Una de las principales razones del desempleo estructural es el desajuste entre los trabajos disponibles y los trabajadores. Muchos economistas han formalizado el estudio de este fenómeno, a través de un simple modelo que contemple un mercado laboral segmentado con fricciones en la búsqueda de empleo dentro los distintos segmentos. La movilidad de los trabajadores, la movilidad laboral y los costos de negociación salarial en todos los segmentos generan desempleo estructural. Si se extrapola dicho modelo a países desarrollados como los Estados Unidos, se estima que los costos de las fluctuaciones en el desempleo señaladas anteriormente, operando segmentos como industrias o estados. La mayor parte del desempleo estructural se debe a los costos de negociación salarial, que son grandes pero que, sin embargo, contribuyen poco a las fluctuaciones del desempleo. El desempleo estructural es tan cíclico como el desempleo general y no es más persistente, tanto en las recesiones actuales como en las anteriores. La mayor parte del desempleo estructural en los Estados Unidos se debe a los costos de negociación salarial, que son grandes pero que, sin embargo, contribuyen poco a las fluctuaciones del desempleo. El desempleo estructural es tan cíclico como el desempleo general y no es más persistente, tanto en las recesiones actuales como en las anteriores.
Durante la crisis financiera del 2007-2008, el desempleo estructural fue más significativo que en otras recesiones económicas que vivió los Estados Unidos, no se debió a las débiles condiciones agregadas del mercado laboral, sino a problemas estructurales, que generan desajustes entre los trabajos disponibles y los trabajadores: Las empresas empezaron a eficientizar sus procesos a través de una fuerte inversión en tecnología, por lo que, han desistido de pagar grandes salarios por trabajos que antes no habían sido automatizados. Por otra parte, las empresas no encuentran los trabajadores calificados para desempeñar tareas que requieren capacitación en el manejo de tecnologías de la información.
En un modelo econométrico preparado por el economista estadounidense Lawrence Katz, para analizar los efectos del desempleo estructural en los Estados Unidos. En el modelo de Katz existen cuatro fuentes de desempleo estructural. Cada segmento del mercado laboral se caracteriza por cuatro variables: la tasa de búsqueda de empleo, que mide cuán difícil es para los trabajadores encontrar trabajo; la tasa de búsqueda de trabajadores, que mide qué tan difícil es para las empresas encontrar un trabajador; el excedente de los trabajadores por tener un trabajo por estar desempleado; y el excedente de las empresas de tener una posición ocupada sobre una vacante. En ausencia de costos de ajuste, la movilidad de los trabajadores, la movilidad laboral y el ajuste salarial conducen a la igualación de las condiciones del mercado laboral en todos los segmentos. En su modelo Katz llega a la conclusión de que: los costos de movilidad laboral y laborales, los costos de negociación salarial y la heterogeneidad en la eficiencia de la correspondencia generan dispersión en las condiciones del mercado laboral, por lo tanto, generan desempleo estructural.
Desempleo estructural en la República Dominicana
En un trabajo publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), titulado Análisis estructural de la economía dominicana: el mercado laboral, podemos apreciar que la economía dominicana no genera empleos de alto valor agregado, que su dinamismo es vulnerable a variables exógenas. Por ejemplo, de los 26 sectores que contribuyen a la economía dominicana, sólo 11 sectores son capaces de generar más de 50 empleos directos e indirectos, si se produce un aumento marginal de 1 millón de dólares en la demanda final en cada uno de los sectores que constituyen la economía dominicana. Entre esos sectores de acuerdo con el estudio podemos destacar: agricultura (160 empleos); textiles (94 empleos); ganadería, silvicultura y pesca (93 empleos), y bebidas y tabaco (75 empleos). Por su parte, en el sector servicios sobresalen: otros servicios (214 ocupaciones), servicios sociales no de mercado (107 empleos) y comercio (97empleos). Ninguno de los sectores de la economía dominicana con la transformación productiva y la manufactura especializada en maquinaria es capaz de generar más de 50 empleos a partir de un aumento marginal de 1 millón de dólares en la demanda final.
La pregunta que todos nos hacemos es: ¿Por qué la economía dominicana tiene alta incidencia de desempleo estructural? La primera variable que viene a la mente es la productividad. Sin embargo, en la Republica Dominicana no existe estadística confiable en serie de tiempo que mida los niveles de productividad por costo marginal del trabajo de los trabajadores dominicanos. Por tal razón, asumimos que es baja y debe tener un nivel de significancia importante a la hora de explicar el fenómeno del desempleo estructural en el país.
De igual manera, el bajo nivel educativo que impera en el país incide en la baja productividad y en la poca generación de empleos en sectores que tienen que ver con la transformación de materias primas, para a su vez, generar productos de alto valor agregado. El nivel promedio de escolaridad del pueblo dominicano en cuanto a conocimientos se refiere es de un sexto grado de primaria.
Los niveles de informalidad de la economía dominicana cada vez aumentan, y esto incide de forma apremiante al aumento del desempleo estructural. De acuerdo con un informe realizado por el Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), indica que el número de trabajadores informales pasaron a 598,800 en el período que comprendido entre abril del año 2000 y abril del año 2013, mientras los que se sumaron al sector formal en igual período tan sólo fue de 306,799. Lo que indica que el empleo informal pasó de 52.7% a 55.7% en el mismo lapso. De igual manera, en dicho informe se presentan datos escalofriantes que deben poner a pensar a los hacedores de políticas públicas y al sector empresarial del país, según el informe el empleo formal en el período 2000-2013, tan sólo aumentó un 21% hasta alcanzar 1,764, 022 personas a abril de 2013. Mientras los informales se sitúan en 2, 221, 615 personas, lo cual representa un incremento de un 37% desde abril 2000, lo que indica que el empleo informal casi duplicó al empleo formal en igual período.
La falta de garantías de seguridad jurídica debido a un sistema judicial débil en definitiva aleja la inversión, así como un código tributario que no incentiva la producción y la creación de empleos, que sólo se enfoca en fortalecer una estructura fiscal a través del fortalecimiento de las recaudaciones a través de impuestos indirectos que laceran el consumo, que es un pilar importante de la economía dominicana. Y ni hablar del deficiente sector eléctrico.
Para reducir de forma significativa los niveles de desempleo estructural, la Republica Dominicana debe aumentar los niveles de productividad con un mejoramiento considerable de la calidad educativa, lo cual se reflejará en una mayor formación de capital (inversiones), por ende, mejorarán los salarios. Pero para lograr eso, hay que resolver las tareas pendientes que se encuentran en la Agenda Nacional de Desarrollo. Sin dudas, el desempleo estructural es causado por múltiples factores, pero la falta de destrezas óptimas para desempeñar las labores del siglo XXI es el principal factor.