8. ¿Cuál razón tan poderosa indujo a Constantino el Grande a crear una nueva religión que reemplazase a la vieja religión de los ancestros romanos cuyos dioses múltiples tenían su morada en el Panteón en vez de en un monte como el Olimpo donde habitaban los dioses paganos, copia fiel traducida de la mitología griega?
No fue de golpe y porrazo que el proyecto se realizó, si bien Fernando Conde Torrens, autor de Año 303 inventan el cristianismo (s/l ¿Madrid?: Alta Andrómeda, 2019 [2016]), ofrece en su obra ese año como inicio de la creación de la nueva religión, porque es en esa fecha cuando Constantino oyó al maestro de Retórica Lactancio proponerle al emperador Diocleciano la creación de una nueva religión basada en un Dios único, quien había enviado a la tierra a su hijo Jesús para salvar al mundo de su inminente catástrofe y fin.(1)
Diocleciano le respondió a Lactancio que su proyecto le parecía una locura, porque los emperadores de Roma nunca habían interferido en las creencias religiosas de su pueblo y que estas eran un derecho individual que las autoridades habían respetado siempre y a la autoridad le bastaba con que cada romano cumpliera las leyes del Imperio, pero de todos modos consultaría el asunto con los demás Césares de la tetrarquía en que él dividió el Imperio, y que luego le respondería.
Los otros Césares fueron nombrados por Diocleciano cuando dividió el Imperio en cuatro prefecturas como respuesta al inminente peligro de disolución a que se vio amenazado el Imperio a causa de las ambiciones de los generales que se proclamaban emperadores, nombrados por sus tropas, lo cual generó el asesinato de varios emperadores legítimos y de los mismos que se autonombraban emperadores, a los cuales se les llamó usurpadores y era deber del Augusto Máximo, auxiliado por los otros Césares, combatir a los usurpadores y con su muerte restablecer la legalidad del imperio.
La causa de esa matanza de emperadores legítimos, de generales usurpadores y de Césares que gobernaban prefecturas no aparecen en la historia novelada de Conde Torrens, pero en cualquier libro sobre la historia del surgimiento del feudalismo se nos dice que este modo de producción se inició cuando el propio Diocleciano, ante la crisis de disolución del modo de producción esclavista que produjo la grandeza de Roma, dividió el Imperio en cuatro prefecturas y ordenó la repartición de tierras a los campesinos y bárbaros romanizados y creó lo que se llamó el impuesto “del hombre-tierra”, el cual originó lo que sería a partir del año 476 la servidumbre o lealtad del campesinado al señor feudal a cambio de protección.
9. Cuando Lactancio le formuló a Diocleciano la propuesta de crear una nueva religión que evitara la destrucción del imperio y el fin del mundo, el emperador llamó a su presencia al joven Constantino, a quien su padre, Constancio el Pálido, César de la prefectura de las Galias, le había confiado la educación militar de su hijo (2) de 17 años, porque cuando muriera, habría llegado el día en que le sustituiría en el mando. Es decir, que Constantino era el ahijado de Diocleciano.
Diocleciano consultó con su yerno Galerio, Augusto de la prefectura de Oriente, y este le respondió en iguales términos señalándole lo peligroso de esa doctrina para la estabilidad del Imperio y para el pueblo inculto y vulgar, muy inclinado siempre a novelerías y supersticiones, pero que con respecto a la clase culta de Roma, creyente en los dioses del Panteón y depositaria del Conocimiento y del poder del Estado a través de los patricios del Senado, estos rechazarían de plano semejante propuesta por loca y descabellada.
10. Pero al joven Constantino no le pareció locura la propuesta de Lactancio y así se lo comunicó a su protector Diocleciano y este le tomó desconfianza desde ese momento y sobre todo después que Constantino se reunió en privado con Lactancio y estuvo de acuerdo con su doctrina, pero le solicitó que se volviera a su ciudad, que luego él, llegado el momento propicio, le mandaría a llamar para iniciar la implantación de la nueva religión.
Debieron pasar diez largos años antes de que Constantino y Lactancio se volvieran a comunicar por carta. Se produjo el retiro de Diocleciano como Augusto Máximo, murió el padre de Constantino y las tropas le proclamaron César, pero como esto era ilegal, debió someter su nombramiento al nuevo Augusto, Galerio, a quien el jubliado Diocleciano nombró en su lugar. Pero Galerio, que ya sabía de la opinión de Constantino con respecto a la propuesta de Lactancio, ante la falta de un líder militar de la talla de Constantino, quien se había distinguido junto a su padre en la guerra contra los bárbaros de la Britania y las fronteras germanas, especialmente en contra de los pictos, no tuvo más remedio que reconocer su nombramiento, pero en vez de Augusto de las Galias, le rebajó a César, como forma de controlarle y combatirle en caso de que Constantino osara enfrentarle a él o a los demás Augustos.
