Conocí a Danilo Medina en el 1996, en una visita a mi padre, no recuerdo para qué fue, me saludó con agrado, pues él sabía de mi amistad de varios años con Leonel, que a la sazón era el presidente de la República. De Danilo Medina se comentaba que fue de los arquitectos del acuerdo del PLD con el reformismo junto a Miguel Cocco y Guaroa Liranzo (EPD), por lo cual no era muy simpática su figura por los albores perredeístas, que entendían y con justísima razón que esa trama le había hurtado el espacio bien ganado a mi padre, el de ser presidente de la República.
A Danilo se le conocía como un organizador nato, un verdadero artesano de la política, respetado por todos sus compañeros pero, siempre se le endilgó que él representaba el núcleo duro de la ortodoxia peledeísta, y por ende los sectores externos recelaban de él por su defensa intransigente a la dirigencia y militancia morada, cuando decidí por algunas razones que he explicado y otras que me las llevaré a la tumba, retirarme de los vínculos institucionales con el PRD a finales de 1999, lo hice de la mano de mi amigo Leonel pero, estaba claro que el candidato lo sería Danilo, por lo cual Leonel me pidió que le apoyara, entendía que en su radicalismo peledeísta no haríamos química, sobre todo porque el grupo cercano a él no se llevaba bien con los aliados pero, a fuerza de saberse candidato presidencial de la tolda morada para el año 2000, reconoció que necesitaba de otros apoyos, y le dio la importancia que ameritaba al BIS y no se equivocó, porque gracias al apoyo dado por el Bloque Institucional Socialdemócrata que sacó cerca de 49 mil votos, lo que le permitió quedar en el 2do. lugar al PLD por encima del PRSC, que llevo por última vez de candidato presidencial al Dr. Joaquín Balaguer por una diferencia de menos de 12mil votos.
Cuando trate a Danilo creamos una buena empatía, lo que nos permitió construir una amistad que se mantiene con sus particulares tintes, el porque me sabe irreverente, claro y sincero, y yo porque le creo uno de los políticos más avezados y pragmáticos que ha tenido el país en toda su historia.
Danilo era admirado y respetado por todos, porque era un hombre de posiciones, sin dobleces y se sabía que sus dirigentes cercanos lo idolatraban, ya que lo entendían el defensor de la maquinaria bochista, nadie conocía mejor que él la dirigencia y base morada, por sus nombres y apodos, cosa que mantuvo en parte hasta siendo presidente de la Republica, porque tenía en su celular todos los teléfonos de los cuadros políticos y no necesitaba intermediario alguno para localizarlos.
Para el 2004 estuvimos como integrantes de la Comisión de Transición del Nuevo Gobierno, que él coordinaba y nos veíamos con mucha regularidad, solo que cuando llegamos al Palacio Nacional cada quién asumió su papel, él en defensa de la dirigencia interna y quién esto escribe de los partidos y grupos aliados pero, la relación de amistad se mantuvo inalterable, porque siempre le veía mucho más después que salió del Gobierno en el 2007 por sus aspiraciones presidenciales, pese a que apoye a Leonel, siempre le mostré afecto pero, nunca me perdono en el fondo que yo ayudara en esa ocasión a Leonel y fortaleciera el Bloque Progresista con más de 12 partidos, aunque en ese momento no me lo dijo, sé que se molestó, porque él sabía que esos votos harían ganar a Leonel cómodamente en las elecciones del 2008, aunque existiese disenso interno.
Un día pase a saludarlo después de esas elecciones a su oficina de la Av. Abraham Lincoln, y ahí me lo recriminó pero, tuve que decirle al amigo que nosotros habíamos llegado a la alianza del PLD de las manos de Leonel, cosas que a regañadientes entendió, para el 2012 le apoyé sin reservas y convencí a todos los cercanos a Leonel de hacerlo, hasta que lo hicimos presidente frente a un “Llego Papá”, que retumbaba de confín a confín toda la República pero, como cosa del destino y de la ingrata política, pese al trato muy lejano recibido, posteriormente me mando a buscar en el año 2015 para que intermediara con Leonel, y en casi tres meses de gestión con ambos logré con la incorporación que auspicie de Félix Bautista el Acuerdo de Unidad, que evitó para las elecciones del 2016 se fraccionará el PLD, porque Leonel pese a lo molesto que estaba, entendió las razones y cedió sus aspiraciones en favor de la repostulacion de Danilo Medina.
Aunque me reconocía el trabajo realizado, siempre le creo suspicacias mis vínculos con Leonel, a pesar de las diferencias, nunca le guarde el hecho de que no me integrara personalmente al Gobierno en el 2016, sabía que me cobraba mi hermandad con Leonel, y siempre le expresé que sí el precio de un cargo era romper mi amistad con Leonel se iría del Palacio Nacional sin hacerlo y así pasó, trate en varias reuniones de advertirle lo que le pasaría si dividía al PLD, que no creyera en esos oportunistas de la oligarquía, que lo abandonarían, porque no son amigos de nadie, y mucho menos de esos Ministros y Altos Funcionarios de la Sociedad Civil, que al menor resbalón que tuviera su proyecto le darían la espalda, como finalmente sucedió.
