El trabajo a bajas temperaturas, sea en interiores o exteriores, constituye un riesgo para la salud de quienes están expuestos y, según estudios sobre el tema, las temperaturas por debajo de los 15 grados celcius afectan la salud de los trabajadores y trabajadoras si no se aplican los controles correspondientes.

Laborar en un ambiente frío puede hacer propenso al trabajador a sufrir accidentes de trabajo, por verse afectado su desempeño físico y mental, tanto por las limitaciones que ponen la ropa que utiliza para protegerse como por la falta de confort.

Bajas temperaturas podrían provocar la aparición de ciertas enfermedades como también agravar las ya existentes afectando sensiblemente las vías respiratorias, manifestándose con tos, expulsión de secreciones , dificultad respiratoria y agravamiento de los que sufren enfermedades respiratorias obstructivas como asma, enfisema y bronquitis crónica.

Es importante señalar que la edad y el sexo son factores de riesgo para la aparición de daños a la salud provocada por el frío pues se sabe que los envejecientes y las mujeres resultan más afectados. La susceptibilidad individual debe ser también considerada, ya que no todas las personas responden metabólicamente igual cuando son expuestas a bajas temperaturas.

  Los trastornos musculoesqueléticos, a los que nos referimos en otras entregas, tienden tener incidencia importante en los que laboran en ambientes fríos, viéndose afectados músculos, tendones, ligamentos, nervios y articulaciones, manifestándose con síntomas de dolor, adormecimiento, calambres, limitación de movimiento, rigidez y debilidad muscular, entre otros. Pudiendo afectar cuello, hombros, codos, región lumbar, rodillas, manos y pies.

La susceptibilidad individual debe ser también considerada, ya que no todas las personas responden metabólicamente igual cuando son expuestas a bajas temperaturas

Pero además existen trastornos cardiovasculares relacionados al trabajo en ambientes fríos, que al igual que con las respiratorias, predisponen a su aparición o agravan las ya existentes. El frío provoca vasocontriccion, aumento de la presión arterial, aumento de la frecuencia cardíaca, lo que unido a la actividad física que implica el trabajo deviene en un aumento del gasto cardíaco, lo que resulta lesivo para las personas que padecen enfermedades cardíacas crónicas como hipertension arterial, enfermedades coronarias, etcétera.

  Un trastorno muy conocido y estudiado en el ámbito de la salud ocupacional lo constituye el Síndrome de Raynaud, que es los espasmos de la articulación periférica (vasoespasmo) que de manera recurrente se presenta en personas que no regulan bien la temperatura y que son expuestas al frío, manifestándose con tumefaccion de manos y pies, cambio de color de la piel, dolor, resultando en una deficiencia en las habilidades y destrezas del uso de las manos en el trabajo.

  El Síndrome de Raynaud se ve agravado con la exposición a vibraciones como sucede con los trabajadores que utilizan martillos neumáticos, escaladores, taladros, motosierras y todo equipo o instrumento que transmita vibración a las manos.

  Las vibraciones comprometen la circulación sanguínea de los dedos de las manos teniendo lugar la aparición del denominado "dedo blanco" que si se añade frío los efectos son más catastróficos, llegando hasta la disminución o pérdida del tacto y la consiguiente interferencia para la ejecución normal de una actividad laboral.

  Como es sabido la diabetes también provoca la denominada neuropatia diabetica que afecta la circulación periférica, trastorno que interfiere con la pérdida de calor de las extremidades haciéndolas más susceptibles a los efectos del frío.

  Es obvio que la piel como órgano protectora regulador de la temperatura corporal, también sufre los embastes de la exposición al frío en el medio laboral, donde una piel sana protege adecuadamente a determinadas temperaturas  que no es el caso de cuando la misma está lesionada lo que la hace más sensible al frío con manifestaciones de dolor, ampollas, prurito, inflamación, etc.

  Las lesiones del frío por congelamiento se ve asociada a la industria petrolera de la almacenamiento, agricultura, pesca, etc., comenzando a manifestarse cuando la temperatura baja de los -15 grados celcius y la velocidad del viento sobrepasa los 4 m/s.

  Hay factores que aumentan el riesgo al efecto de congelación como como la masa corporal, edad, sexo, raza, tabaquismo, alcoholismo, entre otras.

  A medida que la temperatura desciende podrían presentarse progresivamente síntomas como: escalofrío, hipotermia, trastornos de la conciencia, dilatación de las pupilas, aumento de la rigidez muscular, disminución de la frecuencia respiratoria, presión y pulso arterial, fibrilacion ventricular, ausencia de reflejos tendinosos, pupilas no reactivas, edema pulmonar, paro cardíaco y hasta muerte cerebral.

  Para evitar el daño provocado por el frío lo primero es conocer y controlar el riesgo, utilizar las medidas adecuadas como calefacción, ropas protectoras, aislamiento. Se recomienda también practicarse evaluaciones médicas preempleo y periódicas, y mantener debidamente informados a los trabajadores expuestos sobre los efectos dañinos del frío sobre la salud y la forma de prevenirlos.