El pasado 27 de febrero, con motivo del día de la Independencia Nacional, el Presidente de la República Dominicana ofreció al pueblo dominicano su discurso de rendición de cuentas.

Reflexionando sobre las distintas opiniones de los grupos empresariales, sociedad civil, personas con influencia en la vida nacional, entre otras, consideramos que fue un discurso alentador, optimista y, bajo nuestra apreciación, bien valorado por los dominicanos.

En su discurso el Presidente ofreció detalles sobre las obras y acciones que se pretenden ejecutar en el corto, mediano y largo plazos.

Como lo reconoció, muchas de esas obras requieren una gran inversión por parte del país, lo que probablemente se pueda lograr, tal como exteriorizó, mediante las alianzas público-privadas, así como con ciertas acciones citadas en su disertación.

Estamos en buen momento para que ocurran estos cambios y el pueblo está consciente de la necesidad.

Dentro de las acciones comunicadas y que se entendió ya se están ejecutando, habló de un órgano con presencia de los diferentes sectores del país, que desarrolle un plan de trabajo hacia una Estrategia Nacional de Competitividad, la cual, según el mandatario, ya ha identificado las acciones que se deben ejecutar y que serían incluidas en un pacto social que contendría la necesaria reforma fiscal integral de la que tanto se ha discutido en los últimos años y que, bajo el contexto actual, se hace muy necesaria.  Esta reforma fiscal integral es un gran reto para el país, ya que sentaría las bases para el desarrollo y competitividad de nuestro pueblo.

Sobre la reforma fiscal integral, en nuestra opinión, la misma debería enfocarse en los siguientes aspectos: i) simplificación del sistema tributario; ii) establecer un sistema con criterios claros para la organización eficiente del gasto público, que asegure la sostenibilidad. Abajo nos referiremos concisamente a la simplificación del sistema tributario, lo que juzgamos como el punto más crítico.

En cuanto a la simplificación del sistema tributario, existen vastos aspectos a considerar. En primer lugar, sería recomendable considerar una modificación integral o un relanzamiento de la Ley 11-92 (Código Tributario Dominicano) y otras leyes tributarias especiales y dispersas, que tenga como objetivo principal la simplificación de los impuestos existentes y/o eliminación de aquellos que obstaculizan el desarrollo económico, sobre todo de los sectores con menos recursos, la inclusión de definiciones claras para resolver ciertas áreas grises, la definición definitiva del sistema (territorial o renta mundial) considerando que actualmente nos encontramos frente a un sistema mixto (se gravan ciertas rentas de fuente mundial como aquellas derivadas de inversiones y financieras), así como la eliminación de ciertas exenciones que solo hacen que el sistema sea más complejo y que, en definitiva, en su mayoría benefician a los sectores con mayor capacidad contributiva.

Consideramos que la simplificación del sistema tributario podría traducirse en beneficios para los contribuyentes y para la Administración. Por un lado, es probable que pueda contribuir a la disminución de la evasión y elusión, en consecuencia, podría incrementar la formalidad y reducir los costos y tiempo de cumplimiento para los obligados a cumplir (todos). La complejidad del sistema tributario actual deriva en desconocimiento de las regulaciones, dificultad de cumplimiento y administración, lo que resulta en menos recaudaciones para el Estado.  Por el lado de la Administración, la simplificación del sistema tributario facilitaría la gestión de la Administración Tributaria para el cobro de los tributos y probablemente podría reducir los asuntos controvertidos sede Administrativa y Judicial, que en gran medida se derivan de la complejidad del sistema.

Estamos en buen momento para que ocurran estos cambios y el pueblo está consciente de la necesidad. La estrategia del país se podría orientar a lograr la reforma fiscal integral en el más corto plazo posible, lo que probablemente contribuirá positivamente a la consecución de las metas que nos hemos trazado para lograr ser un país más moderno y competitivo, asegurándonos la ruta hacia nuestro desarrollo sostenible.