Le pedí que no maltratara a Elías Wessin del PQDC, que no sacara del tren gubernamental a Pedro Corporán del PUN y que no dejara marchar a los Castillos de la FNP, porque estos lo habían defendido siempre, a diferencia de los que se creían dueños del Palacio en el momento pero, que después no le sumarían nada, y visto los resultados así ha pasado, pero, pese a todo eso, le dije siempre que en mi tendría un amigo y un defensor de su gestión porque, no me cabe la menor duda de que el presidente Medina hizo una de los mejores gobiernos, sobre todo enfocado a lo social, sus obras están ahí y son innegables.
Cuando nos tocó a los del BIS salir del gobierno nos fuimos sin rencores, resentimientos y con un gran pesar con el amigo que sabía equivocado pero, que no le negaría jamás mi reconocimiento y afectos, pese a las confrontaciones estériles que tuvimos, pese a eso él me guardo respeto y nosotros de igual manera, porque siempre ha habido en mí una parte de mi corazón que aprendió a estimar a Danilo Medina, pues todavía lo entiendo un gran hombre que se niega a pensar que es todo lo que sus detractores dicen de él, simple, porque ese no es el Danilo que conocí.
El Danilo que conocí es sencillo, agradable, campechano, cercano, honesto y prudente, nunca lo vi enamorado del oropel ni de la lisonja, mucho menos maní rota, porque hasta tacaño lo reconocíamos, ya que no era persona de gastos excesivos ni gustos estrambóticos, de vida modesta y reservada, más bien humilde, y lo que aquí expresó lo saben todo lo que conocemos a Danilo.
Creo, sin embargo, que mucha gente a su lado actuó muy diferente a él pero, tal vez, sin quererlo él se lo permitió, y ahí están las consecuencias de una permisividad, que para mí fue su real pecado, porque me resisto a creer que Danilo Medina sea articulador de los actos de corrupción que se produjeron en su gobierno.
Siempre le expresé a mis estimados Milciades y Lucia, sus hermanos, que del poder todo el mundo era amigo cercano, pero que yo quería ser su amigo en la oposición, donde nada material nos uniría, solo los sentimientos de cariño y solidaridad.
Insistí todo lo que pude para restaurar las relaciones entre dos amigos se larga data, Leonel y Danilo pero, más pudieron sus entornos con sus intereses particulares que la hermandad hasta que lo dividieron e hicieron naufragar la nave morada, a nosotros no nos dejaron los que apoyábamos a Leonel, después del vulgar fraude en las primarias, no nos quedó de otra que enfrentarlos por los recurrentes desatinos que en Síndrome de Hubris le produjo a ese círculo presidencial todos los años de inquilinato en la mansión de Gazcue.
Llevaron a Danilo los amigos de ocasión, esos que también lo son del Boato y del poder, a separarse de sus amigos verdaderos, los que nunca le dijimos lo que no era y siempre le expresamos la verdad, como es el caso del propio Vinicio Castillo Semán, el cual era uno de sus más cercanos amigos y colaboradores, hoy convertido en un látigo, producto de esos errores infantiles, vi como funcionarios en del jorgeblanquismo en el 1986 prefirieron la vuelta del Dr. Balaguer a que llegara Jacobo Majluta, y la historia recuerda la persecución feroz de la que fueron objeto llegado el hijo más insigne de Navarrete a la silla de alfileres.
Veo hoy gente que no desaprovecha la más mínima oportunidad para apostrofar a Danilo, los mismos que en el ayer se beneficiaron de él, una ingratísima sociedad civil a la que le entregó medio gobierno, y que después pedía su cabeza para que se la cercenaran, como en los tiempos de la inquisición.
No he visto a los grandes empresarios que no salían del Palacio promoviendo fanáticamente su 3era. repostulación apoyarle de manera alguna, lo que sí veo es a varios de éstos ahora también enquistados con el gobierno del cambio, con su cuota de cargos y poder asegurada, porque como buenos trapecistas que son, sueltan uno solo cuando tienen agarrado al otro, porque su religión es el dinero y solo defienden sus intereses, tontos aquellos que se creen que éstos tienen amigos, claro está, existen en ellos muy raras excepciones.
Sé que mucha gente se aprovechó de Danilo, compañeros, amigos, empresarios y familiares, cosas por la que está siendo señalado, y que prueba en contrario sé que no tiene vinculación económica alguna pero, es responsabilidad de los que manejan fondos públicos auditar lo que hacen hasta sus más cercanos, para no terminar pagando los platos que otro rompió.
Hay cosas que el propio Danilo deberá pedir respuestas, porque son abusos incalificables, y el mismo exigirá explicación, pero él deberá tomar distancia de todo aquel que abusara de su confianza, y con sus hechos desprestigiarán su gran gestión, mientras creo que la vida le dará la oportunidad de probar que él no fue parte del entramado corruptor, cosa que se lo debe a su partido, a sus auténticos amigos y a la sociedad en una acción de reivindicación histórica.
Aprovecho, sin embargo, para aconsejar a los que hoy tienen el poder, que no se ceben tan radicalmente con él, porque guardando la distancia, ya que la ciudadanía de hoy está más empoderada y se expresa de manera directa a través de las redes sociales, les recuerdo que a Balaguer, a sus más cercanos y a su propia familia lo apostrofaron de igual manera a su salida del gobierno en el 1978, pero, producto de la memoria cortoplacista del dominicano, hubo de esperar 8 años solamente para que este subiera de nuevo las escalinatas del Palacio Nacional con la enseña tricolor en su pecho para durar 10 años más en el poder.