Eran inseparables.  Podían pasarse horas juntos, jugando a batallas de héroes con las figuras plásticas, viendo películas o gastando energías jugando al football.  Era una linda amistad, amparada en el apoyo de ambas familias, las cuales mantenían estrecha comunicación, garantizando la seguridad de ambos mozuelos.

Similares en edad, uno crecía intelectual y académicamente acorde a su edad.  El otro, gracias a su raza y genes, alcanzaba altura y volumen con mayor rapidez.  Sin embargo, una severa condición de dislexia, le impide desarrollarse intelectualmente al mismo nivel que los demás.  El primero nunca se burló de su deficiencia, por el contrario, siempre trató al amigo con total naturalidad, dejándole ver que lo apreciaba sin importar lo demás.Criado por su abuela y una tía, había desarrollado un excesivo nivel de consentimiento, demanda de atención e insaciable expectativa de regalos.  Se sentía realizado cada viernes en la tarde, cuando podía exhibir el nuevo juguete que le habían comprado.

Amén de este capricho, era lo que se decía un chico muy dulce; bueno, eso parecía.  Eso fue hasta que la puerta de entrada del edificio apareció rota de una patada, y supimos que Esteban había sido el autor del hecho.  Fue un accidente, dijo defendiéndolo el amigo, Arturo.  Sin embargo, a la mañana siguiente, la segunda puerta de cristal también apareció rota en similares circunstancias.  Esteban nunca admitió el accidente, como tampoco el sospechoso segundo hecho, sugiriendo a un tercer niño como el autor.  En fin que, varias semanas más tarde, el deseo de estar con su amigo no parece ser tan espontáneo como antes.  Mami, yo quiero aprender defensa personal, dijo Arturo una tarde.  ¿Tienes problemas en la escuela?, -preguntó la madre preocupada.  ¿Si alguien te está amenazando, debes decírmelo, para poder ayudarte.  El niño puso cara nerviosa y un extraño brillo salió de su mirada.  Pero no quiso decir más.  Entonces sucedió.  La mamá de Enrique, el nuevo chico en el vecindario arrojó la noticia de que Arturo se había distanciado de su hijo, al buscar las razones, supimos que Esteban, haciendo uso de amenazas y golpes, había maltratado a Arturo al punto de prohibirle tener otros amigos.  Manifestó ser poseedor exclusivo de su “amistad” y estar dispuesto a lastimarlo si no le obedecía.  Él no es lo que piensas, dijo Arturo entre lágrimas y nerviosismo, delante de su familia es una persona, y en la calle es otra –le dijo a la madre.    ¿Y por qué no habías dicho nada?  ¿Cuánto tiempo tienes en esta situación y por qué no te has defendido?  Es que él es muy grande y mucho más fuerte.  Pero yo soy tu madre, y sólo si hablas conmigo de lo que te sucede, entonces podré ayudarte.

Sencillamente no puedo creerlo Esteban, yo pensaba que tú apreciabas a Arturo.  ¿Tienes idea de lo decepcionada que estoy de saber que tú le das golpes, porque es amigo de Enrique?  Él no es tu propiedad, no es un juguete.  Es una persona, que puede tener cuantos amigos quiera y tú no puedes celarlo al punto de lastimarlo.  Qué triste que tú hayas recorrido a la violencia en contra de quien ha sido un buen amigo para ti, y aun ahora es lo suficientemente noble como para no acusarte.  Y con tu abuela, también he oído que le faltas al respeto y le mientes.  Ella te ha criado con amor y Dios ordena que respetemos a nuestros padres, entiendes jovencito!  La Justicia Divina se encargará de darte una buena lección si le sigues faltando al respeto! Al igual que el asunto con la puerta, por supuesto Esteban lo negó todo, y ante su familia se presentó como la víctima.  Sin embargo, asumiendo una actitud vengativa, se puso a hablar mal de Arturo en la escuela, al punto que fue confrontado por el comité disciplinatorio.  Sí, admitió Arturo; él me ha lastimado, pero yo no quiero que tenga problemas.  Entiendo que lo defiendas, le dijo la maestra, pero no estamos dispuestos a darle otra oportunidad si él vuelve a abusar de ti.

Desde entonces, Esteban ahora es quien está solo, y tanto Enrique como Arturo andan jugando con el resto de los amigos del vecindario.  Los comentarios van y vienen, en torno a la lucha de sentimientos que mantienen a Esteban confundido en su posesiva personalidad.  Mientras, ya Arturo no muestra ansiedad, ni ha vuelto a tener pesadillas.  Ya salió de debajo del control que ejercía el pichón de abusador, con su actitud caprichosa.  Al final la Justicia Divina desenmascaró la realidad y puso todo en perfecta armonía y orden.

Salmo 91.  El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.

2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;Mi Dios, en quien confiaré.

3 Él te librará del lazo del cazador,De la peste destructora.

4 Con sus plumas te cubrirá,Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.5 No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día,6 Ni pestilencia que ande en oscuridad,
Ni mortandad que en medio del día destruya.7 Caerán a tu lado mil,
Y diez mil a tu diestra;Mas a ti no llegará.

8 Ciertamente con tus ojos mirarásY verás la recompensa de los impíos.

9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
Al Altísimo por tu habitación,10 No te sobrevendrá mal,
Ni plaga tocará tu morada.11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
Que te guarden en todos tus caminos.12 En las manos te llevarán,
Para que tu pie no tropiece en piedra.13 Sobre el león y el áspid pisarás;
Hollarás al cachorro del león y al dragón.14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.

¡¡¡Bendiciones!!!