Luego de los dos primeros partidos de la selección dominicana de fútbol por las eliminatorias para el Mundial de Brasil 2014, muchos han quedado satisfechos -en especial- con el partido frente a El Salvador.
En el partido contra El Salvador el equipo dominicano se vio falto de creatividad, de fuerza en la mitad de la cancha para mantener el balón, pero estuvo muy organizado defensivamente. Ahora bien, frente a los salvadoreños se esperaba una goleada, hemos terminado el encuentro 3-2 y con diez hombres. Digan lo que digan, para mí eso es un logro.
Si es cierto que contra Surinam fuimos superiores, y que debimos aprovechar mejor las oportunidades. Pero de igual manera, el equipo presenta una debilidad obvia en el medio campo, no existe un número diez que distribuya balones o le aporte creatividad al equipo. Talvez, el técnico cubano Domingo Clemente Hernández debiera considerar utilizar a Jonathan Faña como medio centro de creación, jugar con un solo delantero y explotar más los laterales, que es allí donde el equipo dominicano tiene mejores jugadores.
La inclusión de César Peralta como contención también puede ser ponderada, es un joven muy seguro, con mucha fuerza y visión para salir tocando al pie de sus compañeros. Y junto a Francisco Ubiera el equipo podría tener mejor control y acercamiento para tocar en el medio campo. Eso podría darle una salida diferente al equipo dominicano una vez recuperado el balón.
También hay que trabajar la parte táctica que es muy importante para que las jugadas progresen. Pero eso no sólo depende del entrenador, también depende del nivel de inteligencia de los futbolistas. Como me dijo un amigo italiano una vez: “el fútbol comienza en la cabeza y termina en los pies”.
El combinado dominicano ajeno a todos lo problemas que les aquejan está teniendo buenos resultados. Es un esfuerzo inhumano jugar a las 3:30p.m. bajo un sol que raja piedras. Y lo es también hacerlo sin tener ningún tipo de remuneración económica o médica. Es un logro enorme que estos chicos jueguen en un campo irregular con montes y matorrales en sus alrededores y lo hagan con todo su corazón. Eso para mí hay que aplaudirlo y reconocerlo.
Y creo que antes de criticar a nuestros jugadores y entrenadores, debemos exigir que se les equipe correctamente. Que se les trate como deben ser tratados jugadores profesionales que salen en representación de nuestra bandera y nuestro fútbol. Uno de nuestros problemas como dominicanos es que sólo apoyamos cuando ya están en la cima. No creemos en lo que tenemos, pero nos regodeamos cuando un deportista dominicano triunfa por sí solo. Ahí entonces sí nos vanagloriamos y reconocemos su talento.
El gobierno y el sector empresarial no pueden seguir haciéndose los de la vista gorda. Es hora de poner atención al deporte que más fanáticos tiene en el mundo. El fútbol es el deporte que más dinero genera al nivel mundial. Y en nuestro país cada día se unen más, nacen nuevas escuelas y jugadores.
Se necesita el apoyo del gobierno y una responsabilidad mucho mayor de los directivos de la Federación Dominicana de Fútbol. Nuestros deportistas no pueden vivir sólo de los aplausos y de las críticas.