Dos instituciones de gran prestigio internacional acaban de pronosticar el número de muertos que habrá en República Dominicana en los próximos meses por el contagio de la pandemia Covid-19, según reportes de entero crédito.
La Universidad John Hopkins pronosticó que para el próximo mes de octubre la cifra de muertos por coronavirus en el país habrá superado los 7 mil, de continuar la propagación colectiva del contagio por negligencia de protección por una buena parte de la población.
Mientras que el Instituto de Medición y Evaluación de la Salud (IHME), de Bill Gates, indicó que más de 6 mil personas habrán muerto en el país para el primero de noviembre de este año por la misma causa si no toman las medidas protocolares de prevención recomendada.
Ambas proyecciones son calculadas tomando como parámetro el número de contagios y muertos que a diario reportan las autoridades dominicanas.
Para que los pronósticos de la Universidad John Hopkins y el IHME se materialicen, debería producirse la muerte colectiva de un promedio de 55 personas cada día.
Según el boletín número 113 del pasado viernes 10 de julio del Ministerio de Salud Pública, el país tenía hasta entonces 41,915 afectados, 864 muertes y 20,830 recuperados. Y como es de suponer, estas cifras han variado en el fin de semana.
El ministro de Salud Rafael Sánchez Cárdenas aseguró que el incremento y muertes por coronavirus se debe al mal comportamiento social de importantes segmentos de población ante la pandemia y la apertura de la economía.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recién informó esta semana por boca de su director general Adhanom Ghebreyesus que el número de contagiados en el mundo va sobre los 12 millones y más de 550,000 fallecidos por culpa de una pandemia sin control.
Estos pronósticos llegan justo cuando el presidente electo Luis Abinader, de 55 años, comienza a difundir por su cuenta de Twitter los primeros funcionarios designados que conformarán su equipo de gobierno.
Entre los designados están Lisandro Macarrulla, ministro de la Presidencia; Roberto Fulcar, de Educación; Milagros Ortiz Bosch, en la Dirección de Ética Gubernamental; Roberto Álvarez, canciller, y Milagros Germán, directora de Comunicaciones y vocera de la Presidencia de la República.
Sin embargo, la prioridad del país es la pandemia del Covid-19, por los cúmulos de casos en clínicas, hospitales y recluidos en sus hogares.
Enfrentar la pandemia e iniciar la persecución de los responsables de cometer delitos punibles por desfalcar los dineros del erario público, son las dos designaciones principales que el presidente electo Luis Abinader debió emitir de inmediato.
La selección de la exvicepresidenta Milagros Ortiz Bosch como su primera designación como la responsable de las políticas de transparencias, ética y prevención de la corrupción es una buena señal de por dónde viene el mandatario electo.
Abinader no solamente iniciará su nuevo mandato presidencial de cuatro años recibiendo a un país azotado por la pandemia del Coronavirus, sino también una administración pública con un presupuesto de ley de ingresos y gastos completamente deficitarios, una tasa del dólar cercana al 60% que incrementa el costo de la canasta familiar, una producción agropecuaria deficiente y un abismal endeudamiento externo.
Aún sin haberse juramentado, grupos sociales ya le advierten de que si no cumple lo prometido, su gobierno tendrá que enfrentar innumerables protestas en reclamo de conquistas sociales negadas en las pasadas administraciones peledeísta.
Enfrentar una pandemia progresiva como lo es el Covid-19 no será una tarea fácil, como tampoco lo será enfrentar a grupos poderosos de ex funcionarios del gobierno de Danilo Medina así como a oficiales militares y policiales que durante décadas cometieron graves actos de corrupción, sobornos, crímenes, todos protegidos por la impunidad en los gobiernos del PLD.
Solo la acción judicial contra los desfalcadores del Estado en el gobierno del PLD será un efecto publicitario que enaltecerá la alegría de los dominicanos que salieron a votar en contra del saliente mandatario peledeísta y su candidato Gonzalo Castillo, por ocultar, desconocer y proteger con impunidad a los delincuentes de su gobierno.
El pueblo dominicano tiene sed de justicia. Votó masivamente contra la inseguridad ciudadana, la delincuencia vulgar, el crimen con participación militar y policial.
Votó contra la mentira, la arrogancia, la corrupción, la impunidad, el descaro, la intolerancia y desfachatez de los gobiernos que encabezaron Leonel Fernández y Danilo Medina.
Por eso Abinader ganó en primera vuelta recibiendo el 52% de los votos nacionales más los votos del exterior que también fueron mayoritarios en las tres circunscripciones internacionales, según el reporte final de la Junta central Electoral (JCE).
Un triunfo aplastante que le entregó el pueblo dominicano poniendo en sus manos la mayoría en el Senado y la Cámara de Diputados, para que gobierne con tranquilidad congresional y ponga en ejecución todos sus planes y proyectos anunciados a favor del país y en beneficio de todos los dominicanos.