Se necesita una renovación a todos los niveles sociales del pueblo y para esto hay que esforzarse, luchar y mantener disciplina en todos los ámbitos y niveles del conglomerado nacional.

La disciplina es la característica, normativa, virtud y capacidad de una persona para poner en práctica en forma ordenada, una serie de pensamientos, principios, ejercicios y actos en la ejecución de tareas en la vida para alcanzar un fin determinado.

La disciplina precisa de la capacidad de controlar los impulsos, debilidades, inclinaciones para enfocar objetivos positivos para lograr metas impuestas por los parientes, educadores, orientadores, ordenamientos, leyes gubernamentales, o por uno mismo. Para esto hay que tener conciencia crítica y buena voluntad. Hay que tener deseos y razonamiento propio a fin de alcanzar el anhelado estado de bienestar social.

La disciplina es: estrategia concebida y respetada para lograr el objetivo esperado; es el método formulado para implementarlo. Es la conducta normativa para seguir de manera constante. Es la práctica que dinamiza el desarrollo que avanza de manera sistemática y concurrente.

Ser disciplinado es una consagración que vale la pena; es pues, lo que fortalece el marco de las actividades operacionales.

La disciplina es una necesaria condición exigente durante toda la vida del ser humano. Es aquello que modela y hace encaminar a las personas y al pueblo en general por sendas a seguir para su satisfacción y bienestar.

Seamos disciplinados para impulsar el continuo desarrollo financiero, productivo, seguridad social, equilibrio emocional, implementación judicial, elevación cultural y espiritual.