La elección de Danilo Medina como Presidente de la República en mayo de 2012 significó un viraje fuerte en el estilo de gobernar el país y eso a su vez, junto a otros factores nada despreciables como el manejo del Presupuesto General del Estado, lo ha catapultado como el dirigente de mayor ascendiente dentro del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y en el seno de la población.

Leonel Fernández, quien ha sido Presidente en tres períodos, quiere volver a gobernar el próximo año y cuenta con recursos económicos, medios de comunicación y fuerza política suficiente como para tentar suerte.

Los ingenieros que ocupaban las plazas más codiciadas en el gobierno de Leonel hicieron lo imposible en el año 2011 para que el entonces gobernante –que gozaba de buena aceptación popular- hiciera modificar la Constitución que tenía apenas un año de promulgada por él mismo para que buscara una repostulación porque a su entender “con Danilo” se perderían las elecciones porque carecía de carisma.

Leonel no aceptó ese “consejo” interesado y en cambio pactó con el sector de Danilo y lo apoyó de tal forma desde el gobierno que provocó un déficit fiscal que ya se ha constituido en su tercer apellido.

Ahora resulta que los ingenieros ocupantes de las mismas plazas públicas, pero en el gobierno de Danilo, quieren provocar una modificación constitucional para que el actual gobernante busque una reelección combatida históricamente por él, porque “con Leonel no se gana” y el pueblo está satisfecho con el desempeño de Medina.

Hasta ahora Danilo solo ha dicho que no buscará la reelección, pero sus más cercanos ministros están en campaña reeleccionista cada día, en todos los escenarios, y él no los desautoriza ni les ordena que se concentren en su trabajo y dejen el activismo político. Eso recuerda aquella vieja consigna de los años sesenta que decía: “Balaguer no va, es el pueblo que lo lleva”.

El panorama en el PLD está claro: los danilistas pujando por provocar una decisión del Comité Central que apruebe llamar a modificar la Constitución para permitir la reelección, y los leonelistas empujando la movilización de su líder para que busque la candidatura y cierre el paso a la posible repostulación de Medina.

Todas las encuestas coinciden en que Danilo es el único potencial candidato (de todos los partidos) que ganaría las próximas elecciones en la primera vuelta. Pero resulta que Danilo es el único ciudadano que reuniendo las exigencias de la ley para ser Presidente de la República, tiene un impedimento expreso porque la reelección consecutiva está prohibida.

Reformar la Constitución como ella misma manda conlleva un tortuoso proceso que no se puede triturar como ya es costumbre en el Congreso Nacional con importantes proyectos de ley.

Por demás, el PLD-Gobierno no cuenta con todos los votos necesarios para hacer pasar esa reforma y Leonel se suicidaría políticamente si acepta que los legisladores que le siguen den cuatro años más a Danilo en el poder. Si eso pasara, el resultado del próximo congreso del PLD será una aplanadora para sus seguidores y una casi unanimidad para los danilistas. En esas condiciones se derrumbaría la estrella leonina y con él sus diputados y senadores.

¿Cuál es la salida probable dentro del PLD?

Después de algunas semanas –tal vez meses- de tira y hala, creo que al final se impondrá una solución negociada entre Danilo y Leonel en los siguientes términos:

Danilo y Leonel pactarían buscar un compañero equidistante para presentarlo como precandidato presidencial peledeísta de consenso, con el respaldo de ambos, con lo que quedarían los dos excluidos de la contienda electoral del 15 de mayo de 2016 y se medirían internamente en igualdad de condiciones constitucionales en el 2020.

Ese pacto de caballeros podría incluir un reparto equivalente de candidaturas a legisladores y alcaldes, tomando en cuenta a los actuales precandidatos presidenciales del PLD para que obtengan algunas curules y alcaldías.

Si ese pacto no se diera, creo que la salida política de Danilo sería buscar un precandidato presidencial más cercano a él que a Leonel, derrotar al ex presidente en las primarias, coparle las candidaturas legislativas y municipales y enterrarlo políticamente junto a su grupo para el hoy Presidente correr con ventaja para las elecciones de 2020.

Si las cosas son como yo las veo, Leonel está como las señoritas que están entrando en edad: o agarran lo que está disponible o se quedan jamonas.

Si se descartaran estas posibilidades, el PLD no llegaría unido a las elecciones porque las dos facciones entenderían que por sí sola ganarían ante la ausencia de una oposición política mínimamente creíble y sobre todo desmovilizada.

Yo, naturalmente, no tengo vela en ese entierro, pero no estoy ciego y quienes se toman el trabajo de leer mis elucubraciones, tienen derecho a saber lo que pienso sobre el tema. Esperemos.