El presidente Luis Abinader inició este jueves una jornada de diálogo con el liderazgo político nacional para abordar los temas más relevantes del país, en medio de la crisis económica, social y sanitaria que ha provocado la pandemia del COVID-19.  

Con esta decisión, Abinader acoge la propuesta que habíamos hecho algunos analistas y medios de comunicación sobre la necesidad de abordar la presente crisis que nos afecta y que tiene a medio mundo postrado, con una visión holística que, solo puede obtenerse al considerarla como un problema de seguridad nacional.  

El primer encuentro será con Guillermo Moreno, presidente de Alianza País (AP), a quien Abinader visitó a primeras hora de la mañana, le siguió el presidente de la Fuerza del Pueblo (FP), el expresidente Leonel Fernández a quien visito a medio día y concluyó en la tarde con una visita a Temístocles Montas, presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).  

En marzo y agosto de este año, en sendos artículos titulados “la seguridad nacional en un escenario de pandemia” y “el PLD y la quiebra de la esperanza, esbozamos la conveniencia de que, dado el potencial, que la presente crisis tenía de lesionar la calidad de vida de los ciudadanos y no tener una solución eficaz desde el punto de vista de la seguridad sanitaria, debía ser tratada como problema de seguridad nacional.  

Lo anterior significa que el Gobierno buscará una solución eficaz, para lo cual destinaría los recursos de cualquier naturaleza que fueren necesarios que, en otras circunstancias podrían destinarse a otras áreas con necesidades importantes. Lo que sin dudas amerita un consenso general bien amplio de las fuerzas vivas de la nación.  

LA PANDEMIA, UN PROBLEMA DE SEGURIDAD NACIONAL 

Ya que la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia, rebasa lo nacional, al ser de alcance global, es necesario consultar a la oposición política sobre su visión de esta crisis y la evolución de la misma. Solo de esta manera podemos avanzar en medio del entumecimiento actual, donde los lideres tendrán que tomar decisiones perentorias. Una pesada y aterradora carga que solo puede ser abordada de manera eficaz con desarrollos científicos y un equipo humano con la preparación multidisciplinaria y un enfoque multidimensional para que las medidas adoptadas contemplen todos los escenarios posibles de impactos que aseguren no caer en situaciones de ingobernabilidad.  

En otras palabras, las crisis sanitarias, como la presente, no son ajenas a la seguridad nacional y actualmente forman parte inseparables de las crisis geopolíticas. Por tanto, que el presidente Abinader aborde al liderazgo nacional, muestra su conciencia de ello y la importancia que da a la pandemia como elemento de nocivo potencial trascendental para la calidad de vida de los ciudadanos y sobre todo que comprende, que solo podremos vencerla uniéndonos todos. Ya el presidente Abinader se ha reunido, con dirigentes del Colegio Médico Dominica­no (CMD) y con va­rios directores de perió­dicos y medios digita­les en la sede del gobierno.   

EL GOBIERNO DEL DANILO Y SU GESTIÓN DE LA CRISIS  

Miren señores, un sector del PLD en su afán de controlarlo todo fue presa del mismo accionar que muestran los imperios en decadencia que en la creencia de que siguen acumulando el mismo poder de cohesión e influencia que ostentaron alguna vez, buscan minimizar todo y a todos.   

En ese sentido un manejo de la crisis que inicialmente empezó de manera aceptable, tornó en fracaso pues la gestión del proceso, acarreó una carga de sombras, que le impidió convocar la participación activa de la ciudadanía y liderar con participación social la respuesta a la pandemia.  

Se privilegió, en lugar de un enfoque epidemiológico y social, un enfoque clínico y hospitalario fundamentado en atender básicamente las emergencias, priorizando una manipulación y concentración de las pruebas en el ministerio de salud pública y privilegiando el mercado, para la gestión del suministro de insumos e instrumentos para la protección y la intervención en este contexto de emergencia. De manera que, la falla en la convocatoria social le restó legitimidad a la administración Medina, en el manejo de la gestión, de la respuesta a la pandemia.   

Es por ello que, con sapiencia, la administración Abinader envía, como una de sus primeras señales, un compromiso muy serio con la gobernanza y el buen gobierno lo que implica la participación ciudadana activa (no manipulada), democrática, con los liderazgos territoriales, impulsando una alta participación de las organizaciones sociales. Enhorabuena por estas medidas que deben propiciar un mejor manejo de la crisis actual.