Leer esta semana los esfuerzos que ha emprendido el presidente Danilo Medina con miras a buscar un consenso y una salida al problema generado por la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional es muy reconfortante.

En un país, donde el diálogo y el consenso no existen, en especial cuando de política se trata, ver las imágenes de Medina reunido con otros líderes políticos, de manera amigable, demuestra no solo la importancia del tema sino la actitud de un verdadero líder.

Está comprobado que el diálogo es la mejor herramienta para construir paz y democracia. A través del diálogo se aprende, y mucho.  No es solamente sentarse a exponer tu punto de vista o conversar y hablar, es el espacio donde se reúnen un conjunto de voces, visiones, e ideas diferentes. Esto obliga a las personas a una auto reflexión, a modificar como piensan, como hablan y como se comunican.  A aceptar el punto de vista de otro como bueno y válido también.

Los líderes nacionales están en la obligación de revisar las causas fundamentales de esta crisis, no solo los síntomas o los diferentes casos particulares, sino lo que está en el trasfondo. El país necesita definir una política migratoria que respete los derechos humanos y ciudadanos, además de establecer las reglas claras de cómo manejar nuestras fronteras territoriales y el ingreso de extranjeros al país.

Esperamos que este proyecto de ley traiga de verdad una salida armoniosa sobre el tema y que reconozca la humanidad mutua de todos los participantes. Reconocer las diferencias que existen con nuestros hermanos haitianos y resaltar las áreas que tenemos en coincidencia, demostrando una verdadera capacidad de cambio.

Para promover este diálogo, se necesita un escenario de respeto mutuo y neutralidad, un espacio “confiable” y “seguro” donde los líderes de ambas naciones puedan llegar a entenderse, donde no existan la imposición ni la presión, ya que ambas naciones tenemos nuestras razones y puntos válidos.

Yo, como una joven estudiante, he tenido el privilegio de formar parte de modelos sobre las Naciones Unidas. La única forma de encontrar una solución a el problema que se les presenta a tantas delegaciones, es a través del diálogo. Por mi experiencia en los modelos de la ONU, la voluntad de sentarse humildemente dejando las pasiones al lado para poder solucionar el problema a pesar del deterioro en la relación es la única forma de avanzar.

Hay múltiples ejemplos de resolución de conflictos.  Irlanda e Inglaterra permanecieron sentados en la mesa de diálogo de manera ininterrumpida por más de 10 años para buscar una salida.  De igual manera lo hizo Colombia y Ecuador después del conflicto originado en el 2008 tras la  incursión en la zona fronteriza de parte del ejército Colombiano persiguiendo a los líderes de la FARC.

Lo que hay que tener en cuenta es que en este proceso no hay ganadores ni perdedores, el objetivo debe ser construir puentes a largo plazo que permitan a ambas naciones (República Dominicana y Haití) salir adelante y progresar.  Somos naciones diferentes pero con muchas oportunidades conjuntas.  Lo importante es que podamos apreciar lo bueno que tenemos de cada uno y tratar de minimizar aquellas no tan agradables.

Tal como dijo Nelson Mandela, “Deja que la libertad reine. El sol nunca se pone sobre tan glorioso logro humano. Hoy es hoy, el pasado es pasado y toca mirar hacia el futuro ahora”.