La verdad es que no sé a quién o quiénes se les habrá ocurrido eso de ¨el día de la raza¨ seguro que fueron algunos políticos, funcionarios o intelectuales de la península ibérica imbuidos hasta las botas del orgullo del pasado y pesado imperio español ya perdido y sin remedio para siempre.

Pero de que ¨raza¨ se habla ¿De la española que como tal y de manera ortodoxa  por la diversidad de sus pueblos no existe? ¿De las amerindias de Sur América, sí auténticas, que han padecido los sufrimientos inimaginables o exterminios de la llamada Conquista y Evangelización de América? ¿Es que esos señores han pretendido fundirlas todas en un ¨melting pot¨  hispánico para obtener aquella de ¨una, grande, y libre¨ como acuñó el lema franquista de España?

Desde hace unos años y con una más amplia y más verídica y crítica interpretación de los hechos históricos en Latinoamérica, el tan cacareado 12 de Octubre ha venido cayendo en picada. Es más, está chocando contra verdades duras como rocas. Ya no es tanto el día de la raza, el día de la hispanidad, el día del descubrimiento o como de tantas maneras eufemísticas quieran bautizarlo.

Ahora es más el día de la reivindicación, de la confrontación de hechos y validación de argumentos, de poner los puntos en sus justas íes históricas, de reconocer errores y de solicitar perdón por todo lo mal producido, que ha sido mucho y muy profundo. De buscar un entendimiento final entre las partes sin suspicacias, recelos o rencores.

El presidente de México ha solicitado que España pida perdón por sus excesos en la colonización de ese país. Otros mandatarios  europeos de naciones muy importantes ya lo han hecho. La respuesta española ha sido un NO rotundo con mayúsculas del gobierno y con una burla rastrera del ex presidente Aznar a costa del mexicano Andrés López Obrador aludiendo sardónicamente el origen ¨maya y azteca¨ de su nombre y apellidos puramente castellanos y todo bajo los plausos entusiastas del público asistente. Una demostración de altivez más del poco tino de manejar la concordia entre los pueblos que está dando el señor Aznar en sus últimos pataleos antes de extinguirse políticamente.

Así es la España oficial y una gran parte de sus habitantes que no conocen ni por encima lo ocurrido en América Latina que solo (y si acaso) han leído u oído lo que los textos oficiales pregonan en las aulas o los discursos de los políticos de turno siempre distorsionados o manipulados históricamente.

España no pide perdón por nada ni por nadie, es altiva, orgullosa, prepotente y vengativa. Todo lo que ha hecho en siglos de guerras, matanzas, dominios y colonizaciones ha sido y sigue siendo  perfecto, ejemplar, maravilloso, era lo justo en el tiempo de antes y en el de ahora, además está santificado por una religión que ha permitido, justificado y alentado todas sus acciones. Un político hace solo unos días afirmaba públicamente que después del imperio romano lo más importante del mundo había sido lo español. Un pensamiento del Siglo XIX anclado y todavía vigente en el XXI.

España en su himno actual tiene música pero no tiene letra por lo que existe una cierta frustración colectiva cuando en una competición internacional, un partido de futbol por ejemplo, se cantan los de otros países a viva voz y al interpretar el de España los jugadores y el público del país quedan mudos o como mucho susurran Umm, Ummm, Ummmm, al compás de la música aun estando conscientes del pobre espectáculo que ofrecen.

Una cantante, Marta Sánchez, muy española ella, compuso una pintoresca  y patriótica versión con letra  y música propia del himno español  que si bien no fue aceptada de manera oficial aunque muchos la hubieran hecho sin pensarlo dos veces solo por el hecho de poder cantarlo, sí tuvo una enorme repercusión mediática como si se hubiera puesto un pie en Plutón, o una pica en Flandes como tanto gusta decir por allí, pues bien en una de sus estrofas decía ¨No pido perdón¨, había tocado un importante tecla del ADN nacional, de la esencia orgullosa del imperio. Había plasmado uno de sus constructos de dominio. El éxito, aunque momentáneo, estaba asegurado.

El 12 de Octubre actual se ¨celebrarᨠen Madrid con un desfile de 2.400 soldados, menos de los 4.000 del año pasado, la pandemia dicen, pero la realidad es que cada vez los actos cuentan con menor entusiasmo no obstante tener la presencia del rey, los jerarcas militares y el alto funcionariado emperifollados con insignias, bandas, y condecoraciones.

Y también cada vez cuenta con mayor cuestionamiento y oposición manifiesta de numerosos países latinoamericanos. Inclusive se está llegando al derribo o traslados a lugares menos visibles de bustos y estatuas de Colón, conquistadores y políticos que incidieron negativamente en el proceso de colonización, esto ha sucedido en México, Argentina, Bolivia, Chile y otros países e inclusive en los Estados Unidos, una muestra de que al asunto de las reconciliaciones le queda mucho por resolver.

¿Tanto le cuesta España reconocer sus errores y pedir perdón por ellos? Parece que sí. Su orgullo imperial está por encima de todo. De todo ¡Qué lástima ir en picada cuando se puede ir en remontada!