David Cross es un escritor, comediante y actor estadounidense conocido especialmente por sus series de comedia en HBO.  En uno de sus programas de humor este fascinante actor definió lo que en definitiva podríamos decir de la Biblia y sus múltiples interpretaciones.  Traduzco acontinuación su especie de trabalenguas:

“La Biblia fue escrita y luego reescrita y luego editada y luego reeditada y luego traducida de lenguas muertas. Luego retraducida y reeditada; luego re-re-reeditada y luego retraducida. Luego se la dieron a los reyes para que dejasen fuera las partes que no les gustaba.  Luego reeditada y retraducida. Después se la dieron al Papa para que él la aprobara, luego retraducida y reescrita, después re-reescrita y re-reeditaday re-retraducida otra vez. Todo basado en historias oral que alguien contó después de ochenta o noventa años a personas que no sabían escribir…Entonces supongo que lo que estoy diciendo es que la Biblia es, literalmente, el juego telefónico más viejo del mundo”.

Y no está exagerando, de alguna manera esto fue lo que pasó con esta colección de libros, especialmente con los 47 del Antiguo Testamento (47 tal como lo aceptamos los católicos, porque en la versión protestante sólo aparecen 39). Estos libros tan diversos en contenidos y procedentes de épocas distintas fueron redactados a lo largo de diez siglos. Varias teorías han sido discutidas, la mayoría insostenibles, pero como afirma el biblista José Luís Sicre, lo más seguro es admitir que durante el siglo I de nuestra era se aceptaba popularmente una lista de 22 o 24 libros que se tenían por sagrados, pero el canon hebreo no se fijó rígidamente hasta finales del siglo II o comienzos del III.

Los responsables últimos en fijar el canon parece que fueron los fariseos. ¿Qué criterio usaron los judíos para decidir si una obra era inspirada por Dios? Pues no lo sabemos con exactitud, pero queda claro que no sólo la teología y la fe movieron a sus últimos redactores, tambien la política. Por ejemplo, los fariseos, que ya dijimos fueron los últimos responsables de fijar el canon, eran enemigos de los macabeos, por tal razón los libros 1 y 2 que tratan de estos personajes no fueron admitidos como inspirados al igual que los libros escritos en griego como Sabiduría, Ester, Daniel, etc., por considerar el griego como lengua pagana.

Pero incluso hasta el día de hoy, los mismos cristianos no se han puesto de acuerdo en cuáles son los libros sagrados o inspirados. “El debate fue especialmente agudo en el siglo XVI, durante la Reforma. La traducción de Lutero agrupaba los deuterocanónicos (segundo canon de libros escritos por judíos de la diáspora en lengua griega) al final como «libros que no se igualan con la sagrada Escritura, pero cuya lectura es útil y buena». Igual hacen la biblia de Zurich, publicada por Zwinglio y otros, y la Olivetana, con prólogo de Calvino”.

El Concilio de Trento (1545-1563) finalmente impuso el canon amplio que incluye los libros deuterocanónicos. Este canon también lo admiten las iglesias siria, copta, armenia y etíope. Los católicos ruso rechazan los libros deuterocanónicos apartir del siglo XVIII y los cristianos de rito griego lo dejan como una cuestión opcional.

Como podemos ver ha sido una tareamuy difícil este asunto tanto para judios como para cristianos. Por eso la Biblia  no debe ser considerada “palabra de Dios” así, tan ligeramente. La Biblia hace parte de la literatura judeo-cristiana y tanto judíos como cristianos le han reconocido una dimensión “sagrada”.

La Biblia ha inspirado muchas obras de arte y mucha literatura a lo largo de la historia, no por ser “palabra de Dios”, sino porque está llena del espíritu religioso de un pueblo que fue creando su identidad y se fue autodefiniendo como el pueblo de la alianza, elegido de entre todos los pueblos para cumplir con una misión divina. ¿Quién descubrió que ellos eran los elegidos? Los mismos judíos fueron quienes hicieron tal descubrimiento y así se fundamentaron en su historia.

La religión y la política han determinado los grandes eventos de la historia de la humanidad, no en vano han ido siempre o casi siempre, tomado de las manos. Por eso la Biblia, como libro sagrado, también ha sido usado para definir políticas y defender reinos e intereses. Incluso en nuestros días vemos como políticos corruptos levantan la Biblia para legitimarse y proclamarse los elegidos que pondrán fin al pecado, que, según el parecer de algunos fundamentalistas, es el producto de las libertades y la democracia.  ¿Qué pretenden con querer imponer la Biblia? Tal vez lo que siempre han deseado, manipular a los pueblos en nombre de Dios para ellos seguir disfrutando del reino de este mundo, como bien lo expresó Eduardo Galeano en dos líneas:

“Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: "Cierren los ojos y recen". Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia”.