El G20, el G8 y otros grupos análogos son agrupaciones surgidas con el único objetivo de aunar esfuerzos para alcanzar la prosperidad y el éxito económico de sus miembros, excluyendo a los demás. Es decir, en el fondo son organismos excluyentes, en donde prima el interés particular por encima del bienestar universal.
Esta metodología o estrategia de crecimiento económico primó en los siglos diecinueve y veinte y hasta cierto punto logró momentáneos éxitos en los países participantes, aunque luego se reinsertaban en un ciclo de bancarrota económica, casi siempre unido al descalabro moral de sus sociedades.
Y es que lo que todavía no entienden estos grupos económicos es la relación existente entre todos los países del mundo. Siguen pensando que el planeta es del tamaño de su nación o del clan al que pertenecen, olvidando que actualmente existen alrededor de doscientos cincuenta estados y territorios que se afanan por subsistir y procurar algún nivel de bienestar para sus ciudadanos.
Lamentablemente, la arcaica costumbre egoísta de procurar solamente el bienestar de mi nación o de mi grupo económico sigue, cual fantasma ancestral, permeando la conciencia de los líderes de las grandes naciones y llevándoles a tomar una serie de decisiones que afectan el orden mundial.
Todos los grandes imperios han caído, todos los grandes grupos económicos han ido a la bancarrota, precisamente debido a la mentalidad excluyente y aplastante en cuya concepción básica reina la inhumanidad, la exclusión, la toma de decisiones sin importar el destino de los que menos tienen o de aquellos que no poseen los elementos para competir a su nivel.
Un gran filósofo decía: "tu no puedes ser feliz en un mundo infeliz". Asimismo, ¿cómo puede pretender un país o grupo económico permanecer en un estado de bonanza económica continua cuando la mayoría en el mundo gime en una gran crisis?. Sería una utopía o hasta una ingenuidad pensarlo.
El grito contra esta conducta excluyente y egoísta se encuentra representado actualmente en el movimiento mundial "Indignados", el cual es un llamado a la conciencia de las grandes naciones para abandonar la corrupción, el egoísmo, la tiranía de los emporios económicos y otros tantos flagelos que impiden alcanzar un clima de igualdad de oportunidades.
Estamos en un tiempo para soluciones globales, es necesario incluir a todo el mundo dentro de la prosperidad, se hace necesario erradicar el hambre, lo cual es muy posible, propiciar un cambio de conducta respecto a los combustibles fósiles que eviten el calentamiento global, en fin, generar una gran conciencia mundial en la cual se erradique el egoísmo, se eliminen todos estos grupos excluyentes y se piense en el bienestar común mundial como una estrategia para alcanzar los ideales de la Libertad y la Justicia Social.