Este título pudiera ser de muchos temas pues lamentablemente, con mucha frecuencia, estos dos aspectos se ponen en competencia. Pudiera tratarse desde el tema de manutención, hasta de abuso sexual. Tengo casos donde el padre agresor sexual de sus hijas, reclama su deseo, necesidad y hasta derecho de estar con ellas, por el hecho de ser su padre.
Talvez el abuso sexual nos parezca la peor situación que puede vivir un niño o niña, en esta ocasión se trata de algo tan fundamental como la identidad, el origen y la historia propia como ser humano. También se trata de la falta de información, el poder de los estereotipos sociales, el amor romántico y hasta la inocencia de algunas mujeres.
Se trata de una mujer joven, profesional, ocupada laboralmente, elegante, de buenos modales que denotan muy buena educación. Lo que la lleva a la consulta es, según dice, la conducta violenta de su hijo de 6 años. Cuando mis pacientes me hablan de violencia a tan corta edad, prefiero explorar un poco más para poder diferenciarla de la conducta agresiva, que se trata de otra cosa. Efectivamente con algunos datos podemos entender con más claridad la reacción agresiva de un niño que posiblemente no entiende parte de su historia. Cuando sigo explorando la madre me dice con la vergüenza reflejada en sus palabras, que ella sabe que no les ha podido dar un hogar tradicional a sus hijos, pero que quisiera que fueran personas de bien. Me conmovieron sus palabras, dejamos la conducta del niño y nos vamos a la historia de la pareja, ¡Bingo! De nuevo, otro lamentable caso de un hombre que trae hijos al mundo y cree que puede no reconocerlos, no vincularse con ellos, en fin salir de sus historias. De nuevo una mujer que cree que la responsabilidad paterna tienen que ser un deseo del hombre y no una obligación.
La intención es continuar convenciendo a los hombres de lo importante que son en la vida de sus hijos, educar a las mujeres y comenzar a tener una mirada más comprensiva, de mayor sororidad que no implique juzgar y señalarlas sólo a ellas
Muchas veces cuando sentimos vergüenza de nuestra historia, a nivel inconsciente y sin intención de hacer daño, traspasamos cargas emocionales innecesarias a los hijos, se deteriora la propia autoestima y no nos sentimos merecedoras de validación, aún en aquellos aspectos tan básicos como derechos e identidad.
Esta mujer actuó como muchas mujeres que se enamoran de hombres comprometidos. Entran sin calcularlo en esta relación, se van involucrando y cuando vienen a ver, los temas fundamentales no se hablan. Qué pasará si tenemos hijos, cómo se manejará esta situación, qué espera él de ella y ella de él. Sencillamente las cosas van ocurriendo y como sobre esta mujeres recae todo el peso social de no estar haciendo "lo correcto", estos argumentos les sirven a él y a ella misma, para conculcar derechos de los niños y niñas.
Esta mujer aceptó que este hombre ni reconociera a sus hijos, ni se vinculara con ellos. Ella tiene la idea errada y sostenida en los patrones culturales machistas, de que reconocer a sus hijos y ser responsable con ellos es algo que debería ‘salir de él’, que debería desearlo y si no pasa así, ella tiene que aceptarlo. La vergüenza y la culpa que siente les sirven de justificación, pues no se siente merecedora de este derecho fundamental, no de ella sino de su hijo y de su hija.
Finalmente ella decidió terminar la relación y él no ha quedado con ningún tipo de responsabilidad con relación a este niño y esta niña. Hace unos meses ella cambia de colegio al mayor que ya sale del preescolar y le envía el reporte de este nuevo centro educativo así como la información financiera. Él le envía la mitad de lo requerido, dos meses después de haber pasado la inscripción y se excusa diciendo que le enviará la otra parte en unos meses, la respuesta de ella es que no es necesario pues ya lo resolvió. Cabe aclarar que este hombre es extranjero y tiene buena situación financiera. Estoy segura de que en su país el no pudiera dar la respuesta que está dando a estos niños en el nuestro.
Es posible que este artículo genere algunas reacciones típicas de nuestro contexto cultural. La intención es continuar convenciendo a los hombres de lo importante que son en la vida de sus hijos, educar a las mujeres y comenzar a tener una mirada más comprensiva, de mayor sororidad que no implique juzgar y señalarlas sólo a ellas.
@Solangealvara2