas que pueden ser usados para una cosa o  para  la otra.  Hay entonces que estar preparados, hay que estar protegidos.  Para los miembros del Gagá “hay distintos tipos de seres o luases, llamados los Radâ y los Petrò.  Cada uno de estas categorías tiene su propia música, sus propios lúas, según la categoría de que se trate, así como otras particularidades.  Cada uno tiene sus propios instrumentos musicales, sus bailes, ritos y muchos otros elementos que le son propios.

Los lúas Radâ son considerados dulces, suaves y benignos.  Los ritos específicos para el complejo Radâ tienen características de que las ceremonias se terminan diciendo “abobó”.

Los toros, los Petrò son tenidos como violentos.  De acuerdo con el antropólogo Carlos Esteban Deive, los Petròs son vistos como amargos, ásperos y agudos, los cuales son utilizados para manipulaciones mágicas.

Los ritos para los luá Petrò tienen un tipo de sacrificios que les es propio, de animales, de comida seca, lo mismo que música, baile etc., particulares y al terminar se dice “Bilò-billò”, con especial reverencias que las usadas en las ceremonias Rarâ.

Los seres o luases que ocupan posiciones centrales en las ceremonias y creencias del grupo de Gagá que hemos estudiado, pertenecen a los división Petrò. (10).

En este sentido, se puede comprobar, que “casi todos los miembro de la alta jerarquía del Gagá tienen la cualidad de “montarse” en diversos lúas según las circunstancias rituales”. (11)

Gagá y sociedad

No hay dudas de que el Gagá está conformado y determinado por las características de la formación socio-economica de las relaciones sociales que

hoy predominan en Dominicana.  Independientemente del origen histórico, el Gagá es parte de la cultura dominicana y como tal ha de entenderse y estudiarse.  Los trabajos de la antropóloga Jung Rosenberg, de Fradique, de nosotros y otros investigadores han demostrado que hay una versión particular de esta manifestación en el país.  O sea que hay un Gagá  dominicano, el cual debe de seguir estudiándose y profundizándose, ya que en Palavé, La Ceja, Barahona, Boca Chica, San Luis, etc., se están dando procesos interesantes de transformaciones y modificación en el Gagá.  Por ejemplo, hay lugares donde la dimensión “profana”, “carnavalesca”, está tornándose importante y trascendente como fue el año pasado en San Luis.

Más que un baile erótico, que una expresión folklórica, el Gagá constituye un sistema socio-religioso que permite una interpretación del mundo, expresa un nivel de conciencia y posibilita un proceso de identidad, de comunicación y de creación importante, el cual debemos revalorizar en su justa dimensión, no mirándolo como algo “abominable” que debemos desterrar, sino por el contrario, como una de las manifestaciones culturales más rica y extraordinarias de la cual debemos sentirnos orgullosos.

El Gagá, seguirá modificándose en la medida que se modifica nuestra sociedad.  Creemos que con el tiempo irán disminuyendo sus elementos mágicos-religiosos, al igual que irán disminuyendo gradualmente los prejuicios y las hipocresías, ira tornándose una manifestación más colectiva dentro del contexto cañero.

Ojalá que al grito de nuestro poeta nacional Pedro Mir en “Hay un País en el Mundo”, no sea en vano y que no se le agregue mañana:

                                            El Gagá, sus bailes

                                            y ceremonias.

                                            Son del Ingenio.

Porque con la profesora June Rosenberg, espero “QUE LAS ARTES QUE SE  CONVINAN EN EL GAGA CONTINUEN Y QUE LLEGUEN A SER APRECIADAS COMO PARTE DEL FOLKLORE DOMINICANO” (12)

Notas

  1. Domínguez, Castillo y Tejeda, ALMANAQUE FOLKLORICO DOMINICANO, Museo del Hombre Dominicano, Santo Domingo, 1978.
  2. Fradique Lizardo, J.B. Romain, etc. Aunque en la medida que se ha ido desarrollándose las investigaciones en torno al Gagá, el profesor Lizardo redimió su concepción en relación a los elementos mágico-religiosos.
  3. June Rosenberg, EL GAGA: RELIGION Y SOCIEDAD DE UN CULTO DOMINICANO.  UN ESTUDIO COMPARATIVO, UASD, Santo Domingo, 1979, pág. 17.
  4. Carlos Esteban Deive, VODU Y MAGIA EN SANTO DOMINGO, Museo del Hombre Dominicano, Santo Domingo, 1979, segunda edición, pâg 118-1919.
  5. Carlos Esteban Deive, obra citada, , pág. 120-121.
  6. June Rosenberg, obra citada, pág. 24
  7. June Rosenberg, obra citada, pág. 25.
  8. Fradique Lizardo, GAGA: VERSION DOMINICANA, Ultima Hora, 20 agosto de 1976, Santo Domingo.
  9. June Rosenberg, obra citada, pág. 24.
  10. June Rosenberg, obra citada, pag.72-73.
  11. June Rosenberg, obra citada, pág. 205.
  12. June Rosenberg, obra citada, pág. 220.