Podría parecer que este tema no guarda relación con el anterior, donde hablábamos de planetas y medio ambiente, pero realmente veíamos como idea central, una toma de conciencia que nos ayude a llevarnos mejor con los demás y con la naturaleza.
Ego es un vocablo latino que significa Yo. Representa el concepto que tenemos de nosotros mismos, la autoconciencia, la capacidad de delimitarte o definirte, de no diluirte en la masa humana sin identidad. Parte del desarrollo humano es la toma de conciencia de su propio ser, Jung lo llamó la “individuación”, la comprensión de las interacciones con “el otro y lo otro”, la posibilidad de reflexionar, de verte desde fuera como un ente que de forma independiente establece dependencias según sus necesidades y criterios. Si no desarrollaras tu ego, serías una persona con complejos de inferioridad, deprimida, inmadura, insegura, que se mantendría ante los demás en un bajo perfil.
Es sumamente importante que no exageremos o caigamos en excesos con nuestro ego, porque podríamos llegar a ser egoístas, egocéntricos, ególatras.
Egoísta quiere decir que solamente te interesarían tus propios asuntos y los demás, sólo en la medida en que te resulten útiles. El relacionarse contigo para tu pareja, amigos, hijos, padres, compañeros de trabajo, etc., sería francamente difícil.
Egocéntrico es el individuo que necesita ser el centro de las reuniones en los lugares en que se encuentre. Son personas que para estar bien, requieren la atención constante de los demás, ser el tema de conversación. Algunos egocéntricos incluso se conforman con que se hable de sus problemas, su pobre situación o sus enfermedades.
Los ególatras se adoran a sí mismos o al menos eso necesitan lograr. Se esforzarán porque los demás estén muy conscientes de lo maravillosos que son. Tienen mucha necesidad de que admiren constantemente sus fotos, sus logros, sus vivencias y les hagan reconocimientos. Cuando reciben elogios, los encuentran insuficientes y se encargan de resaltar lo que entienden que faltó por decir. Podría resultarles doloroso reconocer los valores ajenos. Los que les aprecian, queriendo ayudarlos procuran halagarlos, pero no siempre lo consideran suficiente.
Cuando analizamos estos términos, tenemos la tendencia a relacionarlos con otras personas, pero es muy importante que comprendamos que habitualmente estas debilidades están en cada uno de nosotros. Cuando una persona no logra apreciarse a sí misma, esto le causa un vacío interior y tiene la esperanza de que el aprecio de los demás, llenará ese vacío.
Un ego equilibrado, supone una madurez emocional, que permite tener relaciones armónicas con todo su entorno, sin necesitar compararse tanto, ni recibir más de lo justo y necesario. El ego exagerado está en la raíz de todos los conflictos humanos, destrucción del medio ambiente, injusticias humanas, infelicidad familiar, soledad, abuso de substancias, conductas antisociales.
Parecería lógico que mayores riquezas y triunfos lograran aquietar la voracidad del ego, pero no necesariamente sucede, de hecho podría ser lo contrario.
Los aplausos no te dan felicidad, cuando sabes que no los mereces. Por otro lado, si tienes cualidades que sólo tú logras ver, deberías analizar de forma crítica tu ego.
Quien se encierra en sí mismo, está en una cárcel sin ventanas. El ego puede hacerle inaccesible y crear barreras inexpugnables frente al mundo que le rodea.
Si cuando disfrutas de algo, solamente te sientes bien al contarlo a los demás, tu ego y no tú, es quien disfruta la experiencia.
Necesitas trabajar con tu ego, hasta que no te sientas inferior a las personas más poderosas de la Tierra, ni superior a los más necesitados. Mientras más difícil te parezca, más necesidad tienes de empezar a trabajar en tu conciencia.
Una persona de fe real, no puede tener un ego exagerado, porque frente a Dios reconoce su pequeñez y tiene una relación de hermandad con todo lo que conoce, lo que le mueve a apreciar y a amar.
Alguien es egoísta no porque su corazón sea malo, sino porque su mente está obscura. Quien logra salir de su egoísmo, empieza a vivir. Hay muchas cosas que el águila no conocería, si no lograra salir del huevo.
Paradójicamente, poder amar más al todo, permite valorarnos más a nosotros mismos. Hay fuerzas en tu interior que no pueden expandirse cuando todas tus motivaciones están centradas en el núcleo de tu ser, la apertura de tu mente te permite disfrutar el abanico de posibilidades que te presenta el Universo.