¿CUÁL ES la diferencia entre una “corporación” y una “autoridad”?

¿No lo sabe? Únase a los 8,5 millones de israelíes que no tampoco lo saben.

Es un enigma nacional. Todo el país está absorbido por eso. El Primer Ministro anuncia que "llegará hasta el final" para lograr sus fines. ¿Qué final? No lo sé. No estoy seguro de que él lo sepa. Nadie que yo conozca lo sabe.

El primer ministro amenaza con lo peor. Si no consigue su objetivo  ̶ el que sea ̶ ­  va a hacer algo absolutamente horrible: anunciará nuevas elecciones. Dejará que la gente decida si quieren la autoridad o la corporación. Lo que sea.

¿DE QUÉ se trata todo esto? Una cosa es cierta: tiene que ver con los medios de comunicación públicos.

Benjamín Netanyahu quiere tenerlos bajo su control. Completamente. Totalmente. Radio. Televisión. Los medios sociales. Todos.

Pero parece que no es tan fácil lograr un control firme sobre ellos.

Mucho antes de que existiera Israel y mucho antes de que hubiera televisión, el gobierno británico de Palestina fundó la Voz de Jerusalén, una estación de radio que nos proporcionó las noticias durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando nació el Estado de Israel, esta estación de radio se transformó en la Voz de Israel. La Autoridad de Radiodifusión se mantuvo. Formalmente pertenece al Gobierno, pero goza de considerable autonomía.

Luego llegó la televisión, y ahora hay varias redes, una de ellas pública. Pertenece a la misma autoridad.

Netanyahu es muy sensible. A él no le gusta la crítica. Tampoco a su esposa, Sarita. La pareja real se preguntó cómo silenciar las voces impertinentes y se les ocurrió un remedio: abolir la autoridad y crear una corporación. Con esta simple estratagema, podrían deshacerse de todos los veteranos (y bocas) que detestan.

Así que se tomó la decisión, se promulgaron leyes, se aprobó un presupuesto y se contrató personal nuevo.

PERO ENTONCES Netanyahu  ̶ o su esposa ̶  se despertó una noche y preguntó: “Oye, ¿qué estamos haciendo?. ¿Quién les dirá a todas estas buenas gentes de las corporaciones qué difundir y qué no?”.

La nueva corporación fue modelada siguiendo la muy admirada BBC, British Broadcasting Corporation. La BBC goza de mucha independencia. ¿Realmente queremos una corporación que ignore los deseos del Primer Ministro? Peor aún, ¿los deseos de su esposa?

Por supuesto que no. ¡Paren todo!

Asi que aquí estamos hoy. La antigua autoridad aún no ha sido disuelta, su personal inflado todavía no ha sido despedido. Sus diversas emisoras de radio y televisión emiten todos los días durante todo el día. Y está la nueva corporación de radiodifusión, llena de nuevos empleados, programada para salir al aire el 30 de abril, a sólo un mes unos días de distancia.

¿Quién transmitirá el 1 de mayo? ¿La autoridad? ¿La corporación? ¿Ambos? ¿Ninguno? Sólo el Todopoderoso lo sabe. Tal vez ni siquiera Él.

¿Quién es el adversario de Netanyahu en esta lucha? Un enemigo bastante improbable: Moshe Kahlon, el ministro de Finanzas. Un tipo suave, sin pretensiones, con una sonrisa permanente, un ex miembro del Likud. El Todopoderoso  ̶ el mismo ̶  ha convertido a este gatito en un león. Los milagros suceden.

Esta semana visité un estudio de radio. Gente de la radiodifusión a mi alrededor. Les pregunté, uno por uno, en qué consistía la pelea. Hicieron todo lo posible para explicármelo. Al final, todavía no tenía ni idea, y tuve la fuerte impresión de que ellos tampoco.

ESTA SEMANA Netanyahu hizo una visita de Estado a China, para huir lo más lejos posible. Entre estas dos potencias mundiales  ̶ China e Israel, el elefante y el ratón ̶  existen buenas relaciones.

