Posiciones encontradas matizan los debates presentados durante los últimos días alrededor torno a la intervención anunciada por el Ministerio de Turismo para ser desarrollada en las Ruinas de San Francisco y en su entorno inmediato, como parte del Programa del Fomento al Turismo realizado con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo.
Los argumentos han recorrido reuniones, foros, encuentros y espacios mediáticos intentando situar como bueno y valido los elementos presentados por los diversos actores involucrados en el conflicto sucitado a lo interno de la Zona Colonial. Sin embargo, el problema de fondo puesto en evidencia, es el resultado de la deficiente dinámica inter-institucional que ha primado durante las últimas décadas en el kilometro cuadrado declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Una vez más la gestión del territorio de la Zona Colonial reprueba con bajas calificaciones, ante la ausencia de claridad en los roles de las instituciones públicas tanto de carácter nacional como local que intervienen en la planificación, gestión y seguimiento de las intervenciones que allí se realizan. Un abanico de entidades gubernamentales opinan sobre aspectos neurálgicos del territorio en cuestión, entrelazando los impactos de las decisiones entre unas y otras. Ante este escenario el liderazgo sobre la gestión del territorio ha cambiado a través de los anos de una institución a otra, en atención al poder político o a la disponibilidad de recursos económicos para ser invertidos en la zona.
Por tal motivo cuando salen a la luz pública este tipo de temas en los cuales es importante la gestión del territorio, se evidencia que muchos de los actores no están de acuerdo con las decisiones que se han tomado y esto sucede porque no se han sentado en la mesa del dialogo y la coordinación para ponerse de acuerdo antes de dar “el primer picazo” de cualquier proyecto, programa o actividad a realizar en el territorio colonial.
Las consecuencias presentadas sobre la decisión de intervenir las ruinas de San Francisco, su entorno y toda la Zona Colonial pueden ser aminoradas si se atiende este problema de fondo, a través de una gestión territorial efectiva que identifique con claridad los roles de cada uno de los actores institucionales que intervienen en la zona colonial, lo cual contribuirá en definir de una vez por todas el liderazgo institucional para la coordinación de las acciones que deben implementarse por cada una de las entidades involucradas.
Tanto las competencias como el liderazgo en la coordinación están establecidas a través del marco legal existente y la gestión debe ser consolidada a través del trabajo mancomunado entre todos los sectores de gobierno con responsabilidad en el territorio junto a los gobiernos locales, los cuales son encargados del ordenamiento del territorio, planeamiento urbano, gestión del suelo, ejecución y disciplina urbanística (Ley 176-07. Art. 19).