11. A raíz de sus victorias contra los bárbaros de las fronteras germanas y otras tribus de las riberas del Danubio, así como la derrota que infligió a Majencio y su padre Maximiano cuando el primero asesinó a Severo, César legítimo de la prefectura de Italia y se proclamó Augusto con apoyo del Senado y la guardia pretoriana, y luego de derrotar a su cuñado Licinio, quien sustituyó a Galerio, muerto de muerte natural, en la prefectura de Oriente, es entonces desde su cargo de Augusto de las Galias que Constantino llamará a Lactancio a Nicomedia, capital de Oriente, para que comience a escribir los textos sagrados de la nueva religión. Y, posteriormente, llamará también a Eusebio de Cesárea Marítima para que como historiador le aportara el barniz erudito a esos textos sagrados que serán los cuatro Evangelios que conocemos hoy en todas las biblias de Occidente. Ese barniz consistiría en escribir libros, cartas y demás documentos de unos autores apócrifos que Lactancio se inventó y que supuestamente vivieron 50, 100 o 200 años después de la muerte de Jesús, el Cristo, enviado al mundo por Dios para salvar a la tierra de sus pecados de idolatría y para que los pecadores ganaran la salvación de la vida eterna y así librar al Imperio Romano de su disolución.
12. La disolución del Imperio Romano se inició con Marco Aurelio en el año 180, después de cuya muerte vino un período de gran turbulencia y se produjeron levantamientos de esclavos, artesanos y el asesinato de decenas de generales de las legiones que se proclamaban emperadores que a veces no llegaban a tomar posesión del cargo o duraban en él meses o apenas un año. La crisis financiera del Imperio se produjo porque llegó un momento en que Roma no tuvo más territorios que conquistar ni más poblaciones que esclavizar y esto produjo el colapso económico y la lenta desaparición de la clase patricia gobernante, la cual no trabajaba y vivía de las riquezas que producían sus millones de esclavos y su conquista de los territorios del mundo conocido de entonces.
Cobra, pues, un gran sentido político, religioso e histórico el proyecto de Constantino de formar un equipo secreto para crear una nueva religión que salvara al Imperio de su caída inminente, la cual fue detenida momentáneamente por Diocleciano a mitad del siglo III (cerca de 280 d.C.), pero que le sobrevivirá hasta el 476 cuando finalmente los bárbaros al mando, primero, de Alarico y luego de Odoacro, conquistaron a Roma, la saquearon y se establecieron con sus súbditos tribales ávidos de tierras fértiles donde saciar el hambre que les empujaba, desde el Este de Europa, cada vez más hacia el Oeste. Se implantó con estos “bárbaros” y con los agricultores y colonos romanos el famoso impuesto “del hombre-tierra”, creado por Diocleciano como forma de mantener estables las finanzas del Impero. Con este impuesto se ató al hombre a la tierra y comenzó tímidamente una estabilidad precaria del Imperio con el desarrollo de una economía natural que cedería el paso hacia el año 511 al inicio del feudalismo que, como modo de producción, dominó hasta 1453, y luego al capitalismo mercantil durante el Renacimiento hasta recalar, con las Revoluciones inglesa y francesa en el modo de producción capitalista.
El Imperio que Constantino construyó al unificar en un mando único las cuatro prefecturas, con una religión de un Dios único, sobrevivió a la caída de Roma en 476 y logró sobrevivir con el nombre de Sacro Imperio Romano de Oriente hasta 1453 cuando su capital, Constantinopla cayó en manos de los musulmanes al mando de Mohamed II, para cuyos cañones no estaban preparadas las tres murallas que la circundaban y defendían.
Referencias:
- Luego de la muerte del emperador Marco Aurelio en el año 180, el imperio entró en una crisis económica profunda y como la religión oculta siempre las grandes crisis y se las achaca a la impiedad hacia los dioses o hacia Dios si la religión es monoteísta, la realidad fue que un romano común no podía discernir la causa de la matanza durante aquellos dos “siglos de desórdenes” en los que tantos emperadores y generales se sucedieron en el mando en procura de riquezas para sí y para sus soldados antes de que Diocleciano y sus sucesores lograran estabilizar el Imperio. Juan Bosch en su texto “Tres conferencias sobre el feudalismo” hizo una fina síntesis del libro de Franz Georg Maier Las transformaciones del mundo mediterráneo (México: Siglo XXI, 8ª ed, 1972, pp. 30 sigs.) donde explica la crisis del modo de producción esclavista romano: «…con sus interminables guerras de conquista los romanos fueron destruyendo las fuentes de su poder, que descansaba en el trabajo de los esclavos y en las riquezas robadas por las legiones romanas y por sus jefes en los países que conquistaban, pero llegó un momento en que ya no fue posible conquistar más tierras, y por tanto no fue posible saquear más riquezas o esclavizar más gente.» Y debido a esto colapsó el Imperio Romano. Bosch. Obras completas, t. XVI, p. 165. (Coord. Guillermo Piña Contreras). Santo Domingo: Comisión Permanente de Efemérides Patrias, 2009.
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Se trata de Crispo, tenido con su primera esposa Minervina, quien fue asesinado por orden de su padre Constantino en el año 325 en momentos en que celebraba en Roma sus veinte años en el poder. Igual muerte atroz sufrió la esposa del emperador, Fausta, hija del derrotado Maximiano, al igual que su hijo el usurpador Mejencio en la batalla del puente Milvio. Del asesinato de Crispo, Fausto y Licinio el Joven, hijo del derrotado Licinio, por Constantino, escribiré un artículo luego de finalizada esta serie.
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