El primer ministro fue bien atendido. Lo llevaron a la Gran Muralla. Las fotos lo mostraban rodeado de hombres de color oscuro y una mujer vestida de rojo, su esposa. Estaba haciendo una llamada telefónica, ignorando el paisaje único.

¿A quién? Aquellos malditos periodistas pronto se enteraron: el Primer Ministro estaba hablando con sus subalternos en el lejano Israel sobre la disolución de la joven corporación y el fortalecimiento de la antigua autoridad. Su ministro de Hacienda anunció que si eso ocurre, el Gobierno se vendrá abajo, haciendo las nuevas elecciones inevitables, si es que Netanyahu quiere permanecer en el poder.

¿Por qué? Sin Kahlon y su partido Kulanu, Netanyahu y su coalición de ultraderecha no tienen mayoría. La oposición, junto con Kahlon, constituirá una nueva mayoría. En teoría podría establecer un nuevo gobierno. No hay necesidad de elecciones. Es simple aritmética.

Eh… cierto. Pero la aritmética no es política. Esa tal coalición nueva tendría que incluir al partido árabe, y eso sería demasiado para Lapid y Herzog.

Durante todo este asunto ridículo, la voz de la oposición no se oyó en absoluto. Como si el Todopoderoso  ̶ aún el mismo ̶  los hubiera dejado mudos. Como si Yair Lapid, generalmente un hablador prolífico, quien puede liderar el partido más grande en el Knesset después de las próximas elecciones, de repente estuviera buscando las palabras. Pobre hombre.

No tan pobre como Yitzhak Herzog, el líder del campo sionista, alias Partido Laborista. Ni una palabra. Nada que decir, tan increíble como esto puede sonar para un político.

¿Por qué este silencio repentino? Sencillo: en ambos lados del conflicto hay periodistas. ¿Y qué político quiere pelearse con los periodistas? ¿Quién se atrevería, aparte de Benjamín Netanyahu?

¿QUÉ ES lo que quiere? ¿Cuál es el propósito de todo este alboroto?

Éste acertijo sí es fácil de contestar: Netanyahu quiere el control único y directo de todos los medios israelíes. Quiere ser capaz de decirle a cada locutor qué decir y qué no decir.

Después de las últimas elecciones, mantuvo en sus manos no sólo las oficinas del Primer Ministro y del ministro de Asuntos Exteriores, sino también el Ministerio de Comunicación, una oficina bastante menor, excepto que controla todos los subsidios gubernamentales para los medios de comunicación. Por alguna razón técnica, la Corte Suprema le obligó a renunciar a esta posición y entregarla a uno de sus acólitos.

El control de todos los medios de comunicación es el sueño de todo gobernante democrático. (Los dictadores no sueñan con eso, porque lo tienen). Netanyahu ya tiene el control absoluto sobre el diario más grande de Israel  ̶ un periódico que se distribuye gratuitamente. Este es un regalo de uno de sus más ardientes admiradores, el magnate de casinos de Estados Unidos,  Sheldon Adelson. (Yo he inventado el término hebreo para tal regalito: algo así como "gratisette".)

¿POR QUÉ diablos necesita entrar Netanyahu todas estas maquinaciones?

Su poder se fundamenta en cimientos sólidos. Ya ha realizado el sueño de un político: no tiene sucesor. Todos los posibles herederos han sido eliminados desde hace mucho tiempo. Pregunte a cualquiera de quienes lo odian a quiénes ven como un posible sustituto, y se mantendrán callados.

Muchos israelíes, incluido yo, creen que Netanyahu está guiando al estado hacia un desastre existencial. El hombre no tiene visión del mundo, excepto el fanatismo nacionalista de su difunto padre, un historiador de la inquisición española. Como intellectual es un cero.

Pero es un talentoso practicante político, un experto en maquinaciones políticas cotidianas, incluyendo relaciones con potencias extranjeras. Parece que no hay otro practicante que pueda ocupar su lugar.

Por lo tanto, por el momento, estamos atascados con él, su autoridad y/o su corporación.